DIFERENTE||C.V. Y TÚ||TERMINADA

12°

|Una semana después|

Han pasado varios días desde que no hablo con Rebecca, desde aquella vez en mi casa, cuando le dije que se fuera, no me habla y apenas me ve, cambia su rumbo hacia otro lado, ciertamente me disgusta eso..

Aunque, hace días llevo observando que _______ me ve por los pasillos, a veces camina cerca de mi y pareciera que quiere hablarme, pero siempre sale huyendo, no se anima a hablarme

No quiero hablarle yo, pensará que la sigo acosando y molestando, no quiero hacerla sentir incómoda, se que no es muy agradable

Entro al salón de música y voy hacia el armario donde dejamos los instrumentos guardados, el grupo lo dividen por instrumental, en una esquina están las flautas, trompetas y trombones, tubas y clarinetes, en otro hay guitarras, bajos y ukeleles, en otra esquina hay violines, chelos y más

Tomó una de las sillas y me voy hacia mi esquina con mis compañeros, entre varios comienzan a hacer bromas, pláticas y chistes

—Bueno clase, hay que empezar a ensayar, el recital es en dos semanas, espero y salga como oro, yo... —Unos toques en la puerta interrumpen al profesor, todos miramos hacia la puerta y me incorporo mejor en mi silla al verla

Era ______, tenía en su espalda un estuche de algún instrumento

—Oh, señorita Robinson, llega justo al momento de la clase, adelante —Dijo el profesor, ella asíntio y entro, le dió la hoja de cambio de taller —Tome una silla y acomodese en donde están los chicos de la esquina derecha —Dijo el profesor, ella tomó una silla, pero fue entonces que caminó hacia nosotros, desplegó la silla justo a un lado de mi

Una sonrisa iluminó mi rostro... Ella estaba sentada a mi lado

—Ah, señorita Robinson, le indique...

—Me gusta estar aquí —Dijo ella con una pequeña sonrisa, abrió su estuche y de aquí saco un saxofón pequeño, pude ver que a un costado del tudel tenía grabado un Robinson, estaba muy lindo

—Pero...

—Si gusta, podemos hacernos un lado ambos, para no distraer a los demás —Le dije al profesor, él frunció el ceño

—Christopher, nueve tu silla hacia la puerta, por favor —Dijo el profesor e hice lo que ordenó, me senté pegado a la silla, fue entonces que ella también cargo su silla y se iba moviendo hacia mi —Señorita, quédese donde estaba —Dijo el profesor, pero ella negó y camino hasta poner su silla a mi lado y sentarse, yo solo podía sonreír aún más

Me levanté y me acerque al profesor, debía explicarle un poco o darle una idea, estaba claro que ella yo de querrá alejar de mi

—Profesor, creo que será mejor que nosotros dos nos alejemos de los grupos, para no distraer ni a uno ni a otro, ella tiene una condición especial y soy a la única persona que conoce aquí —Dije y el profesor no pensó

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—¿Qué te pareció la primera clase? —Dije mientras salíamos del salón, ella venía a mi lado con su saxofón

—Pues no estuvo interesante, solo me puso a tocar una canción, algo que ya sabía —Dijo ella con una mueca, yo asentí

—¿Quisieras ir por un helado mañana? —Dije mientras entrabamos al pasillo, ella se dirigió a su casillero y yo fui tras ella, de agua saco una bolsita de uvas verdes, una caja de jugo, un sándwich y una manzana, tomo sus cosas y salió, yo iba tras ella —¿A dónde vamos? —Dije y ella solo señaló el árbol donde yo la había encontrado una vez —¿Por qué no mejor vamos a otro lugar? —Dije y ella negó

—Ahi es tranquilo y callado, me gusta —Dijo ella, sin más, asentí y caminé hacia el árbol con ella, nos sentamos en medio de los arbustos

—¿Y qué piensas de mi proposición? ¿Un helado en la plaza? —Dije y ella hizo una mueca

—No me gusta el helado —Dijo ella encogiéndose de hombros

—¡¿Qué?! ¡¿No te gusta el helado?! —Dije alterado, ella al instante se tapo los oídos, idiota, grite muy fuerte —Lo siento, no debí gritar, perdón —Dije ahora susurrando, ella solo negó y le dió una mordida a su sandwich —Me sorprendí, lo siento ¿Cómo es posible que no te guste el helado? A todos nos gusta —Dije y ella negó

—A mi no —Dijo ella, yo asentí y mire a otro lado

¿Y si simplemente no quiere ir conmigo y no sabe como rechazarme? ¡Imbécil!

—Pero si puedo aceptar un café —Dijo ella...