Capítulo 1 "Sentimiento Ajeno"

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La compuerta del Complejo Protoss se abrió, lo que debería ser un páramo desolado lleno de cadáveres y rastros de muerte ahora era un campo lleno de hierba color azul, las enredaderas color púrpura cubrían la superficie metálica de la estructura, la vida volvía aún en estas tierras desoladas por la guerra.
Decidí avanzar, tenía que buscar algo con lo cual poder salir del planeta en busca de ayuda, los pasos de mis piernas mecánicas resonaban en mi cabeza como un tambor, pero de momento debía aguantarmelo, mis poderes no respondían, aún no podía controlar del todo bien mi nuevo cuerpo de Legionario.
A lo lejos vi algo de fauna local, parecían cervatillos con tres cuernos en la cabeza, pastaban tranquilamente los pastos, me acerqué a observarlos cuando de repente un grito Psionico sonó haciéndolos correr, me dirigí rápidamente hacía la fuente del grito, resultaba ser un Zelot con su armadura arruinada, estaba siendo atravesado por una afilada roca a la cual cayó desde un precipicio, temiendo lo peor salte hacía abajo y procuré no caer en ninguna de las otras rocas.

-(Quédate quieto, te sacaré de ahí).- dije mientras encendía mi Cuchilla Psionica.

Corté la roca debajo de su espalda mientas el se sostenía, usando telequinesis lo levanté y de forma cuidadosa lo puse en el pasto encima de precipicio, salté de vuelta y observe los daños.

-Quitame esto por favor...- suplicó el desdichado Zelot.

-(No puedo hacerlo, corres el riesgo de desangrarte, aguanta el dolor y deja el trozo en su lugar mientras veo como puedo atenderte).- dije mientras me levantaba y corría para ver que podía encontrar.
Usando mi Escaneo me dispuse a buscar algún tipo de planta o animal que pudiera ayudarme a preparar alguna medicina o algo para sanar al herido, una especie de flor de brillo rojo comenzó a destellar en contacto con mi energía, me acerque y de pronto sentí un flujo de energía por toda la Coraza Purificadora que también llegó a mi alma, había restaurado algo de mi poder.

-Una flor carmesí, son los restos de los Xel'Naga que han muerto en estos planetas...- me dije a mi mismo.

El poder del Vacío que pude obtener se fue integrando a la Coraza, comencé a sentir sus componentes como si se tratara de mi propio cuerpo, no podía dejarme llevar por esta epifanía mientras había un herido bajo mi cuidado, corrí hacía el Protoss herido y al llegar pude canalizar nano-robots de Médica para poder curar y suturar las heridas del Protoss.

-¿Como hiciste eso?...- me dijo recuperándose el Zelot.

No pude responder en ese momento debido a que un estruendo sacudió todo el lugar, el sonido era ensordecedor y nos provocó retorcernos del dolor que nos produjo, no podía pensar con claridad pero por alguna razón mientras todo pasaba, sentía una sensación familiar.
Eso no era un simple sonido, era un llanto de una bestia, un clamo de consuelo, un pedido de ayuda.

Zumbidos de misiles se escucharon en el cielo e impactaron contra algo que estaba sobrevolando sobre las capas de nubes, cuando impactaron en sea lo que fuese su objetivo una silueta se iluminó, era un organismo gigante, con alas y tentáculos, extrañamente familiar.

-Lyyyykaiossss...- gemía la criatura desesperada psionicamente.

-(No puede ser ¡Labell!).- grité emocionado a la par de preocupado.

-¿Que es esa cosa? Parece un Leviatán Zerg, pero tiene algo que lo hace perturbador.- dijo el Zelot algo preocupado.

-(Es una criatura similar, la conozco muy bien desde hace ya mucho tiempo).- le dije al Zelot.

Labellunia intentaba escapar pero pronto empezó a perder altura debido a los daños.

-(¡¡Labell, aquí estoy!!).- le grité con la esperanza de que pudiera venir a mi y ayudarla.

Los ojos blancos y brillantes de Labell observaron la fuente del llamado y se dejó caer mientras poco a poco perdía el conocimiento por la gravedad de sus heridas, el amorfo cuerpo de la criatura se hacía cada vez más visible mientras descendía, estaba llena de sangre y heridas de misiles y explosiones, aparte de que muchos trozos de su piel no estaban debido a los impactos recibidos.
Intenté activar mis poderes nuevamente para intentar agarrarla y evitar que se dañase aún más, afortunadamente lo logré y cayó suavemente al pasto.

-(L... Lyk... Aios...).- me dijo telepáticamente antes de desmayarse.

Corrí hacía ella y canalice mi energía para poder sanar y disminuir sus daños en cuanto pueda, obviamente los perseguidores de Labell no iban a dejar que su objetivo pudiera recuperarse.

Pronto una gran cantidad de Vikingos se transformaron en su Modo de Asalto, no eran del Dominio ni de ningún Terran que haya sido mi aliado en el pasado, probablemente eran de la Fuerza Moebius.

-Las órdenes del Dios Oscuro son claras, esta abominación debe de ser destruida.- dijo uno de los Vikingos.

Comenzaron a calentar sus Cañones Gatling para disparar a la Labellunia, pero la cubrí con Campo de Estasis para que no siguiera sufriendo daños ni que fuera dañada por los siervos de Amón, estos siguieron atacandolo sin darse cuenta de que era inútil, encendí mis Cuchillas Psionicas y me lancé contra ellos, pude esquivar los disparos de los Cañones Gatling y provocar un fuego amigo, mis poderes no respondían así que solo podía usar mi Cuchilla Psionica para atacarlos, de todas maneras eso bastó para acabar con los enemigos, use mi telequinesis nuevamente para levantar a Labell y junto con el Zelot huimos temiendo las represalias de nuestros enemigos.

Más tarde, cuando nos alejamos lo suficientente nos dispusimos a acampar, Labell se encontraba mejor y se estaba alimentando de la fauna local nocturna, el Zelot y yo armamos una pequeña fogata mientras las tres lunas del planeta nos alimentaban con su radianza.

-(Creo que fue un día bastante duro para todos, creo que no me he presentado...).- le dije al Zelot mientras recordaba mi falta de modales.

-¡Maestro no soy digno de saber su nombre! Permitame ser su discípulo, estoy seguro de que podré serle útil en sus viajes y peleas.- dijo el Zelot levantándose y golpeando su pecho con fuerza. -¡Solo dígame a dónde iremos y lo seguiré!

-(A decir verdad, todavía no tengo un plan ni un objetivo claros, pero tampoco creo que sea un buen maestro para ti hermano Protoss, sin embargo si es tu deseo seguirme por el momento aceptaré tu petición con gusto).- le dije tomando su hombro.

-¡Eso no relevante, deseo aprender de usted y acompañarlo hasta que encuentre su objetivo! Yo, Anagann, prometo servirle con honor!- juró Anagann con orgullo.

Al día siguiente, ya descansados y recuperados nos dispusimos a viajar al espacio, subimos a Labell y nos dirigimos hacía el antiguo planeta santuario de los Tal'darim Monlito.
Después de que fuese arrasado por los Zerg después de la Segunda Gran Guerra, el Enjambre se retiró del planeta y probablemente aún queden supervivientes Protoss ahí a los cuales salvar o reclutar.

Starcraft II "Cazadores de Sombras"Where stories live. Discover now