Otro día de vacaciones. Capítulo 16.

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–Supongo que tienes razón –dijo una vez me separé de ella sin quitar mi mano de su pierna.

Al llegar a mi casa Lauren me acompañaba hasta la puerta y sabía que ella estaba a punto de irse.

– ¿Entrarías un momento? –le pregunté tomando su mano.

–Quizá tus papás te están esperando para cenar o algo –con su pulgar comenzó a acariciar el torso de mi mano.

–Ellos no están, me escribió mi mamá para avisarme que estarían fuera –Lauren sonrío de manera discreta.

– ¿Entonces quieres algo de compañía? –puso sus manos en mi cintura y se acercó.

–Yo sólo quiero TU compañía –me acerqué más y le dejé un beso en los labios.

–En ese caso… –abrió la puerta y me adentré a la casa seguida por Lauren.

– ¿Quieres algo de comer? –le pregunté en la puerta de la cocina.

–Me encantaría –sonrió y pasamos a la cocina.

– ¿Qué quieres de comer? –se detuvo a pensar su respuesta.

– ¿Qué tal si pedimos sushi? –respondió sentándose en un taburete.

–Me agrada la idea –tomé el teléfono e hice el pedido.

– ¿Estas segura de que quieres sushi? –me preguntó una vez me acerque a ella rodeando su cuello con mis brazos y ella tomo mi cintura.

–Claro, hace tiempo que no lo como –no dijo nada y me acerque a su rostro apenas acariciando sus labios con los míos sin llegar a un beso.

Con mi mano acaricié la parte baja de su cuello y observé su sonrisa mientras cerraba sus ojos. Nuestras frentes estaban juntas.

–Te quiero Lauren –susurré y sus ojos se abrieron al instante.

–No me mientas –sonrió apartando nuestros rostros tan sólo unos centímetros.

–No miento, de verdad te quiero –tomé sus mejillas y la besé dulcemente.

–Yo también te quiero Camz –acerqué mi cuerpo a ella acomodándome entre sus piernas para besarla de manera más apasionada.

Nuestros labios se acariciaban mutuamente de manera violenta. Lauren abrazaba mi cuerpo con más fuerza.

Ella se puso de pie sin detener nuestro beso ni su agarre en mi cuerpo. Me recargó sobre la mesa de mármol que estaba en el centro de la cocina. Sus manos acariciaban mi espalda y nuestro beso parecía aumentar de intensidad provocando una falta de aire en ambas por lo que nos separamos un momento, Lauren aprovechó ello para tomar la parte trasera de mis piernas y colocarme sobre la mesa. Ella se posicionó entre mis piernas y mis caderas estaban peligrosamente cerca de las suyas, por instinto enlace mis piernas a su alrededor y seguimos con el beso.

Mis manos estaban en su cuello y poco a poco descendían pasando por su espalda hasta llegar a su perfecto trasero. Las manos de Lauren acariciaban los costados de mis piernas y sentía que lentamente subían a los costados de mi torso provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo.

Mi mano derecha se deslizó por debajo de su blusa y acaricié su espalda, cuando quise acariciar su abdomen ella puso su mano sobre la mía y detuvo toda interacción entre nosotras.

–Lo siento –dijo ella con el ceño fruncido y los ojos llorosos.

–No tienes por qué, yo lo siento –seguía sentada sobre la mesa, mi agarre con las piernas en Lauren desapareció y nuestros cuerpos se separaron ligeramente.

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