Capítulo XVII

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(Emma Swan en pocas ocasiones en su vida había podido afirmar que se encontraba realmente feliz, justo como lo era ahora, de un momento a otro su vida de fracasos y resentimientos se había visto interrumpida por la sonrisa del hijo que había abandonado años atrás, pidiéndole lo que parecía un disparate que la llevo a conocer al amor de su vida. A Regina Mills, ella, tan alta y refinada, tan hermosa e inteligente, fue una locura que desde el inicio se hubiera atrevido a soñar con ella, pero lo había logrado, y ahora su corazón le pertenecería para siempre. O al menos así lo había creído hasta que esa figura volvió a su vida, hacia tantos años que no cruzaba palabras con Octavia, pero allí se encontraba en la puerta de su casa en Storybrooke, con el cabello desarreglado y los ojos llenos de lágrimas, afirmando que aun la amaba, que estaba dispuesta a ser feliz a su lado, y que volviera con ella al mundo real ¿Cómo podría siquiera pensar en decir algo así? cuando podía ver el cuchillo sobresaliendo de su ropa)

Cleopatra envió todos los objetos que reposaban sobre la mesa, al suelo en un arranque terriblemente impropio de molestia, la carta que había recibido como respuesta de la general, no era nada más que una falta de respeto, como gobernante y como la mujer que alguna vez fue su amante. Quería gritar, quería maldecir a todo pulmón y ordenar que todos sus hombres regresaran a Egipto, dejando de lado ese viaje que solo era un terrible error, pero la voz calmada de su consejera y ahora compañera de guerra, se hizo audible como único eco en su cabeza, trayéndola de regreso a la realidad, de una vida llena de estrategias y tratos con personas más indeseables de la que no podía escapar por más que quisiera.

-Majestad, la carta puede decir que su ayuda no es necesaria, pero ya sabe, por el rostro de Lépido y de los soldados que aquí descansan, que su ayuda hará la diferencia entre la victoria y la derrota. – disuadió Ruby.

-Eso lo sé, también lo sabes tú y por Horus, hasta Lépido lo sabe, entonces ¿cómo es posible que la general más preparada de Roma no lo vea de ese modo? – gruño la morena, tratando de calmar su pecho.

-Creo que algo más sucede. – continuo la ojiverde. – puede que yo no sepa mucho sobre guerra, pero si sobre historia, he leído y vivido mucho, majestad, esto podría ser solo una trampa.

- ¿Una trampa?, no es del todo alocado una suposición así, pero, de ser cierta, significa que hay un traidor cerca de Marco Antonio, o mejor dicho una traidora. – afirmo la reina, regresando a su trono. – Octavia debe estar buscando la muerte de su esposa o algo peor.

-Su hermano es el emperador, si Marco Antonio muere en batalla, ya no habría rival para sus planes. Además, majestad, es un poco conveniente, que ella haya decido viajar con la general en esta campaña y que el mensajero tenga el aspecto de haber salido del mismo averno.

-No, esto no es acerca de poder, es algo más. – reparo la morena acercando un pergamino. – aunque cueste trabajo creerlo esto, es sobre amor, y si, Octavia tiene algún plan contra Marco Antonio, lo vamos a averiguar.

La reina de Egipto entonces, procedió a escribir dos mensajes, uno en respuesta al que había recibido, afirmando que obedecerían y enviarían de regreso sus tropas a Egipto, y otro, más personal donde contaba sobre las intenciones pretenciosas de Octavia, y clamaba explicando por un nuevo plan. Procedió después a llamar al mensajero, que aun temblando, se presentó ante ella, algo que le conmovió, así que, lo despejo de toda responsabilidad, ya no tendría que regresar a Antioquia, ni volver a prestar servicio más allá del militar, el joven pareció genuinamente aliviado de oír esas palabras y con agradecimientos abandono la presencia de ambas mujeres, dejando a Ruby con una expresión de intriga, sabía que necesitaban un mensajero, uno nuevo y menos cobarde, pero, ¿Quién podría tener el suficiente valor como para confiarle algo así?.

-Permítame hacerlo majestad. – intervino Ruby, finalmente cuando supo que la respuesta era obvia. – yo entregare el mensaje y jugare todas mis estrategias contra esa mujer.

La Serpiente Del Nilo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora