"Dancing with the Devil." | JaeYong. 🌹 [Adaptación]

ᴠɪɪ: "ʟᴇɴɢᴜᴀ ᴀғɪʟᴀᴅᴀ".

Finalmente, luego de las dos semanas Taeyong volvió a la escuela. "¡El viaje en el que Dios guía tu camino!" Dijeron, pero Dios no guiaba nada que tuviera el nombre "Lee Taeyong", y éste lo sabía.

Kim Doyoung continuaba molesto por no haber ido, Taeyong temía ir porque sabía que iría casi todo el curso, y eso implicaba que Park Jinhwan y Bang Yoonbin estuvieran allí. "Los bravucones", por así decirlo.

Hacían la vida de Doyoung y Taeyong, todo por no llevar el típico estereotipo y por ser inocentes. Doyoung era un rebelde sin causa, incluso siendo de la misma edad que Taeyong, pero claramente en el instituto no aparentaba aquello. En cambio, el castaño era como siempre en todas partes.

Park Jinhwan era el que siempre seguía a Yoonbin. Éste último había tenido una vida terrible, cayendo en un orfanato y siendo adoptado por una familia rica al ser extremadamente hermoso. Se le subió la fama a la cabeza, nadie sabía que era adoptado excepto los padres de Taeyong, los cuales se llevaban bien con los padres de Yoonbin. El castaño lo había escuchado en el momento en que el señor y la señora Bang lo habían confesado ante los Lee, pero jamás dijo nada.

Sabía que iba a tener un viaje terrible. Por todos los cielos, lo sabía. Pero ya nada le importaba, ya no le encontraba mucho sentido a las cosas.

Quería a Jaehyun, lo único que quería, lo único que deseaba y no podía tener. Sintió todo el cariño que éste alguna vez le dio realmente falso, y eso rompió su corazón.

El autobús parecía estar esperando a que los estudiantes finalizaran de subir. El profesor de coro estaba a un lado de la puerta de éste, observando su reloj. Probablemente esperaba a que fuese el minuto exacto para subirse y partir. Taeyong pensó seriamente en escaparse, pasar el día paseando en la ciudad, tal vez comprarse un helado y luego volver a la escuela cuando fuese la hora, pero su madre lo mataría por aquello, así que caminó rápidamente al autobús, entregando su permiso y subiendo a éste.

Todos estaban sentados en sus respectivos lugares excepto los dos imb... bravucones. Los dos bravucones. Se encontraban molestando a un chico de adelante, el cual estaba junto a otro, ambos cubriendo sus cabezas para no ser golpeados por éstos. Taeyong rogó pasar rápidamente por el pasillo, y así lo hizo. Ni siquiera tenía idea cómo no lo notaron. Iba a sentarse detrás de todo, del lado de la ventana y junto a Johnny Suh, el cual era la universidad del frente de su escuela, y leía la biblia con mucha atención. No entendía cómo nadie eligió aquel asiento, lo mejor del viaje era disfrutar el paisaje.

Una vez el castaño se sentó, suspiró y se acomodó contra el respaldo del asiento, su piel erizada debido al frío.

El invierno se acercaba. Johnny Suh dejó de observar la biblia para ver a su acompañante.

— Hey, Taeyong —Dijo.

A decir verdad, Johnny era un buen tipo. Un buen y lindo tipo. No se metía con nadie, y nadie se metía con él debido a su tamaño: Grande, musculoso y con mala cara... pero solo para algunas personas. Taeyong lo había conocido cuando tuvo que hacer una obra de teatro en donde Johnny era Moisés y Taeyong... bueno, ignoremos que fue una oveja y solo enfoquémonos en presumir que estuvo en una obra. Su primera obra.

Desde allí se saludaban en la salida de clases y pocas veces habían intercambiado palabras, pero nada más que eso. Ni siquiera una amistad como la de Doyoung y Taeyong.

— Johnny —Saludó de vuelta Taeyong, notando lo frío que había sonado. Observó de reojo la biblia y frunció un poco el ceño al notar que ésta, por dentro, no era nada parecido a la verdadera—. ¿Qué lees? —Fingió no saber.

— ¿Qué te parece? —Rio Johnny nerviosamente a la par que volvía su vista a la lectura.

Taeyong le observó por unos segundos con notoria gracia—. Definitivamente no he visto antes la palabra "vampiro" en la biblia —Comentó, llevando su mirada al frente, fingiendo quitarle importancia a aquello.