- ¿Nuevo sueño? - curiosa por lo que acababa de decir no pude evitar preguntar.

- Si, antes estudiaba otra carrera en California, pero me di cuenta que no tenía vocación y he regresado a Pensilvania hace poco - explicó solo volteandome a ver de vez en cuando para no quitar la vista del camino.

- ¿Y que es lo que estudiabas? - pregunté pero de una vez hablé para que no pensara mal - Disculpa no es necesario que respondas eso.

- No me importa la pregunta, es más me agrada que estés interesada - fruncí un poco el ceño pero él habló antes de que pudiera protestar - Estudiaba Medicina para poder especializarme en oftalmología.

¿Que? Trágame tierra. No podía ser, no podía tener tanta mala suerte.

- Disculpa tantas preguntas pero, ¿Por qué dices no tener vocación?

- Me llevaba muchos años poder convertirme en lo que mi padre quería que sea, estudiar medicina no era mi pasión, y me di cuenta cuando el primer semestre empezó - siguió su explicación.

- Y... - me atreví a tomar la cámara entre mi manos - ¿Como te has fijado que te gusta la fotografía?

- En cuanto tuve una cámara en mis manos, un compañero de clases tenía una de estas profesionales, me dejó sacar una cuántas fotografías y me quedaron muy bien, de ahí en adelante siempre se la pedía y pues heme aquí nuevamente de regreso y con un nuevo sueño - decía todo con una sonrisa y una mirada que apenas lograba ver pero que era hermosa

- WoW que profundo - traté de romper el hielo y soltó una carcajada.

- Si, soy muy apasionado aveces, me encariño y me enamoro muy rápido. Y creeme que el amor por la fotografía fue así como un flash, De repente - eso explicaba tantas cosas.

- Ya veo y entiendo ciertas cosas - no quise decir eso, pero vi que lo habia pensado en voz alta.

- ¿Que cosas? - preguntó, y yo que trataba de no enfocar mi vista en el camino, ahora quería desviarla.

- Bueno... - no quería meter la pata la verdad.

- Puedes decirme lo que sea.

- Bueno aquí va - tome aire y lo vi reír un poco - Entiendo tu interés en mi, la razón de porque eres tan cotilla aveces.

- ¿Soy cotilla? - preguntó con un falso asombro.

- Siii - me reí junto con él - Si tuviste un repentino interés en mi, ya veo porque tanta insistencia, eres intenso.

- ¿Intenso? - asentí poniendo mis labios en una línea fina - Bueno lo admito, pero es que cuando me gusta algo o alguien trato de conseguirlo.

- Entiendo lo del los sueños o las cosas, pero soy un ser humano - con nerviosismo acomodé un poco mi cabello.

- Sii y como ser humano te digo - pausó un poco porque al parecer está aparcando.

- ¿ Llegamos? - miré un poco hacia los lados y al parecer no estabamos en un parque.

- Si, comeremos unos helado antes - dijo riendo un poco y bajó del auto al terminar de aparcar - dijiste estar de mal humor, nada mejor para eso que unos helado - si que tenía razón.

Al bajarse rodeó el auto para abrirme la puerta, un gesto que agradecí mucho la verdad, no iba a poder bajar sola de esta camioneta ni aunque quisiera. Esos helados eran mi esperanza un poco, pues trataría de desviar la atención de las bicicletas.

- ¿Me permite señorita? - me tendió la mano al abrir la puerta, la aceptó gustosa porque sino estaría segura me rompería algo.

- ¿Que me decías? - pregunté cuando ya estábamos andando para entrar a la heladería.

- Aahhh si - abrió la puerta del local - Te mereces un amor bonito y espero que sea yo quien pueda dártelo - paré en seco y lo miré.

- Si que eres intenso - fue lo único que se me ocurrió decir para romper el hielo, y crei que había funcionado porque soltó una carcajada.

- Mata momentos - lo mire y solo me encogí de hombros.

Trataría en todo lo que pudiera de desviar la atención de esos sentimientos, por el momento no estaba lista para nada así, y ése chico de verdad que se notaba que era muy apasionado por así decirlo. Prefería quedarme con mis únicas amigas y compañeras.

MI GUITARRA Y LA SOLEDAD.

- ¿De que gustas ? - estábamos ya parados frente al mostrador para pedir los helados.

- Caramelo y menta - era una combinación extraña pero a mí me encantaba.

- Muy bien Caramelo y menta y para mí Chocolate y Café - él no se quedaba atrás, que combinación.

Al recibir los helados, el hizo como para querer salir y lo frené.

-¿A donde vas? - lo tenía tomado de la mano

- Caminar, el parque no queda muy lejos de aquí andando- me mira pensativo

- Mejor quedémonos acá - trataba de jalarlo un poco hacia una mesa

- Caminemos... - lo interrumpí.

- NO - dije más alto de lo que quería.

- ¿Que sucede? - preguntó un tanto inquieto.

- No puedo andar en Bicicletas - lo dije, lo dije solo quedaba menos así será más fácil.

- ¿No sabes? - preguntó pero antes de que yo respondiera él siguió hablando - Puedo enseñarte no te preocupes, Ven - me halo de la mano que le estaba tomando y me sacó de la heladería.

Intentaba decirle, pero me lo hacía más difícil. Quería acabar con eso de una vez, si se va a alejar que se aleje, pues entonces demostraría ser una persona muy diferente a lo que habia dicho y hecho en tan solo esos días, y si no pues perfecto ya se acabaría mi calvario con todo este tema.

Bendita sea la enfermedad que padecía, además que no me dejó tener una niñez normal, y mucho menos una adolescencia, en ese entonces que poco a poco entraba a la adultez - bueno tampoco asi- me lo complicaba todo.

Si en mi vida después de tanto tiempo quisiera entrar una nueva amistad o algo más, eso no lo sé, debía ser honesta, no se empezaba nada con una mentira.

- Espera Mason, para - aún tiraba de mi brazo así que paré y casi caigo al suelo porque el seguía avanzando.

- Cuidado Camila - evitó que cayera pero mi helado no tuvo la misma suerte.

¡Oh no! mi pobre y delicioso helado

- No puedo manejar la bicicleta por favor - dije sin dejar mirar mi pobre helado todo esparramado en la acera

- Pero... - lo interrumpí

- Estoy casi ciega, no puedo hacerlo.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now