17.

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Capítulo originalmente escrito por layn_lz. Yo sólo me encargué de editarlo y adaptarlo.

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Las cosas con Jungkook, desde su punto de vista, siempre habían sido hermosas. Él era tan absolutamente bonito ante los ojos de Taehyung, tan sublime y etéreo... Podía jurar que sus besos tenían un sabor dulce que le recordaba a un hogar, a todo eso que siempre había buscado y que deseaba tener; que sus caricias suaves eran tan sutiles como efímeras, y provocaban una extraña calidez que fluía a través de la piel que tocara sus dedos, haciendo que todo a su alrededor se detuviera y que el suelo inestable bajo sus pies lo sintiera desaparecer.

Taehyung amaba infinitamente a Jungkook. Amaba la forma en que se veía al despertar aún somnoliento cada mañana, amaba lo tibio que se sentía su cuerpo acurrucado junto a él y la forma en que lograba acelerar los latidos de su pobre corazón con algo tan simple pero a la vez tan hermoso como lo era su sonrisa; amaba acariciar la tierna carne de su pequeña cintura y guiar sus manos hasta posarlas en sus frondosas caderas; amaba posar la nariz sobre su cabeza cuando reposaba en su pecho, aspirando suavemente el olor que desprendían sus negruzcos cabellos, ese aroma que lo tenía adherido a toda su piel y que le recordaba a él, a ellos, acompañado de un toque que podía describir como a sol y lavanda, tal vez un poco de durazno, y todas esas cosas dulces porque para él, Jungkook era una mezcla de olores y sabores maravillosos.

Recordaba vagamente cuando él mismo le había hecho el comentario, hace mucho tiempo atrás, en uno de los tantos días en que amanecieron con las piernas entrelazadas y un deseo infinito por permanecer allí para siempre.

—¿Mi cuerpo sabe a todas esas cosas? —preguntó Jungkook. Taehyung asintió, cautivado por la imagen que tenía frente a él—. Debo ser muy delicioso entonces —dijo con una sonrisa traviesa tirando de sus labios, pero que fue rápidamente reemplazada por una mueca de concentración—. Siento decirte esto, Tae, pero tú no sabes tan bien como yo, tú sabes como a sal y vinagre.

Su misión era fingir molestarse con el azabache al menos durante un par de horas, pero al final desistió de su pequeño capricho cuando lo vio removerse inquieto entre las sábanas, mirándolo con una expresión indescifrable en su rostro y las orejas echadas ligeramente hacia atrás. Taehyung rió ante lo tierno que se veía y procedió a explicarle que lo que había dicho era algo metafórico, concepto que también tuvo que explicarle al ver su confusión disfrazada en un ceño fruncido. Al final, Jungkook sólo sonrió suavemente, y volviendo a recostarse a su lado en la cama, le dijo:

—Sólo estaba jugando contigo, Tae. En realidad, debes oler mucho mejor que yo, porque amo percibir el aroma de tu perfume en mi ropa aún después de tanto tiempo de haberte ido.

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Taehyung se encontraba en medio de una encrucijada. Había estado teniendo una lucha interna consigo mismo durante todo ese tiempo, pensando seriamente en si lo correcto sería volver a verle o no. El resto de la semana no pudo concentrarse del todo, pues lo único que invadía su mente a todas horas era la posibilidad de encontrarse con él nuevamente para recibir las respuestas que tanto había estado buscando, pero por muy tentadora que sonara la idea, él no quería hacerse más daño. Debía aceptar el hecho de que Jungkook se había ido por cuenta propia, sin ningún tipo de explicación a excepción de una carta en la que prácticamente no decía nada.

Aunque, si debía ser honesto, la verdad es que se moría de ganas por oír las razones que tuvo para haberse ido así sin más. Le había dicho aquella vez en la cafetería que en parte era porque lo trataba como a un niño, lo cual tenía algo de sentido, pero que aun así no le parecía ser una razón real o suficiente para ello.

La Regla de los 3 Meses ➳ 𝐓𝐀𝐄𝐊𝐎𝐎𝐊 Where stories live. Discover now