Es caprichoso el azar

CAPÍTULO 24: MUERTE

- ¿Por qué las dos varitas que he usado fracasaron cuando las dirigí hacia Harry Potter?

-Yo... Yo no puedo responder eso mi Señor.

-¿No puedes?

Siento una puñalada de irá atravesando mi cabeza, llevo mi puño hasta mi boca evitando no gritar del dolor que siento. Cierro mis ojos y de pronto soy Voldemort estudiando la pálida cara de Severus, se miraba tan cansado.

- Resulta que nuestras varitas tienen núcleo gemelo, por lo cual no pueden causar daño al otro portador del núcleo. Pero cuando utilice la de Lucius se hizo pedazos tras enfrentarse a la de Potter.

-No... no tengo explicación, mi Señor.

Severus no miraba a Voldemort, sus ojos estaban fijos en la serpiente enroscada en sus protecciones.

-Busqué una tercera varita, Severus, la varita de sáuco, la varita del destino, la vara de la muerte. La tome de su dueño anterior, la cogí de la tumba de Albus Dumbledore.

Ante sus palabras, Severus mira a Voldemort y ahora su rostro parece una máscara de muerte, sus ojos se opacan, su hermosa piel palida se volvió mucho más, estaba tan quieto que cuando habló, fue una conmoción ver que alguien vivía tras de esos ojos vacíos.

-Mi Señor...déjeme ir  por el chico...

-Toda esta larga noche mientras estoy al borde de la victoria, he estado aquí sentado -dice  Voldemort, su voz apenas más alta que un suspiro- preguntándome, preguntándome por qué la varita de saúco se niega a ser lo que debería ser, se niega a actuar como la leyenda dice que debe actuar para su verdadero dueño...y creo que tengo la respuesta.- guardo silencio por unos momentos- ¿Quizás tú ya la sabes? Después de todo, eres un hombre inteligente, Severus. Has sido un buen y leal sirviente, y lamento lo que debe ocurrir.

-Mi Señor.

-La varita de saúco no puede servirme adecuadamente, Severus, porque yo no soy su verdadero dueño. La varita de saúco pertenece al mago que asesinó a su último dueño. Tú mataste a Albus Dumbledore. Mientras vivas, Severus, la varita no puede ser realmente mía.

-¡Mi Señor! -protestó, Voldemort levanto la varita.

- No hay otro camino -dijo Voldemort- Debo dominar la varita, Severus. Dominar la varita, y dominar a Potter al fin.

Voldemort golpeó el aire con la Varita de Saúco. No pareció hacerle nada
a Severus, que por una fracción de segundo pareció pensar que había sido indultado, pero entonces la intención de Voldemort quedó clara. La jaula de la serpiente se había girado en el aire, y antes de que Severus pudiera hacer algo
más que gritar, le había cubierto parcialmente, la cabeza y los hombros y Voldemort habló en Parsel.

- Nagini matalo.

Al escuchar el grito de terror salir de los labios de Sev, trato de levantarme y llegar hasta el, pero Draco y Ron me detienen, mi corazón duele, siento las emociones de mi Omega y mi alfa se vuelve loco en mi interior para llegar hasta donde el. Me concentro y vuelvo a la mente de Voldemort, veo como la cara de Sev pierde el poco color que le quedaba,  empalideció mientras sus negros ojos se ensanchaban, mientras los colmillos de la serpiente atravesaban su cuello, y él fracasaba en su intento de librarse a si mismo de la jaula encantada. Sus rodillas cedieron y cayó al suelo.

-Lo lamento- dijo fríamente Voldemort. Se apartó, no había tristeza en él, ni remordimiento.  Apuntó hacia la resplandeciente jaula, que contenía a la serpiente, y esta flotó hacia arriba, liberando a Sev, que cayó de lado sobre el suelo, con sangre chorreando de las heridas del cuello. Voldemort salió de la habitación sin una mirada atrás y la gran serpiente flotó tras él dentro de su enorme esfera protectora.

De regreso al túnel y a mí propia mente,  abro los ojos. Me había hecho
sangrar al morderme los nudillos en un esfuerzo por no gritar. Salgo  rápidamente del escondite.

-¡Harry!- grita Hermione.

Me aproximó hasta Severus, las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas, Severus trataba de retener con los dedos la sangrienta herida del cuello. Me inclinó  sobre él, tomo sus mejillas y apartó su mano de la herida y coloco mi mano en su lugar, Sev me agarra la parte delantera de mis ropas y me acerca a el.

- Hermione, por favor, necesito ayudarlo... Tranquilo mi amor, todo estará bien, estarás bien

- Harry, ten - Hermione me da un pequeño bote- hechalo rápido sobre la herida y has que beba un poco - rápidamente hago lo dicho, cuesta que lo trague pero lo hace. Un terrible y borboteante ruido sale de su garganta, por su barbilla escurre sangre y saliva.

-Coge...la... coge... la... Alfa

Azul plateado, ni gas ni liquido, emanaba de sus ojos, Hermione me entrega un pequeño frasco y recojo los pensamientos, Draco se acerca y envuelve alrededor del cuello de Sev un pedazo de tela para poder detener la sangre.

- Estarás bien amor, no puedes dejarme Sev, me moriría sin ti

El agarre en mi ropa se afloja.

-Mira...a...me... -susurra.Mis ojos viajan hacia los suyos- Te...A...mo

- Yo te amo mas mí amor. - mis lágrimas caen, veo como sus ojos se cierran y su mano que sostenía mi ropa cae como un peso muerto, entro en pánico, pero aún veo su pecho moverse a causa de las respiraciones.

-Es la perdida de sangre, solo está desmayado - dice Draco.

- Necesito que los tres lo lleven a San Mungos, se queden con el y lo cuiden, deben irse ahora- les digo mientras les entrego un traslador.

Veo como desaparecen, es hora de terminar con esto, me aparezco en Hogwarts en el despacho del director, me dirijo al pensadero y coloco los pensamientos de Sev, me introduzco en este. En ellos veo como conoce a mi madre, los problemas en su familia, sus años en el colegio, cuando entraga la profecía a Voldemort, cuando busca a Dumbledore, cuando me conoce y se da cuenta que soy su alfa, como me protege desde el primer año, cuando tuvo la pelea con Ginny, los pensamientos que lo atacaban, sus inseguridades, y me doy cuenta que soy un Horrocrux, creo que ya lo venía sospechando puesto que podía ver la mente de Voldemort, salgo del pensadero.

Cierro mis ojos y me concentro, y ahora se dónde está Voldemort, me dirijo al bosque prohibido.