Capítulo 58

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—No sé que hacer...—le digo a Nicki mientras me encuentro tirada boca abajo del sillón de su casa.

—¿Con qué?

—Con Mateo. ¿Con qué más?

—Decile la verdad, ¿Cuantas veces te lo voy a repetir?

—No puedo...

—Si podes Agus...—dice y se sienta en el sillón y apoya su mano en mi espalda.—No pensés en como va a reaccionar. Pensá en como decírselo.

—Le dije que Lolita era quien se lo tenía que decir... no yo. Espero que le haya dicho la verdad, pero necesito saber si lo hizo o no.

—Y bueno, llamalo.—dice y me pasa mi celular.—Mira... yo me tengo que ir, si queres decile que venga, nadie los va a joder acá.

—Ay no sé...

—Sí, tenes que hacerlo Agus. Basta de dar vueltas amiga, no podes estar angustiada las 24 horas del día por eso.

—Tenes razón.

Miro mi celular y pongo su contacto.

Respiro profundo y lo aprieto.

Hola.

Escucho que dice frío. Y sí, está enojado porque no quise decirle.

—Mateo... quiero hablar con vos.

—Que bueno. Yo también quiero hablar con vos Agustina.

—¿Podes venir a lo de Nicki?

¿A qué hora?

Lo antes posible...

—Voy para allá. Pásame la ubicación por whatsapp, que no me acuerdo donde es.

Corto la llamada y miro a Nicki nerviosa.

—Ya viene...

—Vos podes amiga.—me dice con una sonrisa.—Me voy, me están esperando...

—Suerte...

—Suerte para vos.—dice, me da un beso en la frente y se va.

Necesitaba alguien como Nicki hace muchísimo tiempo.

Es una muy buena amiga.

Me quedo esperando por casi media hora, cuando escucho que el portero suena.

Me acerco y le abro la puerta de abajo, para después esperar a que suba.

Minutos después escucho que golpean la puerta.

Camino nerviosa y la abro.

—Hola...—digo al verlo.

Tiene cara de orto.

Parece que está más enojado de lo que yo pensé.

—Hola.—simplemente acerca su cachete, pero no escucho ningún sonido de beso de su parte.

—Sentate si queres...—le digo pero él solamente se apoya en el respaldar del sillón y me mira serio cruzando sus brazos. Que es lo que hace cuando está enojado.

—¿Qué tenes para decirme?—pregunta y yo aprieto los labios.

—¿Hablaste con Lolita?—trago en seco y él asiente sin moverse de esa posición. Siento un nudo en la garganta.—¿Y qué te dijo?

—No importa lo que me dijo. Pero esta es tú oportunidad para que me digas la verdad.

—Entonces Lolita no te la dijo...

—Te escucho.—dice y yo aprieto los labios, miro hacia un costado nerviosa y me rasco el brazo. Tengo miedo.

—Eh... no sé por donde empezar...—digo con la voz temblorosa.—Hace un tiempo me enteré de algo muy groso... sobre ella.—él levanta una ceja y me pone más nerviosa todavía.—No te lo conté antes porque justo pasó todo el tema de la prostitución y... estábamos distanciados... pero no puedo verte al lado de alguien que lo único que hace es mentirte.—el frunce el ceño, veo que cada vez tiene los ojitos más brillosos y eso me pone mal.

—¿Podes decirme de una vez lo que tenes que decirme?—me habla de mala forma y me pongo más nerviosa todavía, mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas también.

—Mateo...—digo y lo miro a los ojos, sus labios le tiemblan y me mira fijo.—Lolita te mintió, ella no se fue de Argentina porque su mamá falleció... se fue porque conoció a un streamer famoso con plata y le convenía hacerlo.

Él frunce el ceño.

—Perdoname que te lo diga así... no sé cómo hacerlo... pero su mamá está viva Mateo, todo este tiempo te estuvo mintiendo en la cara.

—No... eso es imposible.—dice nervioso con las pupilas alteradas.—Su mamá está muerta... la mató el padre...

—No... es todo una mentira... ella está viva, no sé en qué parte del mundo, supongo que en Estados Unidos... pero está viva Mateo, te lo juro...

—¿Y vos cómo sabes eso?—pregunta frunciendo el ceño, mirándome con odio como si yo tuviera la culpa de todo.

—Porque la Italiana se lo dijo a Nicki... ellas eran muy amigas antes de que Nicki me conozca.

Mateo se humedece los labios y después me mira desorientado.

Ya ni siquiera tiene el ceño fruncido. Tiene los párpados caídos, los ojos llenos de lágrimas y su rostro sin expresión alguna.

—Perdoname por no habértelo dicho antes... quería que ella te lo diga, yo no podía hacerlo... pero esa es la verdad.

Me mira a los ojos y veo que sus labios se entreabren un poco como si estuviera por decirme algo.

Se queda en silencio por unos segundos.

—Sos una mierda.—susurra y yo me quedo mirándolo a la cara sin comprender porqué me dice eso.—No puedo creer que me estes mintiendo con algo así.—las lágrimas caen cada vez más de sus ojos y yo me quedo helada.

—No te estoy mintiendo...—murmuro con la voz entrecortada y con todo el dolor acumulado en mi garganta.

Ahora si frunce el ceño y se acerca.

—¿Me ves cara de estupido? —dice y me agarra de la remera, miro hacia arriba porque a pesar de que es petiso, yo lo soy mucho más.—La madre de Lolita está muerta. Fui al velorio y al entierro. La mató su propio esposo, un día antes de que Lolita se vaya a la mierda.

Me suelta bruscamente, provocando que casi me caiga.

Me quedo helada.

—¿Por qué me mentís? ¿Con qué necesidad? ¿No queres estar conmigo pero tampoco queres que sea feliz con alguien más?—dice y se seca las lágrimas.—Sos una mierda Agustina, después de todo con lo que te ayude, te di un techo, te di comida, te di todo el amor del mundo...—dice y se le quiebra la voz por completo.—Te amo más que a nadie, te amo más de lo que alguna vez pude amar a Lolita... ¿Y me estás haciendo esto?

—Yo también te amo...—digo y me desmorono en llanto.—Nunca te mentiría con algo así Mateo...

—Olvidate. Ya no te creo nada de lo que decís.

Se da la vuelta, abre la puerta de la casa y desaparece de ahí, dejándome sola.

De nuevo.

[...]

Hasta a mi me dolió.

De nuevo no van a entender nada meper donan¿

rain » truenoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon