Capitulo I

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Primera Parte

Conozcan a Naruto

— No te alejes de mi y guarda silencio, ella aún está muy cansada —aquella mujer ordenó.

— Si Mamá —aquel niño la miro mientras asentía.

— Bien, aquí es —se pararon en la puerta en donde les habían dado la indicación. Mikoto toco esperando no incomodar a nadie del otro lado.

— Adelante —escucho a una voz conocida, por lo que tomó el pomo de la puerta y la abrió—, eres tú —la pelirroja tarareo con una canturrina voz pese a su estado un tanto demacrado por toda la situación que había pasado.

— Kushina —saludo la azabache al tiempo que se adentraba al cuarto con un Itachi detrás de ella.

— Me alegra que hayas venido, dattebane —parecía que el rostro de Kushina se iluminó al verle, al instante notó el pequeño bulto entre sus brazos y al Niño que estaba aún lado de ella— Itachi-kun has crecido tanto y veo que ese de ahí es Sasuke-kun—afirmó sonriendo.

Mikoto junto con su hijo mayor caminaron para posicionarse aún lado de la camilla.

— Itachi —lo llamo.

— Esto es para usted Kushina-san —el pequeño extendió un ramo de narcisos.

— ¿Para mi? —preguntó gunuinamente y el pequeño asintió acercándose a ella. Kushina los tomó para después abrazar al pequeño Niño—, eres tan lindo Itachi-Kun —tomó sus mejillas y El Niño solo sonrió—, tomen asiento —agregó después de pellizcar las mejillas del menor y, casi al instante se puso a acomodar aquel ramo de narcisos.

— Kushina, me alegro que estes fuera de peligro —comentó Mikoto tomando asiento.

La aludida dejó de hacer lo que hacía y puso un semblante más serio. Mikoto la observó bien y notó la forma en cómo apretó los puños.

— Hmmm —puso un rostro serio al recordar lo sucedido una semana atrás—. Minato y yo casi morimos —comentó con un tono agrio—, realmente por casi poco no estaría aquí, de no ser por Jiraya-sensei no se que hubiese pasado con nosotros y Naruto.

Mikoto ya estaba acomodada en una silla a lado de la camilla e Itachi miraba a su hermanito dormir. El Niño de cinco años era tan quieto y calmado, e irradiaba aquella personalidad tan pacifica y cálida.

— Pero todo está mejor y es un alivio saber que estás bien y que Hokage-sama se haya recuperado igual de rápido que tu —expresó con alegría mientras le regalaba una dulce sonrisa.

— Minato es un roble, el relámpago amarillo sigue en pie, dattebane —tarareo con alegría y expresión pese a su semblante cansado y con algún que otro golpe en recuperación.

«Siempre tan energética» pensó Mikoto mientras veía a su amiga.

— Pero gracias a Kami están a salvo y tu pequeño hijo está con ustedes —se acercó a ella y palmeó su pierna.

— Uy —de repente Kushina puso los ojos en blanco teniendo un aura un tanto morada, pareció recordar algo—, Mikoto-san ¿como has hecho para soportar ese dolor dos veces? —La aludida se reincorporó mirándola expectante. En ese momento Sasuke se comenzó a remover y Kushina sonrió para inclinar a verlo—. Pero no importa el sufrimiento y dolor, el tenerlos en nuestro brazos es lo mejor —tarareo la pelirroja mientras jugueteaba con las manos del bebé y este bostezaba.

— Kushina...

— Ne, Sasuke-kun —llamó al bebé, y aquel como si supiera que lo nombraban miro a la mujer fijamente—, prométeme que serás amigo de Naruto-kun —después alzo el rostro y miro al pequeño de cinco años—, tu también Itachi-kun, espero que Naruto y tú sean buenos amigos, dattebane.

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