Victoria lo beso enamorada. 

— Tus ojos océano me han dado fuerza para seguir. Y ahora que lo noto tienes pequeños puntos negros en el azul de tus ojos. 

Mikha besó sus párpados, su nariz, mejillas, olió el perfume en su cuello. 

— Te amo, te amo tan intensamente… te necesito tanto como respirar. 

— Creí que te había perdido. — ella le acarició el rostro y enterró las manos en su cabello. 

 Durante el resto del viaje no hubo palabras, solo besos cargados de amor y pasión. 

Cuando bajaron él observó su casa y suspiró satisfecho. 

— Supongo que Ilya estará ocupado arreglando la casa. 

— No quiero saber nada ahora. Lo único que quiero es subir esas escaleras y estar contigo. — Le dijo ansioso.  

 Al llegar Ilya ya tenía el baño preparado, mientras él se bañaba y afeitaba ella estaba en la habitación de al lado haciendo lo mismo. Mientras terminaba de arreglarse el entró a la habitación. 

  Víctoria suspiro al verlo afeitado y su cabello húmedo, sus pies estaban descalzos y su camisa a medio abrochar

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  Víctoria suspiro al verlo afeitado y su cabello húmedo, sus pies estaban descalzos y su camisa a medio abrochar. 

 Ella sonrió y lo tomo de la mano acercándose. Al entrar a la habitación Mikhail la abrazo por la cintura, apoyando la barbilla en su hombro. Ella se dirigió a la cama y él la tomó de la mano y la llevó a la chaise Lounge. Se sentó y la sentó en sus piernas, miró la ventana con la primer cortina corrida, la cortina blanca oscilaba dejando pasar la luz del sol de la tarde. Ella se acostó en su pecho. 

— Cuando me dijeron que estabas muerto… — Victoria sintió que su corazón latía fuerte. — Creí que se había acabado el mundo. Que mis flores habían sido arrancadas. 

— No importa de dónde venimos… — Murmuró él mirando el ocaso. — Una semilla puede germinar lejos del árbol ¿Verdad? Puede extender sus raíces en donde está cuidado y a la luz del sol. — Mikha la tomó de las mejillas y la miró. — Tu eres mi sol Victoria, tú eres la luz que bañan mis raíces, me has cuidado y has hecho que mis raíces se extiendan. Este es mi hogar, contigo, en tus brazos. 

 La besó largamente, de manera lenta, tierna, hasta que se convirtió en pasión. Sus diestras manos le habían desabrochado el vestido mientras le hablaba, desató su corsé mientras la besaba. Ella le quitó la camisa y pasó las manos con delicadeza por su pecho, los moretones que tenía estaban violáceos, ella lo miró preocupada. 

— No importa. — Murmuró besándole el hombro. — Más tarde, ocúpate más tarde. 

— No puedo aquí. 

 Mikhail le quitó el vestido, se paró y se desnudó con su ayuda, cuando ella se dirigía a la cama él la tomó de la mano y volvió a sentarse en el sillón. 

Entre Orquídeas y Secretos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora