v e i n t i u n o

3.3K 508 216
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aka caminaba apresurada hacia el casillero del chico que le robaba suspiros acaramelados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aka caminaba apresurada hacia el casillero del chico que le robaba suspiros acaramelados. En sus manos llevaba un sobre rojo, el último que le daría, pues había decidido dejar todo eso de una vez por todas, sabiendo que nunca sería lo suficientemente valiente como para vencer sus miedos. Sin embargo las manos le temblaron cuando notó que sobre el casillero del chico rubio una nota color azul yacía pegada con cinta adhesiva, cuando la leyó el alma se le salió del cuerpo, sus ojos se cristalizaron y el labio le tembló.


Querida Aka:
Tres cosas que no pueden ser ocultadas por mucho tiempo: el sol, la luna y la verdad.

Att: Tsukishima Kei.


—Maldición... —Murmuró la pelirroja, de sus ojos caían pequeñas gotas saladas.

Si una palabra pudiera describir lo que sentía su atolondrado corazón en ese preciso momento sería miedo, Aka tenía miedo de afrontar sus sentimientos cara a cara con el rubio, tenía miedo al rechazo, tenía miedo de nunca más volver a tener una conversación. Tan acostumbrada al miedo jamás pensó que podría sentirlo tan intenso, tan vivo, deseaba con todas sus fuerzas retroceder sus pasos e incluso el tiempo, viajar a otro universo y perderse en otra galaxia. Deseaba tanto y quería tanto pero su cuerpo permanecía inmóvil.

—Dime Aka, ¿A qué le tienes miedo? —La pelirroja se tensó al escuchar ese leve murmuró. La voz calmada de Tsukishima aceleró su corazón y el cálido aliento en su cuello no hacía más que ponerla nerviosa.

Su voz tan cerca se sentía como una delicada caricia de amor, como un poema del romanticismo, como una sinfonía sin descubrir, se sentía como algo ajeno al mundo real.

Los pasillos de la escuela se encontraban desolados, solamente ellos dos estaban presentes, siendo consumidos por el silencio, Aka con la frente apoyada en el casillero de Tsukishima y este mismo detrás de ella, con ambas manos a sus lados, aprisionándola por si intentaba huir de sus sentimientos.

—Fue fácil descubrirte, primero que nada porque Reddosutā significa "Estrella roja" y vaya sorpresa me lleve cuando descubrí que la pequeña chica pelirroja, que a veces notaba que me observaba, se llama Hoshimura Aka, dos simples kanjis te delataron. Desde ahí comencé a investigar más sobre ti Aka, comencé a observarte como tú lo hacías conmigo, notando detalles de ti que absurdamente me decían que eras tú. ¿Recuerdas cuando te pedí ayuda con aquel problema de física? Realmente no fue porque no lo entendiera, solamente necesitaba observar tu impecable caligrafía, así fue como llegué a mi acertada conclusión, mi estrella.
—Finalizó Tsukishima, volteando con delicadeza el tembloroso cuerpo de Aka. Esta mantenía la mirada baja, no quería verlo, deseaba que la tierra se la tragara en ese mismo instante.

—Lo siento... —Murmuró.

Esto sin duda alguna desconcertó al rubio, quien molesto preguntó —¿Por qué te disculpas?

—Por todo, por... — Aka no puedo continuar con sus lamentos, pues uno finos y suaves labios se posaron sobre los de ella. El delicado y dulce beso que Tsukishima le brindaba hizo que las mejillas de la pelirroja se encendieran como el bermejo tono de su cabello y su mente vagara en el mismo universo.

Besar a Tsukishima se sentía como descansar sobre suaves nubes de algodón, sus labios se sentían fríos, pero producían en ella una sensación cálida que revoloteaba en su vientre en forma de cientos de mariposas.

El amor explotaba en sus mejillas y la calma acariciaba los hombros de Tsukishima, no podía esperar más, él quería su amor completo, no a medias, no en cuartos, quería cada una de las palabras de Aka para él, cada uno de sus suspiros, cada uno de sus poemas, quería ser aquel que con tan solo existir estuviese cumpliendo un propósito, inspirar a una mente brillante.

Cuando Tsukishima se despegó con delicadeza de sus labios acarició su mejilla, un acto inocente e íntimo que hizo que los corazones de ambos dieran un vuelco.

—Aka, tus dulces palabras se metieron en lo más profundo de mi, y no sabes cómo detesto eso, porque por mucho tiempo solamente debía preocuparme solamente por mí y nadie más, pero ahora siento esta necesidad de estar a tu lado y apoyarte como tú lo has hecho conmigo, así que te pido que me dejes invitarte a salir, ¿Aceptas?

—¿Acaso estás diciendo que mis sentimientos son correspondidos? —Murmuró Aka aún descolocada por los dulces actos del rubio.

—¿A caso eres sorda? Fui bastante claro con lo que quiero. Te quiero a ti. —Tsukishima le observaba con intensidad, sus labios se estiraron en una sonrisa arrogante al ver las sonrosadas mejillas de la pelirroja.

Aka soltó una risa de felicidad, pues el miedo había desaparecido, ya no temía mostrar lo que su desenfrenado corazón sentía por su linda luna.

Ese día la luna resplandeció más que ningún otro y todos lo notaron, preguntándose el porqué, la respuesta era simple, desde ese momento trazaría un nuevo camino con una preciosa estrella roja a su lado, ambos alumbrarían sus caminos, se apoyarían desde la profunda oscuridad, lejos de todos aquellos quienes quisieran intervenir en su perfecta armonía, ahora solo eran ellos dos danzando en la tranquilidad que la noche podía otorgarles.

De ahora en adelante las estrellas brillan mejor en compañía, pues la luna jamás quiso ser solitaria.

Fin.

Así termina esta bonita historia de amor, muchas veces siento que Tsukishima es solo un bebé que necesita apoyo y amor, así que por eso decidí escribir esta breve historia, donde mi querida Aka le expresa con palabras dulces lo mucho que le estima...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Así termina esta bonita historia de amor, muchas veces siento que Tsukishima es solo un bebé que necesita apoyo y amor, así que por eso decidí escribir esta breve historia, donde mi querida Aka le expresa con palabras dulces lo mucho que le estima y apoya, cosa que quizás al principio a Tsukishima le pareció absurdo y ridículo, pero con el tiempo las cartas le hicieron sentir seguridad en si mismo y aprecio hacia su estrella guardiana.

Así termina esta bonita historia de amor, muchas veces siento que Tsukishima es solo un bebé que necesita apoyo y amor, así que por eso decidí escribir esta breve historia, donde mi querida Aka le expresa con palabras dulces lo mucho que le estima...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

editado nov. 2021.
Casi no edite este capítulo por temor a que se perdieran los bonitos cometarios que dejaron en el como fue el caso de los anteriores capítulos, además me gusta, quizás no del todo pero es lindo.

𝒮𝑒𝓁𝑒𝓃𝑜𝒻𝒾𝓁𝒾𝒶 • 𝒯𝓈𝓊𝓀𝒾𝓈𝒽𝒾𝓂𝒶 𝒦𝑒𝒾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora