Iki yürek [Terminada]

❇HIM [HarryStyles]❇

El eco resuena a cada paso que da un hombre de finos ropajes, este da un paso tras otros con el corazón acelerado y la respiración nerviosa al igual que cada célula en su sistema, piel blanca, cabellos castaños y rizados, facciones finas y ojos esmeraldas, su rostro esculpido y hermoso, digno de su estatus social, de todo un monarca en atención y nerviosismo mientras miraba alrededor reparando en cada cuadro, en cada estatua, y es que no era para menos, estaba en una iglesia, en el hogar de Dios, de los santos y todos los seres celestiales, se sentía un poco fuera de lugar al entrar ahí, él, Harry Edward Styles, segundo en línea de sucesión al trono de Sheshire, iba a confesar lo que toda una ciudad vería como un pecado, uno horrible, uno que lo estaba consumiendo desde dentro hacia afuera y que ni siquiera lo dejaba dormir en las noches, uno que lo dejaría tirado en tierra pero que debía sacar de su mente y pecho lo antes posible por la estabilidad de su propia salud tanto física como mental.

Ese día la catedral principal de Sheshire estaba completamente vacía puesto que era sábado y día de descanso, Harry tomó aire y pasó saliva sintiendo seca la garganta dando los últimos pasos hacia donde se encontraba el padre que estaba a cargo, Liam Pyne, sacerdote respetado y querido, serio y muy, muy devoto de su religión, también un gran amigo de Harry.

-Padre Pyne-dijo en voz alta viendo al hombre de espaldas, este contrario a otros días no viste sotana, solo está recogiendo algo y poniéndolo en su lugar-¿Cómo has estado?-Liam quien se había girado con sorpresa a ver quien lo llamaba sonrió al verlo, asintiendo con cariño.

-Muy bien Styles, tan bien como podría-dejó lo que tenía a mano en la mesa de madera pulida a su lado y caminó cerca del peli rizado-¿Qué haces aquí?-el ojiverde se encogió de hombros.

-¿No puedo venir?-el sacerdote negó y sonrió afable.

-La casa de Dios siempre está abierta a sus hijos, solo que hoy es sábado y nadie viene aquí-Harry sintió su sonrisa temblar desde que Liam dijo "todos sus hijos", ¿será él aún uno de ellos?, ¿sería escuchado?, la cabeza le dolía, llevaba días con dilemas y malos pensamiento, unos que cada vez volvían peores y más espeluznantes.