La Niebla (Versión Ninjago)

Capítulo 3: El Terremoto

P.V de Nadie

Después de que llegaran al pueblo, Kai estaciono la camioneta en el estacionamiento que estaba algo cercas del almacén, el centro comercial en el que estaban tenía varios condominios de tiendas y se podía ver a varias personas saliendo y entrando de las tiendas con varias bolsas llenas.

— Aun no hay señal — dijo Kai al revisar su teléfono.

— A lo mejor la tormenta afecto la antena del pueblo. Además tampoco se ve que haiga luz aquí — contesto Wu al mirar a su alrededor.

— Eso parece, vayamos al almacén. Antes de que se acabe toda la comida —

En cuanto llegaron al almacén, pudieron ver que mucha gente entraba y salía por la puerta, y sin mencionar las largas filas que se encontraban en las cajas. En eso Wu pudo identificar entre la multitud a su hermano Garmadon, un hombre con aspecto más maduro que el, y con cabello castaño oscuro, llevaba puesto un abrigo negro con pantalón de mezclilla y botas negras. Justo al lado suyo se encontraba Misako, quien por supuesto es maestra en la escuela del pueblo, y da solamente clases para los niños en el año de primaria, aparte de que también es la esposa de Garmadon y cuñada de Wu. Llevaba puesto un sencillo atuendo, y su cabello era de un castaño más claro atado a una trenza.

— Ahí está mi hermano. Los veré después — dijo Wu al separarse de los tres hermanos Smith.

— Sí, claro — dice Kai al despedirse del señor Wu.

— Hermano, ¿puedo ir a ver los dulces? — le pidió Nya a su hermano mientras lo volteaba a ver.

— ¿Yo también puedo ir? — ahora se lo pidió Lloyd.

— Claro, solo no se alejen mucho. Y Nya, no dejes que Lloyd tome muchos dulces, ni tú tampoco —

— Claro —

— ¡Awww...! ¡Pero no es justo! — se quejó Lloyd al seguir a Nya.

Cuando vio que sus pequeños hermanos se fueron por uno de los pasillos de la tienda, Kai pudo ubicar en la caja 2 a sus dos amigos de la preparatoria: Jay Walker y Cole Brookstone, quienes tenían su misma edad e iban en el mismo salón de clases. A Kai aún se le hizo increíble que ellos dos tomaran el trabajo de verano como cajeros y ayudantes en este almacén.

— Que tal, señoritas — saludo a sus amigos mientras bromeaba un poco con ellos y se acercaba a la caja en la que se encontraban. Por el momento ahora se encontraban registrando los precios de los productos y los guardaban en las bolsas para sus clientes.

— Buen día a ti también, Smith — lo saludo Cole, un chico con el cuerpo algo fornido con cabello oscuro algo largo.

— Amigo, esto es una locura — exclamo Jay, un chico con el cabello castaño claro algo rojizo, teniendo algunas pecas en su rostro y con altura algo baja — Hemos estado así todo el día —

— Desde que abrimos, de hecho — concluyo Cole al entregarle unas bolsas a un cliente.

— Al parecer las personas amanecieron de mal humor hoy — dijo Kai al mirar a todas las personas en el almacén.

— ¿Qué hay de ti? — le pregunta Jay.

— Un árbol por poco y destruye mi casa — les dijo sin expresión alguna.

— Guau, ¿bromeas? — exclama Cole.

— Si, hizo un enorme agujero en uno de los estudios de mi padre —

— ¿Están bien todos? — pregunto Cole algo preocupado.

— Si, bajamos al sótano esa misma noche —