Lo que pasó

8 0 0
                                    


¡Hola, gente que lee esto! y también un hola para ti que hace unos días me dijiste que leíste esta historia nuestra de nuevo y me hiciste sentir una vergüenza enorme, no te imaginas. 

Sé que muchos de los que leyeron y leen ahora esto se preguntarán qué fue lo que pasó, soy consciente de que fue un plot twist en la historia así que aquí va.

Verás, tal ves yo estaba tan adentro de mi versión distorsionada del mundo que no vi lo que iba a pasar, admito que en algún punto debí sospecharlo porque las cosas contigo iban muy bien, pero debes entender que para mí no había otra cosa más importante en el mundo que no fueras tú, que lo único que quería hacer era verte, tocarte, respirar tu aroma limpio y sentirte cerca.
Por eso me sorprendí tanto al ver tu mensaje ese sábado por la mañana, diciendo que no estabas sintiéndote bien y que simplemente te habías confundido conmigo, que me querías pero que lo mejor sería dejar las cosas así, recuerdo que el día anterior me habías regalado un par de besos, me traicionó la emoción. Al principio sentí tristeza, mucha y muy profunda, me dolía en el centro del pecho y en el interior de los codos y las rodillas, me pesaban los huesos y la sangre y mi piel era muy pequeña para contener mi carne, sentía que iba a explotar o que a lo mejor iba a vomitar mi corazón, lloré mucho, eso sí, tú ya sabes que tengo la vida sensible y el amor blandito, lloré con mis amigos y lloré en soledad más de lo que me hubiera gustado y por mucho tiempo; después sentí rabia, bastante más de la que podía manejar, no te podía ni ver por los pasillos sin sentir que mi mirada se llenaba de odio porque ¿Por qué tenías que ser tan bonita? resaltabas entre toda la gente fueras a donde fueras y de alguna forma mi mirada siempre caía en ti hasta por accidente, odiaba verte caminar por ahí tan inocente y libre de toda culpa cuando para mí estabas siendo la causante de todo lo que estaba mal en mi vida; Y entonces, cuando ya no te odiaba, volvimos a hablar y guardaba en mí un rencor inmenso y profundo, pero no tan profundo como mi amor, ese sí que era grande, lo más grande y poderoso que he llegado a sentir alguna vez en mi vida, y sentía celos por supuesto, más grandes que la vida mía. Ahora me parece que todo es más grande que la vida mía, hasta mi perro y las fotos en mi pared. 

Y varios años después y únicamente mediante el hecho de haber estado en la misma situación en la que estuviste tú fue que pude entenderte y me dije "uy, mierda" sentí que te había juzgado mal, comprendí lo que debiste sentir entonces pero tuve también la oportunidad de entenderme a mi y lo que había sentido contigo y por qué me dolió tanto. Entendí que no estuviste mal, que lo cierto es que tú no habrías querido nunca que esto me pasara, que me sintiera así por tus acciones y que realmente me querías, que me quisiste mucho y yo no supe qué hacer ni contigo ni conmigo. Yo fui mi propio enemigo invencible, mi doppelganger ahorcandome por años sin darle paso al entendimiento, creo que fue más culpa mía que tuya al final. 

Ha pasado mucho tiempo y mis sentimientos por ti no han cambiado, pero sí que lo han hecho mis pensamientos y la forma en la que te veo, ahora te entiendo mejor aunque la distancia me parezca irreparable. 

Te amo profundamente y aprecio que sigas en mi vida, aunque más ausente que presente. Has sido lo más grande que he llegado a sentir y tal vez lo único verdadero.

Con mi más grande aprecio te escribo estas palabras, ojalá no me hubiera equivocado tanto contigo, tal vez así no sentiría tanta vergüenza cuando me hablas. Mi más grande amor, mi niña de labios perfectos, perdóname por todo.

Siempre tuyo, A. 

¡Hola princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora