PEBLO II UNA HISTORIA EN CUARENTENA LA VENGANZA

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No había estado tan nervioso en su vida, desnudo, estirado en posición "La EstrellitaTM" notaba toda la presión del peso de Pedro en sus muñecas. Y no es todo lo que notaba de Pedro si sha saben a qué me refiero. Tumbado podía ver como la imponente figura del Presidente se cernía sobre él, atrapándole en la cama. No se podía mover y le dolía, pero al mismo tiempo era incapaz de ocultar que lo estaba disfrutando. La idea de Pedro dominándole le escitaba enormemente y su palpitante erección era prueba de ello. Por suerte parecía que Pdr se sentía igual, o al menos había suficientes evidencias físicas para pensarlo.

Lentamente Pedro comenzó a acercarse todavía, comprimiendo su pecho. Pegó los labios a la base de su cuello y empezó a notar su aliento... Pdr me apretaba contra la cama mientras le besaba apasionadamente, como nunca antes lo había hecho. De golpe paró, se alejó de mí, pero yo no podía, necesitaba más:

- Qué ocurrió Pedro? Por qué paraste?- Y ahí es donde lo ví, unos largos y blancos colmillos empezaron a crecerle en la boca

- No es esto lo que querías Pablo?- Me dijo mientras clavaba su pupila en mi pupila

- Sí, dije, es lo que siempre he querido! Házme vanpiro! Házme sexy! Házme tuyo!

Rápidamente Pedro se inclinó hasia atrás y acto seguido se lansó sobre mi cuello, mordiendo mi cuello con todas sus fuerzas. "AAAAAAAAAAAAAAAA" grité al principio, pero al instante me di cuenta de que en verdad se sentía rico en mi cuello. Al poco rato el mordisco de Pedro en mi cuello comenzó a ir acompañado por movimientos pélvicos y ahí lo empecé a disfrutar de verdad. Sus colmillos, penetrándome lentamente en mi cuello, su respiración acelerada, sus movimientos lascivos, mi postura de vulnerabilidad, eran todas mis fantasías en una. No puede evitar, en mi éxtasis grité:

- Llámame Khaleesi!!!

Mientras gritaba pude sentir a Pdr terminando de sorber mi sangre. Lentamente se levantó, cubierto de mi materia carmesí.

- Ahora, Pablo....... eres como yo

Un espasmo de emoción recorrió todo mi cuerpo............ bueno, no se si de emoción o de que me estaba desangrando. En cualquier caso, me desmayé.

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Las dos mujeres habían compartido ya unas cuantas copas de vino cuando Irene Montero notó que Begoña se apoyaba sobre su hombro, riendo. De repente se quedó congelada, no sabía qué era lo que estaba pasando. De pronto, la mano de la otra se apoyó sobre su rodilla, y las dos se inclinaron hacia delante, hasta que sus frentes se rozaron.

- Voy... voy a por más vino- dijo la rubia, que repentinamente parecía muy nerviosa

- Vale

- No te muevas

Irene no entendía nada, parecía que la otra quería besarla, pero no estaba segura. No sabía muy bien que hacer, y se planteó irse a casa, cuando de pronto Begoña reapareció con un camisón que dejaba a la imaginación aún menos que la ropa que llevaba antes...

- Irene, estoy muy cansada y me quiero tumbar, ha sido un día duro, ¿me haces compañía?

- Sí claro- la podemita se levantó como un resorte y la acompañó a la habitación, donde la mujer del Presidente se recostó en la cama y abrió la tercera... o era la cuarta?? botella de la noche

Montero se sentó a su lado, las dos con la espalda apoyada en el cabecero, fueron notando como cada vez estaban más cerca la una de la otra, hasta que finalmente las dos se olvidaron de lo siguiente que iban a decir y solo podían mirarse los labios mutuamente. Fue la podemita la que se lanzó, muy despacio y casi disimuladamente, a besarla. Tras unos segundos en los que la electricidad recorrió sus cuerpos con una gran intensidad, se separaron.

- Hmmmm, no te apetece más pizza?

- Por qué lo llamas pipsa cuando quieres decir sexo- contestó abalanzándose sobre ella.

Sus besos se volvieron más intensos, inesperadamente las manos de Begoña comenzaron a rozar la espalda de Irene, antes de que cualquiera de las dos se pudiera dar cuenta le estaba agarrando el culo...... y la cosa se les fue de las manos..........

Al cabo de unas 12 horas (aprox lo que debe durar el sexo entre mujeres, no sé, no tenemos ni puta idea), Begoña se empezó a sentir fatal. Le había puesto los cuernos a su marido. Aunque... pensándolo bien, él también lo había hecho. Se recostó y dejó que Irene le peinara con los dedos hasta que se durmió

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Pablo se despertó con muchísimo dolor de cabeza. Miró a su lado, pero Pedro no estaba. Se levantó y fue al baño, había tenido un sueño muy extraño. De pronto, se miró al espejo, o más bien, miró al espejo vacío... no había sido un sueño.....

De la emoción, salió corriendo por la Moncloa a buscar a Pedro y se lo encontró en una rueda de prensa. Qué guapo era... Ahora el, siendo un vampiro, igual conseguía ser la mitad de guapo que Pedro. Mientras estaba embelesado mirándole, la rueda de prensa terminó y Pedro se acercó a mi:

- Veo que ya has descubierto el mayor poder de los vanpiros- Dijo mientras me agarraba del paquete

- A qué te refierres Pdr? - Dije mientras me daba cuenta de que había algo inusual con mi entrepierna

- Por qué crees que me llaman "El Presidente Fierrote" (Figure 1) Pablo?

En ese momento me di cuenta, mi verga no solo estba increíblemente erecta sino que además juraría que había aumentado en tamaño:

- Qué es esto?!- grité- Qué me has hecho?!- exclamé

- Lo que me pediste, Pablo, ahora eres como yo - me contestó sereno

- Presidente?

- No, eso no. Vanpiro Pablo - volvió a decirme, como si no le importara

- Soy un monstruo! Me has convertido en una aberración Pedro!- El peso de mi miembro era casi tan grande como el de mi culpa.

- Esto es lo que siempre has querido Pablo, no engañas a nadie- Dijo mientras se arrodillaba lentamente.

- No, no... - titubee, pero era demasiado tarde, Pdr ya me había bajado los bóxers. Tantísima sangre estaba viajando hacia mi nuevo y gigantesco miembro que no podía pensar con claridad.

Pdr comenzó a jalar su miembro lentamente, podía sentir cada sutil movimiento. Pedro acercó sus labios a mi miembro, me miró a los ojos, entornó su característica media sonrisa y susurró:

- Nos espera una cuarentena muy larga...

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Riéndose a mandíbula abierta, un chaval de 15 años cerró la aplicación de Tik-Tok, donde acababa de ver el mejor vídeo de su vida en la cuenta de Carlota Snchz, hija menor de Pdr Snchz.

Peblo: una historia en la universidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora