Perdidos [XiuChen / ChenMin]

2. Tensión

Jongdae guardó una pistola en la funda bajo el brazo y otra en el tobillo, dejando además munición extra en los varios bolsillos que llevaba y un silenciador por si acaso. Además guardo varias navajas y dagas por el resto de bolsillos y el cinturón del traje que llevaba por si la cosa llegaba al corto alcance.

Las misiones de rescate no eran lo suyo generalmente, solo iba a matar sin piedad a alguien, y a pesar de que su especialidad era el corto alcance, el largo alcance era lo mas cómodo para asesinatos.

Sin embargo esta misión era de rescate, y era delicada. Llevaba ya muchos años conociendo a Xiumin, o Minseok, que era su nombre real, y sinceramente eran los mejores años de su vida. A pesar de que a Jongdae le costase admitirlo su "padre" le había jodido seriamente la capacidad emocional, y pensó que jamás llegaría a gustarle o enamorarse de nadie, incluso permaneció virgen hasta los 18, cosa que precisamente en los barrios en los que se movia, era una hazaña. Pero aun así, Xiumin apareció a sus 17 años junto a Suho en una de las primeras reuniones con EXODUS tras la muerte del viejo jefe, nada mas tomar Suho el control.

Su padre aun no había muerto, pero justo en aquel entoces estaba planeandolo todo, mientras tanto Chen trabajaba en solitario ajeno a cualquier problema. Y por eso msmo estaba en el nuevo despacho de Suho, que era el mismo del anterior jefe pero remodelado a su gusto y con Xiumin al lado del jefe.

-Bienvenido Chen- Le dijo Suho con aspecto cansado pero serio, las cosas debían estar bien complicadas- Este de aquí a mi lado es Xiumin, mi segundo al mando, Xiumin-hyung, este es Chen, el asesino del que te hablé.

-He escuchado mucho de ti- Le dijo Xiumin a Chen con una suave sonrisa que cautivó al mas joven, al igual que su voz, Chen tardó en reaccionar por que le había sorprendido lo dulce y bonito de su voz, al igual que sus rasgos faciales tan suaves- He oído lo letal que eres y Suho dice que además eres muy agradable, serías una buena adición en el futuro a nuestras filas.

-Es un placer conocerte- Dijo Chen tras unos segundos- Es una oferta tentadora pero me gusta mi vida solitaria.

-Bueno- Dijo Suho cortando la conversación- No te he llamado para eso, aunque estaría bien que te nos unieses, necesitamos tu ayuda, con el cambio de jefe hay muchas ratas dentro de la organización y necesito que acabes con algunas de ellas, aquí hay una carpeta con sus ficheros, hazlo parecer accidentes, pero accidentes muy dolorosos de ejemplo

Jongdae levantó una ceja ante la sugerencia, no era muy partidario de la tortura, pero entendía el disfrute casual y como una muerte muy dolorosa que parezca accidental, sobretodo si es de mucha gente, viendo la lista, podía ser el ejemplo perfecto para cualquiera que quisiese abandonar.

Tras ese trabajo, que fue relativamente sencillos, vinieron muchos mas, en todas las reuniones Xiumin hacía de consejero a Suho, acompañándolo a todos lados y atrayendo a Jongdae como abejas a la miel, por que el mayor jugaba con él, le seducía y tentaba en cada reunión, y Chen se lo devolvía, creando una bonita tensión sexual entre ambos de la que Suho se burlaba constantemente pero que ninguno parecía querer resolverla.

Pero cuando empezó Suho a estar demasiado ocupado organizando un ataque a otro grupo entonces era Xiumin el encargado de recibirle y darle las misiones, las cuales cada vez eran más parecidas a las de un miembro del grupo y no un asesino externo pero aún así las hacía sin rechistar.

Pero el mayor resultado de este acercamiento era sin duda el que hubo entre los dos. Xiumin empezó a ser cada vez más obvio con sus coqueteos y Jongdae no se cortó en un solo momento de devolvérselo de forma dulce y picante a la vez. Los dos habían empezado a jugar mas en serio en ese tiempo, y al padre de Jongdae no le estaba gustando nada, viendo a su muchacho ligeramente distraído, no durante el trabajo al menos, con cosas que el consideraba nimias e innecesarias. Pero aun así no se detuvieron, tanto Suho como el padre de Jongdae lo consideraban curioso y peligroso, sobretodo por que no pertenecían al mismo grupo y por eso ellos mismos intentaron resistirse uno al otro, aunque fue inutil.

El mes de la muerte del padre de Jongdae, el asesino tuvo que colaborar con Xiumin en una misión muy seria contra uno de los jefes de otra mafia que les estaba atacando, para esta ambos se vieron obligados a salir de Seul juntos y alojarse en el mismo motel, donde acabaron con esa distancia autoimpuesta por ambos y se acostaron por primera vez, entregándose el uno al otro en una manera en la que mucha gente pensaría que era más que simple atrcción física y es que para ellos lo era. Ninguno de los dos había olvidado que en su oficio la muerte estaba a la vuelta de la esquina y a pesar de lo que les unía decidieron mantenerlo con algo casual, para evitar que nadie descubriesen que eran la debilidad del otro.

Pero eso acababa de pasar, Jongdae se encontraba internamente histérico casi, se habían llevado a Xiumin, a su muchacho, y necesitaba recuperarlo, y cuanto antes. Con todo su equipo colocado sobre el cuerpo salió del apartamento y se dirigió a la zona en la que se había visto por última vez a Xiumin, sabía que desde allí empezaría la misión de rescate, y tenía una leve idea de dónde podía estar, solo necesitaba encontrar el rastro.

Jongdae estaba decidido, iba a encontrar a Xiumin, y si le habían tocado un solo pelo, se lo iba a devolver, pero con creces, nadie tocaba lo suyo, por que era lo único que tenía, lo único que le quedaba.