||TREINTA Y CINCO||

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Woojin y Changbin estaban en esos momentos en la sala de reuniones planeando cosas para la guerra. Hyunjin ya había vuelto a Goyang hace unas semanas, por lo que solo estaban ellos dos.

Había pasado ya mas de un mes desde que Woojin llego a Seul. Tanto el como Chan ya estaban bien, al omega se le prohibía salir mucho de la habitación, pero en aquellos momentos Félix y Chan estaban en el jardín del castillo mientras los alfas estaban en la sala de reuniones.

Woojin se sentía inseguro al saber Chan estaba solo con Félix en el jardín; Jeongin no podía acompañarlos que por que el mayor había enfermado.

-- Las tropas de Busan no deben tardar en llegar –- decía Mingi mientras mira a su rey -- Hace ya mas de un mes que el príncipe Seungmin nos mando la carta, es demasiado extraño que no estén aun aquí; deben estar tramando algo grande

-- Bueno, Busan tampoco esta tan cerca de Seul –- dijo Changbin

-- No creo que se tarden mas de un mes en llegar hasta aquí, Seo -- Woojin dice

-- El punto es que en estos momentos es cuando estamos más desprotegidos. Busan podría atacar en cualquier momento y hasta nos podrían tomar desprevenidos –- Dijo el pelirrojo

-- Creo que nos daríamos cuenta cuando las tropas estén a las afueras del pueblo –- comentó el castaño

En ese momento Woojin quiso decir algo, pero el ya conocido dolor en su pecho y el sonido de su lobo aullando se hicieron presentes. Tanto Mingi como Changbin se exaltaron cuando los ojos del azabache se tornaron rojos, su lobo interior estaba dominando sobre el.

Changbin sintió lo mismo, el dolor en su pecho y su lobo aullando, pero a diferencia de Woojin, el castaño no sabía por que; el castaño solo tenía la necesidad de estar con Félix lo antes posible.

Los dos reyes se dirigieron al jardín, siendo seguidos por Mingi por si algo o alguien estaba haciéndole daño a los omegas.

Cuando llegaron al jardín pudieron ver a Chan siendo sujetado por alguien, quien tenía su espada rozando la garganta del peliazul. Félix trataba de zafare del agarre de un tipo para poder ayudar a Chan.

Woojin no lo pensó dos veces y saco su espada para poder matar a aquel hombre que agarraba a su omega. Los cuarto hombres que causaron disturbio en el castillo fueron atrapados por Mingi y tres otros guardias que estaban por allí y habían llegado debido a los gritos que habían escuchado.

-- ¡¡Quiero que los maten!! –- Changbin fue quien grito.

Woojin abrazo a Chan, quien aun se encontraba asustado. El alfa trataba de hacer que el omega no se alterara tanto, pues eso podría ser peligroso en su estado.

Ambos deciden ir a la habitación, lo mejor en esos momentos para Chan era descansar un poco tras el susto que tuvo anteriormente.

Al llegar, ambos se acomodan en la cama. Woojin estaba sentado mientras recarga su espalda sobre el respaldo de la cama, Chan se encuentra entre sus piernas, recargándose sobre el pecho del alfa. El azabache empezó a repartir caricias sobre el azulado cabello de su omega, haciendo que este empiece a relajarse.

-- ¡Auch! –- exclama Chan cuando siente un pequeño dolor en el vientre

Woojin inmediatamente se puso alerta a todo, el azabache noto que Chan no se estaba alterando ni nada, el peliazul solo tenía su ceño fruncido.

-- ¿Qué sucede? -– cuestiona el alfa posando ambas manos en el abultado vientre de cinco meses del menor.

-- N-No lo se... –- susurra el omega.

Woojin iba a volver a hablar, de no ser por lo que sus manos sintieron en aquel momento. El mundo se detuvo para ambos en esos instantes. Ellos se miraron con sus ojos cristalizados y sus rostros de sorpresa.

Habían sentido por primera vez el movimiento de su pequeño cachorro, aquella simple acción había creado millones de sentimientos en ambos futuros padres.

El primero en empezar a sollozar fue Chan, siendo seguido por Woojin casi inmediatamente. Ambos se besaron con dulzura, transmitiéndose toda aquella felicidad y amor que sentían en el momento.

-- M-Mi bebé, mi cachorro...–- sollozo el peliazul

Woojin se separo de Chan, ahora quedando frente a su omega. El azabache poso su temblorosa mano sobre el vientre del menor, sintiendo que iba a desmayarse cuando de nuevo sintió un pequeño movimiento.

-- Bebé... -- dijo con voz baja el alfa.

Woojin se agacho un poco a la altura del vientre de Chan, empezando a susurrar palabras dulces y llenas de amor. El omega solo veía feliz como su alfa le hablaba a su pequeño cachorro, el menor podía sentir los movimientos y aunque estos fueran un poco dolorosos, esto al omega no le importaba.

Conforme Woojin le iba hablando al vientre de Chan, este podía empezar a sentir que el cachorro daba menos patadas, hasta que ya no sintió nada.

-- ¿Te duele? –- cuestiona el alfa refiriéndose a los movimientos del bebé

-- Solo un poco -– ríe levemente el peliazul al notar la preocupación del azabache.

Woojin solo se acerca al rostro de Chan y lo besa profundamente. El omega nota que el alfa empieza a llorar nuevamente, por lo que simplemente agarra el rostro de este y con sus pulgares limpia las mejillas del mayor.

-- Gracias... -– susurra Woojin sorprendiendo a Chan -– Gracias por darme un cachorro y mucha felicidad junto a ti -– el azabache esconde su rostro en el cuello del peliazul -- Te amo

-- Yo también te amo, Woojin –- contesto Chan con una sonrisa.

Al omega le encantaba cuando su alfa le decía que lo amaba; muy pocas veces eran las que el mayor decía aquellas palabras. Woojin no es una persona de mucho afecto con la gente; aun con Seungmin, su propio hermano, no demuestra tanto cariño, pero aun así todos saben que el mayor ama a su pequeño hermano. La única persona con la que el azabache es cariñoso, es con su omega.

Chan es el único que logra hacer que aquel rey sea feliz; por que sin el peliazul, Woojin no sería nada.

My Prince  [Woochan]Where stories live. Discover now