Sweetie [◇] YeonGyu.

○ E S P E C I A L.

No pudo evitar reír ante lo tremendamente adorable que se veía, apachurrando una vez más sus mejillas para besar sus labios seguido de sus mofletes, su barbilla y terminar por acariciar sus narices entre sí con suavidad. BeomGyu sonrió con sus ojos cerrados, dejando salir suaves risitas risueñas.

— ¿Qué quieres, sweetie?

YeonJun observó su rostro enrojecer de la vergüenza y sus ojos desviarse hacia otra dirección, atrapando su labio inferior entre sus dientes para finalmente esconderse en la curvatura de su hombro. Sintió los labios ajenos tocar su piel sutilmente junto a su respiración un poco agitada por haberse movido tanto.

— ¿Qué pasa? —volvió a preguntar, abrazando su cintura y pegándolo un poco más a su cuerpo— ¿qué quieres?

No obtuvo respuesta, pero los besitos tímidos que sintió en su cuello lo dijeron todo. Sin poder evitarlo soltó una risa baja, deslizando sus manos por sus muslos para apretarlos un poco.

— ¿Quieres volvernos uno?

— Q-Quiero ser uno —sonrió enternecido al escuchar su susurró tímido.

— ¿Ahora, mi precioso? ¿estás seguro?

Asintió saliendo finalmente de su escondite para mirarle con decisión y sus mejillas rojas. No era la primera vez que lo hacían, pero siempre sería vergonzoso para BeomGyu pedírselo. YeonJun sabía que podía ser atrevido, travieso y muy confiado, pero había momentos como esos, en que la vergüenza dominaba su cuerpo casi por completo. Sonrió inclinándose un poco para unir sus labios, quedándose quieto unos segundos antes de moverlos con suavidad mientras sentía los dedos de su novio enterrarse en los cabellos –ahora amarillos– de su nuca. Recorrió sus piernas hasta llegar a los bolsillos traseros de sus jeans, escondiendo sus manos y alzando un poco su cuerpo logrando crear una pequeña fricción haciéndoles jadear a ambos sobre sus labios.

YeonJun sujetó las orillas de la camiseta ajena alzándola por su torso, obligándole a levantar los brazos para pasarlos por su cabeza y dejándola caer hacia alguna parte de la habitación. Sonrió al ver el pecho desnudo de su novio y se inclinó un poco para dejar dos suaves besos en sus clavículas. BeomGyu lo separó unos momentos para también quitarle la camiseta, pasando su dedo índice por el pecho del pálido, mordiéndose su labio inferior al verlo levemente trabajado. Al observar aquellos ojos felinos no pudo evitar cohibirse de pronto, pues YeonJun le miraba con tanto cariño y admiración: con ojos brillantes y una sonrisa sincera dibujada en sus gruesos labios además de sus mejillas levemente rojizas.

— Vamos sweetie, apaga la luz.

Obedeció bajando de su cuerpo, dando zancadas rápidas para apagar la luz y aprovechar en quitarse el resto de la ropa. Escuchó el sonido de las ropas ajenas dejarse caer y luego la voz ronca pidiéndole melosamente regresar. Sonrió tiernamente y gateó por la cama, subiendo nuevamente sobre su regazo, mordiéndose el labio al sentir el contacto directo de piel con piel, tan suave y cálido.

— Gatito —murmuró al sentir las grandes manos de su hyung recorrer su espalda desnuda, quedándose quietas al llegar a esa zona en especial. Sonrió al apenas notar el rostro avergonzado de su hyung entre la luz de la luna y dejando un suave beso en la punta de su nariz tomó sus manos para dejarlas descansar sobre el final de sus muslos— sabes que puedes tocarme.

YeonJun lo sabía, pero aun así no podía evitar sentirse avergonzado y repentinamente tímido; prefería mil veces que BeomGyu le diera el permiso de hacer cualquier cosa con su cuerpo a sentir que le obligaba a hacer algo que no quería. Le atesoraba y respetaba como lo más preciado que tenía y nunca se perdonaría si llegaba a hacerle daño de algún modo.