Sweetie [◇] YeonGyu.

21

El río Han era iluminado por las luces de colores del puente que también regaba el agua de un lado a otro, convirtiéndolo en una hermosa vista.

BeomGyu caminaba junto a YeonJun, mirando las luces y las personas que paseaban por ahí. Había muchas parejas, haciendo sentir un poco incómodo al peliazul al ver tanto contacto físico.

— Oh —BeomGyu se detuvo, mirando el carrito de churros.

— ¿Quieres uno? —ofreció.

— No, la pareja de allá... —apuntó a una chica de cabellos largos y un chico con gorra.

— Ajá...

— La chica que te comenté, es ella.

YeonJun miró a la pareja que reían para después regresar sus ojos al rubio, su expresión se había puesto triste. Mordió su labio, no sabiendo que hacer.

— BeomGyu...

— Ella me dijo que estaba soltera y que le gustaba...

— Oye, no te desanimes —estás conmigo.

Bajó la mirada, apretando los puños. YeonJun miró sus mejillas enrojecer y sus ojos cristalizarse. No, ese niño no podía llorar ahí por una chica que no valía la pena.

Sin pensarlo mucho, le sujetó de la nuca y lo abrazo, dándole pequeñas palmaditas en la espalda. BeomGyu tardó segundos en reaccionar, pero termino correspondiendo envolviendo sus brazos en su cintura, olfateando la exquisita colonia del peliazul, causándole cosquillas. No le gustaba mucho el contacto físico, pero justo ahí, mientras le abrazaba y acariciaba la espalda con sumo cuidado, dejando descansar el mentón en su cabeza y sentía el calor de su cuerpo... supo que le gustaba. Le agradaba la sensación de tenerlo envuelto entre sus brazos y sentir los suaves latidos ajenos contra su pecho.

— Ella no vale la pena —le susurró— habrá muchas otras personas que querrán salir contigo.

— ¿Cómo tú?

YeonJun lo pensó unos momentos. Quizás sólo era un buen chico con un gran corazón que las personas aprovechaban su amabilidad para su beneficio y pasaban sobre él como si fuese una vil cucaracha. Quizás, sólo quizás... empezó a sentir algo por aquel chico de ojos pequeños y sonrisa con hoyuelos.

Por esa misma razón, alejándose un poco, acunando sus mejillas teñidas y mirando sus ojos marrones, murmuró— Como yo.

— Gracias por el pastelito —le sonrió dándole un mordisco al cupcake de chocolate con mucho glaseado encima.

"Una de las cosas más clichés, pero súper tiernas es limpiarles las mejillas cuando tienen comida, ¡es realmente adorable y deja con el corazón acelerado!"

— Tienes... —YeonJun señaló su labio— déjame...

Acercó su pulgar, quitándole el glaseado que había manchado la comisura de su labio. BeomGyu lo miró atento, sin decir algo.

— Cielos, debería enseñarte a comer —le tendió una servilleta.

Sonrió achicando sus ojos, sus mejillas se tiñeron de un ligero tono rojizo mientras pasaba la servilleta por sus labios. Se quedaron en silencio, comiendo sus cupcakes, estaban realmente cerca, incluso sus rodillas se tocaban, pero ninguno parecía querer alejarse. BeomGyu dejó su mano en la banca, sintiendo la mano de YeonJun bajo la suya, observó sus manos, la suya viéndose pequeña a comparación de la ajena para luego subir al rostro del peliazul, quien no parecía inmutarse por ello.

— Es... —aclaró la garganta— una bonita noche.

YeonJun asintió, admirando el cielo oscuro decorado con cientos de manchas blancas.

— Nunca había visto tantas estrellas antes.

— Mi madre una vez me dijo que las personas que morían se convertían en estrellas —YeonJun lo miró— ¿crees que esté escondida entre ellas?

El corazón del peliazul se contrajo unos instantes, observando la sonrisa melancólica del rubio. Sus ojos brillaban mirando las relucientes estrellas, apartó la vista, con los ojos muy abiertos, atrapando su labio inferior entre sus dientes.

— Sí... —murmuró— ¿ves esa de allá? —apuntó a una muy grande y brillante que podría opacar a las demás. BeomGyu asintió— estoy seguro de que es ella. Hermosa y brillante, iluminando tu camino todo el tiempo, siempre protegiéndote, tan perfecta y reluciente, siempre acompañándote y estoy completamente seguro de ello porque cuando miro tus ojos veo... miles... de millones y brillantes... estrellas...

Silencio.

YeonJun lo miró, sorprendiéndose de que BeomGyu tenga los ojos cristalizados, mejillas teñidas al igual que su nariz, contemplando la caída de una lágrima.

— BeomGyu, no llo...

— ¡Choi YeonJun-hyung! —se abalanzó sobre él, abrazándolo tan fuerte que casi los hace caer.

Apenas le dio tiempo de sostenerse de la banca con una mano mientras que la otra sostenía su cintura— Nos vamos a caer...

— Eso es lo más lindo que alguien me ha dicho nunca —murmuró sobre su cuello— gracias por ser mi amigo, hyung.

Amigo.

"Y si por alguna razón te manda a la friendzone... te jodiste wey, game over, una patada en los huevos duele menos. (¡Park Moa!)"

— Sí... eso... e-eso hacen los amigos.