Capitulo 1

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  Bien, esto es incómodo.

Carlo y Hades se encontraban frente a frente sentados en el par de sillones individuales, mientras nosotros nos manteníamos alejados. 

- ¿De qué estarán hablando?- Murmuró Eros. Alcé los hombros en respuesta ¿Qué sería lo primero que le preguntaría a mi padre luego de seis años? Probablemente no le hablaría, pero mi hijo no es así... por suerte, ni siquiera quiero imaginarme como sería tener un hijo con mi carácter. 

Mi vista vagaba de uno al otro, eran tan malditamente iguales que asustaban. Había notado que incluso tienen las mismas expresiones. De repente la vista de Hades barrió el salón para luego murmurarle algo a mi hijo y... se rieron.

Se rieron como si se hubieran conocido desde siempre. Un sabor agridulce se estancó en mi boca, si bien quería que se llevaran bien, no quería que Carlo perdonara con tanta rapidez al Dios... ¡Sos mi hijo, maldita sea! Hacete del rogar aunque sea un poco.

- ¿Andrómeda?- La voz de Zeus resonó por la cocina. Giré mi vista levemente hacía él.- Deja de mirarlos, das miedo.

- No puedo.- Respondí volviendo mi mirada hacía los hombrecitos en mi salón.- Tengo que saber de que hablan.

- Se están conociendo.- Eros sonó tan calmo, como si no le importara.

- ¿Y por qué no puedo ser parte?- Pregunté con un pequeño puchero adornando mi rostro.

- Porque no te corresponde.- Bufó el Dios.

- Callate, Dios prostituto.- Gruñí alejándome de la puerta por fin. 

Esta bien, lo acepto, dejaré que se terminen de conocer y luego esperare pacientemente a que Carlo me cuente sobre lo que hablaron... más le vale que me cuente sino se puede ir olvidando de la play.

- ¿Qué tenes pensado hacer mañana?

- ¿Por qué?- Pregunté tomando asiento en una de las sillas de la cocina.

- Tenía pensado presentarte a alguien.- La dura mirada que recayó sobre Eros fue suficiente para hacerlo alzar los brazos.

Entendía sus buenas intenciones, pero hacía dos años venía buscándome pareja. Sé que piensa que aún no he superado a Hades, que aún lloro por él en las noches ¡Pero no es así! Solo no quería conocer a nadie por el momento. 

Quería centrarme en mi hijo y en mi trabajo... no en un hombre. Para eso ya tenía mi consolador.

Cortesía de Zeus, por cierto.

Me levanté, estaba inquieta, no podía mantenerme sentada simplemente esperando. Caminaba por la cocina con impaciencia, si no venían a contarme sobre lo que hablaban iría yo misma a averiguarlo. 

- ¡Mami!- Tan pronto escuché el grito de Carlo salí disparada de la cocina con dirección hacía ellos.

- ¿Qué pasa?- Pregunté intercalando la vista entre ambos.

- ¿Donde están las fotos? Quiero mostrárselas a papá.- Alcé una ceja ante sus palabras pero preferí no comentar nada, simplemente rodee el sofá yendo hacía una de las estanterías donde, detrás de una pila de libros se encontraban los álbumes. Agarré dos de los cinco que ahí había y se los alcancé a Carlo.

Todos mis movimientos eran seguidos por dos grupos de ojos, los cuales no perdían ningún detalle en cuanto a mi. Al menos así fue hasta que tuvieron el primer álbum entre sus manos.

- ¿Ese es Eros?- Murmuró Hades señalando una fotografía donde el Dios del amor se encontraba alzando a Carlo, ambos sonreían a la cámara. 

- Sí.- Respondí sin darme cuenta.- Fue su primer día de jardín.

Hola, papá. (PRÓXIMAMENTE)Where stories live. Discover now