35. AGAPI

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Limpiemos esas lágrimas pequeñas. Es hora de seguir ¿Me odian aún por el capitulo anterior?
Los quiero!!!

35. AGAPI

Abbi

Casi un mes de la muerte de Lui. Cualquiera diría que con los días el dolor disminuye. Cualquiera diría que estamos mejor. Pero cuanto más tiempo pasaba, Will estaba peor. Una semana después del entierro fue la peor. William, finalmente, comprendió que había perdido a su mejor amigo, su estado de shock pasó a ser una depresión intensa. No me aparté de su lado ni en los peores momentos como Cora tampoco lo hizo de Blake. Una pérdida es de lo peor que le puede pasar a uno.

Observé mi cabello, lo había arreglado para la cena de hoy. Finalmente, me había invitado a salir después de un mes como su pareja oficial. La clave anunció a las dos semanas que habían aprobado el compromiso, pero ni Will, ni yo, estábamos para celebrarlo.

Me fui a la mansión Sheperd, donde había pasado ciertas noches de este mes. Casi todo el tiempo la pasaba en el apartamento de Will, intentando que siguiera sus clases y su entrenamiento político con su padre, cosa que no pasó. Por mi parte, había empezado clases otra vez y tener que apartarme de su lado durante seis horas era toda una tortura china.

Me puse mi vestido azul de encaje, con los zapatos dorados de plataforma. Maquillé mi rostro, coloqué las perlas que mamá me regaló para mi primer compromiso con William. Acomodé mi collar en forma de corazón que nunca quitaba de mi cuello y apliqué crayón de labios color cereza. Me gustaba lo que veía, me gustaría más si pudiera enseñarle a Ash o a mamá cómo había mejorado mi imagen personal.

Desde que estoy con William puedo decir que Ashley no disfruta más de burlarse de mí. Ya no era aquella niña de playeras flojas, camisas vaqueras y zapatos Converse que no iban nada con la élite. Ahora era la chica de un futuro político, uno muy bueno, por cierto. Con vestidos formales de encaje, zapatos de tacón, las faldas de lápiz y las chaquetas formales. Incluso mi cabello había cambiado de cola de caballo y gorros hípster al clásico secado en ondas. Realmente me gustaba. Me iba el nuevo estilo.

Al momento en que William llegó por mí, salí disparada a recibirlo con un gran abrazo de esos que dejan sin aliento. Sabía lo mucho que le gustaba sentir mi cuerpo contra el suyo y quién era yo para negárselo.

—Pequeña —susurró William contra mi cuello. Inspirando el aroma a mi perfume favorito de rosas.

—Amor, no te lo creo —dije observándolo con su traje formal. Su pajarita negra y su saco de gala. No era justo que él se viera tres veces mejor de lo que yo me veía—. Te vez sacado de la cena de gala en el Titanic.

—¿Leonardo DiCaprio? —levantó una ceja.

—¡Dios, sí! Ese traje. Te ves guapísimo.

No lo decía como un compromiso, realmente se veía muy bien en ese traje. Era nuevo o al menos en el tiempo que teníamos de estar juntos nunca lo había visto usar algo por el estilo. Sin mencionar, que después de un mes, finalmente, lo veía sonreír. Una sonrisa pura y sincera. ¡Dios! Cómo lo amaba.

—¿Lista? —preguntó besando mis labios.

—¡Pintura de labios! —dije limpiando su boca marcada por la mía.

Los dos reímos al tiempo que subíamos al automóvil. Era raro no verlo en su deportivo. Esta vez teníamos chofer. Fruncí el ceño al ver lo mucho que se estaba esmerando William en esta cita. No era la primera a la que salíamos, tampoco la primera comprometidos, tiempo atrás, cuando todo estaba bien, salimos un par de veces. Algo en todo esto era distinto.

TENÍAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora