34. Inculpados

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—¡Archie!— todo pasaba muy rápido, el chofer de los Lodge había entrado en la casa y el hombre que había irrumpido antes salió corriendo de ahí, sin embargo para mi hermano no fue suficiente. Supongo que también le trajo esos recuerdos y de alguna los suyos eran diferentes, más intensos. Por eso mismo es que salió corriendo tras él, seguido de André, el chofer.
—¿Estás bien?— preguntó Jughead mientras revisaba mi cara como en busca de algún daño, aunque nadie se me hubiera acercado. Me fue difícil asentir pero lo hice, me abrazó, beso mi frente y tomó mi mano para caminar a la puerta por donde había salido corriendo mi hermano hacía unos segundos. Para este punto ya me consideraba una experta en identificar los sonidos de un arma, por lo que estuve más que segura cuando un disparo aturdió la cabaña. Mi corazón se detuvo un segundo al pensar en que Archie estaba ahí afuera, pero en cuanto estaba por salir corriendo a buscarlo, él apareció entre los árboles muy confundido.

—¿En que piensas?— preguntó Jug jugando con los bordes de mi sostén, pues estábamos en ropa interior. Sonreí y puse mi mano en su rostro para acercarlo a mi. Estábamos frente a frente, abrazados.
—En lo increíble que es estar aquí contigo.— nos unimos en un beso que poco a poco fue intensificándose, él abandonó su lado de la cama para lentamente posicionarse sobre mi. Llevó sus besos por mi cuello, mi clavícula, mi pecho y susurró.
—Como amo este tatuaje.— depositó un beso entre mis pechos, en el esternón, justo donde estaba mi tatuaje de las serpientes. Debo admitir que FP fue muy consentidor conmigo y casi siempre me dejó pasar por encima de las reglas, como el tatuaje tradicional o en el caso de las chicas, el baile para ser admitida en la pandilla. Gocé de muchos privilegios que tarde o temprano debo retribuir.
—Creo que es hora de ponerlo en un lugar visible para todos.— hablé con dificultad mientras él besaba mi abdomen.
—¿En serio?— preguntó serio pero feliz, volvió a ponerse a centímetros de mi rostro. Asentí sonriente y él rió emocionado, me abrazó por la cintura mientras aún estaba sobre mi y entre carcajadas de ambos comenzó a besarme de nuevo.

Junto con Archie acordamos no decirle a papá nada sobre el hombre que irrumpió en la cabaña, sabíamos que solo se preocuparía por nada, pues no había algo que pudiera hacer. Cuando llegamos a casa, Betty estaba sentada en la entrada.
—¿Betty?— habló mi hermano extrañado.
—Chicos, necesitó su ayuda.— habló un tanto desesperada. Entramos a la sala y comenzó a hablarnos de Chic, él tipo que se hacía pasar por su hermano pero estaba más que claro que no lo era, recordé mi visita a la hermana Woodhouse. Dijo algo de que él se estaba volviendo loco y su madre estaba cegada por la culpa, no escuché bien por la cantidad de textos que recibí por parte de Fangs.
—Debo irme... es una emergencia. Lo lamento.— hablé sin dejar de ver el teléfono, corrí a mi habitación por mi chaqueta y las llaves de mi motocicleta. Mientras tanto llamé a Sweet Pea y salí hacia el Wyrm de inmediato.

La voz de Sweet Pea reflejaba enojo y confusión, según me dijo alguien nos estaba inculpando de vandalismo a una estatua además de las nuevas drogas.
No me dio muchos detalles pero pidió que me apresurara, supuse que Jug se estaba encargando ya pero aún así conduje lo más rápido que me permití.
Al llegar, pude escuchar desde el estacionamiento algunos gritos y en seguida la intervención de Jones.
—Todos sabemos que son ellos, solo nos hacen falta pruebas. ¡Y las conseguiremos!— escuché al entrar.
Después, Jug expuso lo que parecía ser un plan y dio instrucciones a cada uno de los que estaban ahí excepto a Fangs, Sweet Pea, Tony, Cheryl y a mi.
—De acuerdo, iremos a la vieja escuela. Pea escuchó que ahí es donde hacen sus entregas.— dijo Jughead.
—Pero... todo está en construcción. No tiene sentido.— habló Tony.
—De hecho es la cubierta perfecta, nadie lo sospecharía, ¿o si?— Fangs habló y al mismo tiempo que un texto de papá llegaba a mi buzón.
—Debemos darnos prisa, mi padre está con los Lodge pero seguro no durará demasiado.— hablé informando sobre el contenido del mensaje de mi padre.

Llegamos al lugar y nos estacionamos en la parte de atrás, después nos dividimos para ir por lados opuestos y después encontrarnos adentro en algún punto, pero nadie estaba realmente seguro de cuándo o dónde sería eso.

Yo iba hasta adelante, seguida de Tony y al final Cheryl. Pasamos por un par de bodegas y cuartos llenos de material de construcción, algunas partes ya tenían pinta de prisión pero aún faltaba bastante. Tony se encargaría de tomar fotografías a las cosas que parecían relevantes para probar la inocencia de nuestra pandilla, mientras Cheryl y yo vigilábamos los extremos de nuestra posición. Después de algún tiempo, llegamos a lo que parecía una bodega más, pero en está había mesas con básculas y grandes botes a los costados de cada mesa. De inmediato reconocí el papel que había en piso, era el característico envoltorio del Jingle Jangle.
—¡Ugh, qué asco!— susurró Cheryl. Un picor en la nariz comenzó a molestarme segundos después y entonces mi mente detectó la familiaridad en el olor, intenté recordar con todas mis fuerzas.  
—Rocks... ¡Fizzle rocks!— hablé recordando. Ella asintió frenéticamente recordando los días qué pasó en el orfanato de las hermanas de la misericordia.

Tony y Cheryl habían tenido una pelea y después de eso, Tony había ido a buscar a la pelirroja a su casa varias veces pero jamás abría la puerta, tampoco respondía sus mensajes ni llamadas. Entonces, al cabo de unos días, Tony me obligó a invadir propiedad privada con ella y buscar a Cheryl. No la encontramos, pero Nana Rose nos dijo entre unos cuantos acertijos que se encontraba en el orfanato.

El sonido de un fierro golpear el piso me sacó de mis recuerdos y sentí una mano cubrir mi boca para evitar que emitiera cualquier sonido. Maldición.

Our New Mystery || Jughead JonesWhere stories live. Discover now