12. Vuelve

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—Skye...— habló al mismo tiempo que yo. Soltó una risa nerviosa y entonces supe que diría algo con respecto a nosotros, así que cambie de tema rápido.
—No puedes correr.— solté mientras lo encaraba. Sus facciones cambiaron de inmediato y me miró extrañado para después preguntar la razón —No tienes experiencia, Malachai es un tramposo y sabe correr su carcacha. No puedes ir por la vida tomando decisiones por los demás, esas personas perderán su casa si tú pierdes esta carrera. ¿Puedes con ese peso sobre tus hombros?— hablé. Él dudó un poco y se acercó hacia mi como solía hacerlo, sus dedos rozaron con los míos y finalmente me miró directo a los ojos.
—Sé que no lo cargo solo.— susurró. No tenía idea de lo mucho que dolía ver esos ojos y no poder decir que eran solo para mi. El hecho de que se pusiera en riesgo, me hacía reflexionar bastante sobre nosotros. Quería ir con él, pero ya estaba decidido que mi hermano ocuparía el lugar del copiloto. No estaba dispuesta a perderlo, no de esta forma. Si él entraba a ese auto, entraría bien, con todos los puntos a su favor.
Bajé la vista a nuestras manos que jugaban con el aire esperando que este las uniera de nuevo y cómo sabía que él no tenía idea qué hacer, yo entrelacé sus dedos con los míos.
—Más te vale no morir.— susurré seria y él sonrió, habíamos roto el hielo nuevamente.
—Si muero, volveré por ti.— esbozó y reímos con una mezcla de nervios, felicidad y melancolía. Tomé su barbilla con una mano y lo hice ladear la cabeza un poco, me paré sobre la punta de mis pies y deposité un tierno beso en su mejilla mientras cerraba los ojos solo por un segundo. Su aroma inundó mis fosas nasales y sentí un nudo formándose en mi garganta. Tuve que tragarme las lágrimas que se habían formado en mis ojos y sentí mi corazón romperse una vez más.
—Jug, es hora.— entró Archie y salió corriendo al ver nuestra escena. Entonces yo me separé de Jughead pero nuestras manos seguían aferradas, ninguno quería dejarnos ir.
Miré nuestras manos y volví la mirada a su rostro.
—No dejes resbalar el clutch entre tus pies.— escupí y solté su mano, volví al auto y ajuste una última tuerca, cerré el capó —Está listo.— dije finalmente y estaba lista para irme.
—Hey...— tomó mi mano y me hizo voltear, me había acorralado entre él y el auto —No puedo correr.— me miró directo a los ojos y juré que el dolor había sido tanto que ambos corazones estaban al borde —No con nosotros así.— susurró y entrelazó nuestros dedos de nuevo —Perdóname, Skye. Yo sé que no es excusa alguna pero todo lo de mi padre, Betty, los Ghoulies y las serpientes me está consumiendo. No me di cuenta que el día que te perdí, me perdí a mi también. Eres todo lo que soy y te juro que no sé estar sin ti. Te necesito.— sus pupilas perforaron mi alma y sabía que no podría resistirme por mucho —Por favor...— dio un paso que eliminó toda distancia entre nuestros cuerpos. Su aliento chocaba con el mío y su frente se apoyó en la mía. —Te lo ruego, Skye.— apretó mi mano y su voz se quebró un poquito. Con la mano que tenía libre, acaricié su cabello y lo hice mirarme. Había arrepentimiento y esperanza en sus ojos, no podía verlo así. Nos amábamos ¿no? esto solo había sido un desliz. Pertenecemos el uno al otro. Lleve mi mano a su rostro y lo acerqué a mi, todo pasaba tan lento pero el corazón latía a mil por hora.
—No me hagas sufrir así.— susurró y me acercó de la barbilla para, finalmente, unirnos en un beso. Un beso tan lento pero tan necesitado, tan dulce pero tan picoso. Sus manos viajaron a mi cintura y las mías a su cuello. Ese beso fue tan mágico, decía más que mil palabras; me tenia sobre el capó del auto y sus manos estaban en mis muslos, mientras que las mías pronto viajaron a su torso. El aire escaseaba, el cuerpo ardía y el deseo aumentaba.
—Ju...— entró mi hermano de nuevo y nos separamos de inmediato —Lo siento, lo siento.— exclamó. Ambos reímos y nos incorporamos, les di las llaves y antes de que me fuera, Jughead me jaló de la cintura para besarme una vez más.
—El de la suerte.— sonrió mientras nuestros labios estaban pegados. Yo solo reí y salí corriendo de ahí, avisé a todos que ya venían, mientras esperábamos, Sweet Pea se acercó a mi y me llevó de la mano unos metros adelante de todos.
—Escucha sé que fue un error y que tú y Jones...— comenzó, realmente no quería volver a repetir los hechos así que lo interrumpí.
—Al punto, Pea.— exclamé ya que los autos comenzaban a salir.
—Vuelve.— pidió —Tu chaqueta está en el auto, por favor, Flame.— habló y entonces los autos se encontraban en la línea de salida, debíamos movernos así que solo le dije que volviéramos. Malachai gritó desde su auto pidiendo los honores y yo estire la mano a Sweet Pea, el de inmediato entendió y me dio la prenda de cuero junto con un listón rojo. Me la puse de inmediato y corrí un poco para rebasar a Cheryl, quién estaba en camino a ponerse en posición y la detuve con la mano.
—Not today, Satan.— dije y reí un poco, me puse frente a los dos autos y ella seguía unos metros atrás, indignada.
—¿Corredores, preparados?— dije escuché los autos encenderse —¿Listos?— los motores rugieron y fue música para mis oídos, levanté los listones y pocos segundos después los bajé dando salida a los vehículos y comenzando esta batalla.

Our New Mystery || Jughead JonesWhere stories live. Discover now