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[𝟮𝟬𝟯𝟴].
𝗗𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗽𝗼𝗹𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝘁𝗿𝗼𝗶𝘁.
𝗙𝗲𝗯𝗿𝗲𝗿𝗼 𝟮𝟮.
𝟭𝟭:𝟬𝟰𝗮.𝗺.  

A todo el que se le ocurría pasar en frente suya tan siquiera a saludarle, le hacía a un lado con un insulto o un gruñido. Que no le jodan más la existencia, ¡Que se aparten! Suficiente tiene con todas esas hojalatas y cafeteras enormes andantes, que todos los días le recuerdan que puede ser desprestigiado fácilmente. Maldita sea, daría lo que fuese por dejar de verles esas perfectas caras y sus perfectas formas de actuar, ¡Si hasta los divergentes son perfectos siendo imperfectos! Y él, que es un humano, todos los días empeora más y más. Los detesta. Putos androides. Deja sus pensamientos a un lado cuando se posa en frente de la cafetera, seguramente la única máquina, además de su nevera y teléfono móvil, que no le jode la vida desde que se despierta. Sirve café en su taza favorita, y disfruta de su aroma. Café caliente, de las pocas cosas que pueden alegrar su mañana.

--¡Buenos días! —y Tina, es compañera de su trabajo, tal vez el único ser humano que tolera. —Luces terrible. —gruñó ante su comentario. Quizás se equivocó, quizás solo le hace irritar como todos en esa estación. Putos humanos.

--No puedo verme bien todos los días, lo siento, princesa Di. —ella hizo una expresión... rara, como si le extrañara su actitud. No es como si no fuera así todos los días. ¿Ahora ella también le joderá su existencia? Bien, que lo haga, no está para tolerarlos a todos. --¿Por qué me miras así? —ella soltó una risita.

--Estás así desde que te dijeron que te asignarían un compañero, estoy segura que es eso lo que te tiene así. —dijo de repente. Gruñó mientras bebía café. Ella sonrió. —Ah, no te preocupes, seguramente se llevarán bien. Escuché que venía directamente desde Cyberlife. —casi escupe su café al oírla. Ella se reía a risotadas. Claro que es divertido para ella. Para ella, todo lo que tenga que ver con él que sea malo, es divertido. Maldita sea. ¿La única persona con la que se llevaba bien? A la mierda, no se lleva bien con nadie, ¿Quién dice que se llevará bien con su compañero nuevo? Sumando que es un androide, ¡Un androide! Una puta hojalata. Toma su café y se dirige a su escritorio. --¡Pero estábamos dialogando! –exclamaba mientras se alejaba, él levanta su dedo del medio a su dirección.

En su escritorio suelta un suspiro agotado y pesado, dejando su café a un lado. Ya hay una mancha enorme de café en su escritorio, pero, da igual, si al final es su escritorio. Hay papeles por doquier y todo está desorganizado, pero nuevamente, su escritorio. Aunque en esta ocasión le estresa un poco verlo así, le provoca dolor de cabeza. Y allí está él, ordenando su escritorio mientras otros compañeros lo miran extrañado. Hank, un compañero de trabajo; un hombre viejo, barbado y de cabello platinado largo hasta los hombros, pasa a su lado.

--¿Ya perdió su cabeza por completo, Detective? –comentó.

--¿Qué te importa, anciano? Mejor ve por allí con tu mascotita de metal. –sonríe luego de responderle, pero no levanta su vista de todos sus archivos y papeles.

--¿Quién sabe? A lo mejor necesites uno también. --Frunció su ceño y gruñó, arrugó sus papeles, pero intentó tomar la calma. Un alboroto más y Fowler patearía su trasero hasta la salida. Necesitar uno... ¿Qué? ¿Acaso todo el puto planeta sabe sobre este tema? Por supuesto que no necesita ninguno, a nadie, no necesita a nadie, está bien así; solo. Puede hacer lo que le de la gana, no tiene que esperar a nadie, no tiene que encontrarse con nadie frunciéndole el ceño de vuelta por llegar tarde. Solo él y él mismo, nadie más. Pero, claro, al parecer a Fowler le pareció una buena idea darle un compañero, y no le importó escuchar sus razones. De hecho, antes de hacerlo, Fowler lo tomó del brazo y lo sacó de su oficina. Cuando se dio cuenta de lo que hacía, notó su escritorio completamente ordenado, y se sintió extraño.

Morfina.Where stories live. Discover now