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[2038]
Centro de Detroit.
Mayo 4.
1:00pm.

El día es soleado y peculiarmente tranquilo. Los peatones caminan en diferentes direcciones, ignorando aquel oscuro callejón, lo cual es perfecto para Gavin y Richard.

─ ¡Ya les dije que no sé nada! ─ Gavin da una breve mirada a su compañero, quien analiza con profundidad al hombre frente a ellos. En un rápido movimiento lo toma de sus manos para darle la vuelta y del bolsillo trasero de su pantalón sacar unas llaves con un papel pegadas a ellas. ─ Y... yo... ¿¡No tengo ni idea de dónde salió eso!?

─ ¿Ah, enserio? ¿Así como tampoco sabías de dónde sacar esos biocomponentes? ─ el hombre no contesta, en cambio forcejea con Richard, intentando soltarse de su agarre. Es inútil. Gavin ríe. ─ No lo intentes demasiado, nadie puede soltarse de este sujeto. Es muy fuerte.

─ ¡Cuando me suelten voy a asegurarme de que no vuelvan a tocarme de nuevo! ─ Richard lo empuja contra la pared, presionando el rostro del hombre y el resto de su cuerpo contra esta. Gavin arresta al sujeto y se encarga de llevarlo a su vehículo. ─ ¡Esto es injusto, les dije que no hice nada! ¡Ni siquiera sé cómo llegaron esas llaves ahí! ¡Yo no tomé ningún biocomponente!

─Claro, claro. Tienes razón, esto es tan injusto... ─ responde con un tono sarcástico en su voz.

Una vez que todos están dentro del vehículo, Gavin comienza a conducir hacia la estación. Richard mira al hombre desde el retrovisor con una constancia permanente y es imposible para Gavin notarlo.

─ ¿Qué pasa? ─ Richard deja salir un pequeño quejido.

─Creo que fui muy duro con él. ─ Gavin sonríe.

─Claro que no, hiciste lo correcto. Intentó atacarnos a los dos, teníamos que inmovilizarlo. ─ Gavin posa su mano derecha sobre el hombro de Richard, en un intento de reconfortarlo.

Desde que Richard es un divergente deja salir a flote sus emociones, y ha notado que es en realidad un ser bastante empático. No hay día en el que no intente hacer algo para asegurarse de que Gavin se sienta bien, y no hay un solo día en el que eso pase. Sin embargo, esto le cuesta cierta estabilidad durante el trabajo, pues detesta la idea de hacerle daño a otro ser vivo después de su accidente. Como hoy, por ejemplo.

Gavin le habló de sus hallazgos a Richard la mañana de este día, y enseguida siguieron el rastro del sujeto, encontrando a este hombre saliendo de una extraña bodega en el centro de Detroit con un tanque de sangre azul y un par de cajas con componentes para androides, como brazos, reguladores; también llevaba puñales y otro tipo de armas blancas. Fue ahí cuando comenzó la persecución que los guio hacia aquel callejón. Al principio, el hombre buscaba usar uno de los puñales para herirlos y así huir, pero antes de que consiguiera tocar a Gavin, Richard se interpuso, sin embargo, no comenzó a entrar en una confrontación física sino hasta que Gavin le dio la orden.

A veces le preocupa seriamente que en algún momento Richard termine hiriéndose de gravedad por protegerlo o, al contrario, por evitar herir a alguien. Es un nuevo rasgo dentro de la personalidad de Richard que es en verdad interesante. Como sea, él no es un psicólogo ni nada por el estilo, no le importa mucho.

Una vez en la estación, y después de dejar al hombre en una de sus salas de sospechosos, llevan la evidencia a la sala para revisarla con cuidado.

─ Mira, este tiene una mancha café. ─ Menciona Gavin, hablando de uno de los biocomponentes, un brazo androide.

─Eso de ahí es sangre, Gavs. ─ Richard camina hacia él, tomando el brazo androide y, posterior a esto, lamer la mancha de sangre. Gavin hace una morisqueta.

Morfina.Where stories live. Discover now