Llevaban días desde que el gran desarrollador tecnológico Merlon había anunciado la gran aplicación para solucionar los problemas amorosos de la mano de Goddess Company, el revuelo en la gran ciudad de Karmaland no se hizo esperar ante la primera fa...
- ¡Ya quisieras! - se rió al pensar que ocurrencias estarían pasando en ese servidor de apoyo, solo se contactaba con las administradoras cuando había algún escándalo para aclarar las cosas o cuando necesitaba ayuda - Solo vine para una "cita" de negocios, lo normal.
- ¡Bah! Que sepas que se van a enfadar contigo ¡ya mismo les digo que gane la apuesta! - exclamo feliz su amigo quien con un botón de su chaleco hizo llamar a un MiniBot - ya vas a ver el pastizal que me hago solo apostando por cosas que harías ¡Shhh! Un "de nada, Fargan, eres el mejor" y "gracias por ser un gran amigo" son suficientes.
- ¡Eres de lo que no hay Fargan! - Se rió, siempre se divertía estando con él.
- Lose, lose, no es mi culpa ser tan perfecto - expresó su amigo mientras intentaba no reírse de sus propias estupideces, cuando el MiniBot llegó - ¡Ey! ¡Tortilla! Mándale... - por más que quisiera las risas no paraban - mándale un mensaje al grupo, diles que... ¡Ay!
- ¡Tranquilo Fargan! ¡Que a tu edad estar descojonandote de risa es malo! - eran como unos niños pequeños riéndose, para su suerte cada mesa venía con un sistema de insonorización, porque sino, en todo el restaurante el gran estallido de risa de ese par sería insoportable.
- Diles que depositen el dinero en mi cuenta así pago la cena de su ídolo - ya se estaba calmando cuando unió los hilos y se le ocurrió una grandiosa manera de hacer promoción - que está en el exclusivo y elegante restaurante Diwa.
La MiniBot asintió y se fue rápidamente.
- ¡Ey! ¿Qué hiciste? - exclamó enfadado Samuel, había revelado su ubicación, ahora tendría que aumentar su sistema de seguridad para que nadie intentará hackear el software de su rastreador.
- Tranquilo, invertí más en la seguridad, aparte Willy me ayudó a que este lugar sea libre de hackeos, es casi imposible que alguien sabotee este sitio - al ver como su amigo dejaba de estar sumergido en su adorado rastreador, suspiró - ya te urge una pareja, mira lo estresado que te pones por una tontería.
- ¿Comoooo? ¿Tontería? ¡Pfff! Deberías saber que... - estaba a punto de replicarle a su amigo los riesgos que implicaba que fuera hackeado, hasta que divisó una larga melena anaranjada en recepción - Uis... Creo que ya llegó "mi cita".
- ¿Ah sí? Vaya... No sabía que te iban más los hombres - dijo en broma a su amigo a quien le dio un codazo apenas estuvieron de pie.
- Deseame suerte, que creó que este tipo solo quiere financiación sin garantía.
- ¡Ojalá Dios se compadezca del pobre! - dijo despidiendose con un abrazo de su amigo - yo pago tu cuenta, no te estreses más de lo usual.
Y así fue, como David se iba dejando paso a su dolor de cabeza, Manolo Fernández, un tipo muy ambicioso e impulsivo.
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Rubén
Estaba flipando, la entrada del restaurante Diwa era algo sorprendente no quería ni pensar en cuanto habría costado, parecía la entrada a un gran bosque, con decenas de búhos artificiales adornando cada zona de la entrada, desde un pequeño banco colgante en la entrada hasta la recepción. Mientras se adentraba al interior del local para ver si Auron había llegado, vio como el androide recepcionista acariciaba al pequeño búho y pensó que se veía adorable.