Llevaban días desde que el gran desarrollador tecnológico Merlon había anunciado la gran aplicación para solucionar los problemas amorosos de la mano de Goddess Company, el revuelo en la gran ciudad de Karmaland no se hizo esperar ante la primera fa...
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Samuel
- ¿Es enserio? - pregunto mirando a la cámara con un pequeño tic en el ojo, aún recordaba lo que le dijo Luzu antes de irse a la habitación continua a qué le hicieran el mismo proceso aunque ya había pasado una eternidad desde ese momento - Te dejaré adivinarlo, aunque me parece una falta de respeto.
Ya estaba desesperado, jamás creyó que debería grabar cientos de reacciones ante las mismas escenas, situaciones y preguntas, claro, él la tenía más difícil, en sus especificaciones para encontrar su "Amor Verdadero" había aclarado que no le importaba su sexo o genética alterada, siempre y cuando congeniasen en varias cosas en común o si tenían alguna actividad en concreta que resultase interesante, su lista de deseos en una pareja consistía en básicamente una cosa "Que me sorprenda". Claramente con esa única petición, iba a alterar a todo el fandom que tenía. Quien le diría que esas tres miserables palabritas le darían paso a desveladas noches, discusiones y teorías entre muchas de sus admiradoras que compartirían cada una de sus experiencias hasta averiguar cuál era el factor que más relevancia tenía para el de ojos morados.
- Supongo que el morado... - contesto la máquina con una voz de chica tímida.
- Que bueno que te hayas dado cuenta, no invertí mi tiempo en cambiarme de ropa 30 veces para elegir algo decente para este día - le estaba desesperando más de lo normal no poder fijarse en su rastreador lo que estaba pasando en el mundo o ni siquiera por medio de su neuro procesador divagar por internet ya que la sala donde estaba era libre de conexiones externas vía red.
Ese no era él, y ya en la cita número 30 pues había perdido el interés, iba a comentarle a Luzu que debían mejorar el sistema de grabado de información.
- Disculpa, es que no estoy acostumbrada a esto de las...
- No pasa nada ¡si yo tampoco! Quizás deberíamos dejarlo para otro día, voy a ver a Luzu y comentarle que debemos mejorar esta sistema que le veo una falla...
Se levantó y cuando se estaba por ir por la puerta.
- No te vallas, quédate aquí... - expresó con voz temblorosa la máquina que hacía de su cita imaginaría.
- Me gustaría, pero en mejores condiciones, es que, tu no sabes la de horas que me he pasado teniendo citas veloces ahora mismo, de vez en cuando necesito un descanso, aparte ¿No crees que para retenerme deberías sacarme temas de conversación más profundos? Porque imagino que preguntarle a alguien que viste un traje morado cual es su color favorito es algo demasiado trivial y absurdo.
- Ya pero...
- Luzuuuu!!! - grito antes de cerrar la puerta tras de sí. La cita №31 había ido en picada lo sabía tanto él como la máquina.
En el pasillo se puso a pensar, cuántas habitaciones tendría que recorrer para encontrar a su amigo, sin embargo, justo lo vio salir corriendo de una habitación y cerrándola como si su vida dependiera de ello.