Mamá pensó unos segundos con la mirada perdida.

- ¡Ah!.- Le dió una fuerte palmada en la espalda a Dee para que este se quejara por el dolor.- Tiene a su hermano cerebrito, él puede enseñarle.- Se cruzó de brazos con una enorme sonrisa.

Abrí mis ojos algo nervioso, no había podido hablar con Dee desde ese incidente, menos voy a poder estar cerca de él para estudiar ... solos.

Miré a mi papá y realmente estaba sonriendo ante esa propuesta.

No por favor.

- Me parece buena idea.- ¡Demonios!.- ¿Dee podrías ayudar a tu hermano? Así no repetirá el año.

Por un instante.

Fué corto, pero de igual manera me sonrojé al ver después de tanto tiempo el resplandor de sus ojos azules.

- Me da igual.

Esa respuesta ... creo que me dolió el pecho, como si una bala de goma me golpeara.

- Decidido, Heavy a partir de este momento, Dee te enseñará luego de la escuela ...

Mis oídos están sordos.

Todo lo que veo es una nube negra que nubla mi vista.

Creo que tengo miedo.

No puedo mencionar aquella vez pero ...

¡Es lo único que pienso!

Aquella vez ...

En el suave tacto de sus labios.

Su lengua escurridiza y juguetona explorando dentro de mi boca.

Su mano que me acariciaba cada centímetro de mis caderas, bajando a mi zona púbica.

Nunca creí que yo ...

Pudiera llegar a chuparle el miembro a alguien ... menos a mí hermano.

Pero estoy hasta la puta madre.

Debería de disgustarme pero, ¡Me gustó hacerlo!

Demonios.

Riiing.

¿Qué?

No puede ser, otra vez sucedió.

Me perdí tanto en mis pensamientos que no me dí cuenta cuando fue que entré a la escuela.

Papá me matará, otro día en el que no aprendí nada.

Y es por su culpa, de Dee.

De él y lo que esconde debajo de esos pantalones.

- ¡Rayos!.- Pateé una piedra que se atravesaba en mi camino.

No sé como haré para prestar atención.

Necesito una máscara para que no me vea sudar.

Detuve mi paso al darme cuenta de como mi hermano bajaba de un auto, con la música a tope y risas de sus extraños amigos.

- ¡Nos vemos viejo!.- Gritó uno de ellos para luego acelerar e irse a toda prisa.

Siempre sonríe cuando está con ellos.

Perl cuando está en casa sin sus amigos, siempre está serio, no habla con nadie o hace alguna broma.

Hasta extraño escuchar sus gritos para hecharme de su habitación.

Ambos nos quedamos parados al darse cuenta de mi presencia.

Sus ojos decaídos al verme ... me hace sentir como si me odiara.

Shipeos de Metal Family Where stories live. Discover now