Ser Celestial / Katsuki Bakugou x Oc (BNHA).© CANCELADA

Number Eighteen.

¡FESTIVAL DEPORTIVO! ¡ELIMINATORIAS!

El día por fin había llegado.
Después de dos semanas de entrenamiento arduo, el día que dictaría el inicio de su  popularidad como héroes había llegado.

El lugar estaba hasta el cuello de gente, no solo de reporteros y personas normales, si no también de los mejores héroes profesionales.

Los chicos se encontraban en la sala de espera, aunque Yumeko tenía que admitir que en realidad quería curiosear por los puestos de comida y dulces, y como no, comprar una de esas máscaras de Present Mic, para la colección.

—Oh que pena... Quería usar mi traje— admitió Mina.

—Para que todo sea justo, no podemos— explicó Ojiro.

Yumeko estaba sentada junto a Katsuki, arreglando su cabello en una cola de caballo alta, el rubio cenizo la observaba con detalle, como acomodaba cada fino cabello castaño para que este no le molestara en el rostro.

No pudo evitar fantasear mientras la miraba, rogando porque un sonrojo no se hubiera colado en su rostro, haciéndolo ver ridículo.

Yumeko posó su atención en los chicos, que hablaban emocionados sobre lo que les esperaría.

—Me preguntó de qué será la primera ronda— habló un nervioso Sato, jugando con sus dedos.

—No importa lo que sea solo debemos superarla— dijo Tokoyami.

—Cierto— agregó Shoji totalmente de acuerdo.

El delegado de la clase entró por la puerta anunciando de que pronto entraríamos al lugar.

Los nervios se hicieron presentes en todos, Yumeko casi comienza a temblar.

Katsuki notó eso y en un intento de calmarla, comenzó a masajear la palma de su mano. El semblante de la chica cambió drásticamente a uno de total relajación, y la cara de Katsuki a una sonrisa triunfal.

Luego su atención se posó en el drama que estaban montando Midoriya y Todoroki, al parecer el chico de las mitades estaba retando al peliverde, culminando con que el chico también daría su mayor esfuerzo.

A Yumeko le molestó un poco, a veces no podía evitar ser tan sobreprotectora con su amigo pecoso, porque estaba acostumbrada a su versión sin peculiaridad a la que había que proteger siempre de los abusivos, pero ya no era así, Izuku no era así.

Aunque le restó importancia, ese no era el día para hacer amiguitos.

—¡Fumi-kun!— llamó al chico ave.

Tokoyami sabía que iba a pedirle, así que solo le asintió y abrió su casillero.

Todos miraban curiosos, quedaron un poco descolocados al ver que el chico había sacado una botella de pastillas.

Miraron a Yumeko con preocupación y la bombardearon de preguntas.

—¡No se preocupen por mí!— exclamó riendo— Son para aguantar un poco, recuerden que mis poderes me dan un poco de dolor de cabeza—.