El Gato - One shot

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Bien, esta es la primera vez que me animo a escribir un fanfic, por lo que decidí que mi primer intento sería un oneshot, sé que cuando leen "primera vez" no suena muy atractivo que digamos, pero espero les agrade.

Debo admitir que puede ser algo meloso y sólo está enfocado a Catra y Adora.

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Últimamente los días habían estado con un clima muy variante, aun cuando el pronóstico decía que haría un calor endemoniado, las lluvias se habían hecho presentes cómo si tratarán de lavar todo el cielo de una sola vez.

- ¡Maldición! Esa estúpida aplicación se volvió a equivocar – Decía Catra mientras contenía las ganas de arrojar su teléfono lo más lejos posible, culpándolo por no haber traído un paraguas debido a la pésima predicción del clima que le mostró en la mañana. – ¡Genial! Ahora esa maldita bruja no dejará de molestarme por llegar tarde y además con la ropa mojada – Pensaba mientras decidía si usaba su cuaderno de dibujos para cubrirse o simplemente correr al siguiente techo para resguardarse.

Decidió esperar un poco en la entrada de la escuela mientras veía al resto de sus compañeros salir, algunos decidían correr en la lluvia como si de un juego se tratase, mientras otros más precavidos habían llevado una sombrilla que a veces compartían entre amigos.

Catra sólo los miraba desde su lugar mientras pensaba en la mejor estrategia para su próximo recorrido a casa bajo la torrencial lluvia. Sabía que ninguno de ellos le ofrecería compartir un paraguas y ni pensar en prestarle uno. Su reputación en la escuela le precedía, y aunque realmente no estaba del todo sola, su pequeño grupo de amigas habían tenido que irse temprano debido a sus actividades extraescolares. Ella por otro lado, ya la tenía muy difícil en casa como para preocuparse por cualquier otra actividad extra, así que siempre iba directo a casa.

Tras tomar el valor necesario y haber trazado la ruta más conveniente en su mente, se lanzó a correr lo más rápido que pudo, sólo deteniéndose para descansar bajo los techos que sabía la ayudarían a resguardarse un momento.

En una de esas, se detuvo junto a un callejón que estaba al costado de una pequeña cafetería, giró un poco la cabeza para ver el lugar, pues el olor de los pastelillos y el café había llamado su atención. Aunque el olor de los postres parecía de un lugar más gourmet, se sorprendió al ver lo sencillo del lugar y lo poco sofisticado que se veía – "Grayskull" ... Es un nombre muy raro para un lugar así – Pensó la morena mientras ahogaba una risa algo burlona.

Una parte de ella quería entrar ahí para poderse calentar y probar algunos de esos pastelillos que hacían que su boca se hiciera agua. Sin embargo, sabía que si gastaba tanto tiempo como dinero en ese momento tendría problemas más adelante, y no valía la pena arriesgarse a ello.

Mientras se disponía a volver a su obligado recorrido bajo la lluvia, pudo escuchar cómo las gotas disminuían la intensidad de su caída avisando un pequeño descanso de aquel diluvio que estaba presentándose. – ¡Puede que lo logre! – Pensó Catra disponiéndose a dar el sprint de su vida, pero entonces, un agudo sonido penetró sus oídos dejándola desconcertada por un momento, una débil y aguda voz que se asomaba de aquel callejón.

El sonido era suave pero persistente, como si estuviera llorando y gritando por ayuda. De pronto su curiosidad pudo más que su misión de regresar a casa y se aventuró a aquel pequeño y obscuro lugar, guiándose por el constante sonido que no paraba y parecía hacerse más ronco en cada ocasión.

Cuando por fin llegó al origen del sonido, estaba parada junto a un contenedor de basura, y frente a ella una pequeña caja de cartón cubierta por lo que parecía una cortina vieja y rota. El sonido parecía haberse detenido en cuanto llegó al lugar, así que decidió levantar aquella tela sólo para descubrir a la más pequeña bola de pelo café (casi marrón) que haya visto en su vida.

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