Ya no puedo seguir extrañándote.
Quisiera correr a tu encuentro y nunca soltarte.
Ya no puedo fingir que tu partida no me ha destrozado el corazón... Aunque fui yo el que escapó.
Ya no puedo guardarme los "te amo" en el bolsillo. Así que, con esta carta, amor mío, te digo que vuelvas.
Que aún te amo, todavía más que antes. Y que por más que intente mirar a otro lado, siempre serás mi destino. El motivo de mi existencia.
Quizás nunca logre contactarte de nuevo. Pero guardo la esperanza, de que algún día la leas, y te des cuenta.
Y no tengas miedo, de venir corriendo, porque desde que nos fuimos, no he parado de buscarte.
