Día 6

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Personalidades, posiblemente, fuera del contexto conocido

El momento cuando llega, llega.

Es decir, nadie se lo espera. Ni siquiera lo tiene pensado ni planeado, es simplemente que pasa. Y cuando pasa, sabes que solo quieres una respuesta que sueñas noche y día.

-¿Nero?- pregunto, tan pronto le miro, el joven de cabello blanco apenas parpadeo. Para darse cuenta que no estaba solo, estaba acompañado y vaya; estaba aun en cama, soñando despierto, que el joven de cabello rubio llego a la habitación en su búsqueda, no hizo ruido, no llamo su nombre, hasta que lo encontró en cama, acostado de lado.

-Nero, aun no te levantas- le señalo, con una sonrisa oculta y miro al joven de ojos negros.

-¿Qué hora es Prosciutto?- le pregunto, finalmente hizo que el joven recién llegado,  soltara una ligera risa y con manos a la cintura le mirara confundido

-¿Qué hora es? ¡Ya pasa de medio día!- le regaño, con sutileza -Desde que salí con Bruno, no te has levantado de la cama, todo se ve igual, como lo deje- continuo diciendo, viendo que el joven se giro boca arriba, se hizo un pequeño espacio en la orilla de la cama, donde el joven de pie aprovecho y se sentó.

-Lo siento- fue lo único que murmuro, tapando con su brazo sus ojos

-¿Nero?- llamo con sutileza su nombre una vez más, le toco aquel brazo que estaba sobre su cara, intento levantarla un poco para mirarlo. De nuevo Prosciutto le sonrió -¿Que sucede?-

-¿A qué fuiste con Bucciarati?- le evadió su pregunta, el rubio no se molesto -Te fuiste muy temprano-

-Fuimos a celebrar- le respondió con una sonrisa sincera, Nero aparto su brazo por si mismo para ver al recién llegado, esperaba una respuesta más clara. Prosciutto alzo su mano, con la palma extendida y la sonrisa aun al rostro -¡Se va a casar con tu mejor amigo!-

-¡¿Es en serio?!- reacciono Nero ante aquellas palabras y entendió aquella acción que había hecho Prosciutto, haciendo que el rubio se riera, mientras asentía -¡Maldito amargado!- se quejo, haciendo reír más a Prosciutto quien soltó un grito, al sentir como Nero se levanto un poco, y con uso de la fuerza, le sujeto por su abdomen, tirando de él para acostarlo en la cama.

Ambos rieron, Prosciutto intento olvidar el susto, y se acomodo viéndose frente a frente de Nero, a su lado en la cama.

-Hijo de...-

-¡Oye!- interrumpió Prosciutto, con un golpe sutil a su nariz para callarlo. Nero también podría ser rudo como Leone, pero ambos no debían ser demasiado groseros o al menos no tanto frente a él y Bruno -Y si, fuimos a celebrar porque por fin, se van a casar.... De hecho se van a casar muy jóvenes- continuo el rubio su anécdota,  girando un poco boca arriba para ver el techo.

-Ya veo- fue lo único que salió de las palabras de Nero, quedando en silencio y se atrevió a abrazar al rubio  para fingir que dormía de nuevo, pero ahora abrazado a el.

Aquella acción no incomodo al contrario, simplemente se sentía bien por haber ido a festejar. Aunque fuese por alguien más, quien era alguien cercano a él, su alegría era suya también. Ellos eran muy buenos amigos.

Cerro los ojos, no supo en qué momento se perdió ante los brazos de morfeo, y mucho menos el instante en que despertó.

Cuando se despertó, no sabía que hora y ahora se encontraba solo en cama, pues cuando miro a su alrededor no había nadie que no era el. Se tallo el rostro, se levantó se la cama y camino fuera de la habitación con cautela, todo estaba en penumbras, veía con dificultad, hasta el momento que noto una vela que estaba en una pequeña mesa que asomaba al pequeño balcón.

-¿Risotto?- hablo, para saber dónde estaba. Acuerdo su camino hacia la pequeña luz, que en un pequeño ruido, una acción repentina, de alguna manera ambos quedaron frente a frente en la oscuridad.

Mientras el llego y se quedó de pie, el otro, entre las sombras estaba sentado y extendió su mano hacia el contrario. Donde la pequeña luz provocada por la flama reflejo en el objeto que sostenía justo entre sus dedos.

Esto no lo espero.

-No creo que jamás, pueda superar aquello que te contó Bucciarati- le hablo con un murmullo suave, grave y bajo pero aún así el tono de su voz, lo podía oír con claridad. -Pero se que de algo estoy seguro-

-Risotto- susurro, pero el sonido de su voz no fue tan audible como para atreverse a interrumpir al contrario, quien le vio directo a los ojos, después de un lento parpadeo.

Después de tanto tiempo, jamás había conocido a alguien que no se intimidada con su mirada, él era el primero.

-Sé que en esta, y en mi siguiente vida, y las demás por venir, yo te buscaré y te voy a elegir a ti siempre- le dijo, extendiendo más su mano hacia el, incluso al ver que el contrario no se movía, el se levantó de la silla para arrodillarse frente a el, y acercar más la sortija que sostenía.

》Yo te quiero en mi vida- continuo diciendo ante el silencio, y alzo más alto la joya, haciendo que el joven rubio tapara su boca con una mano, a la vez que asintio. Se destapó los labios y se inclino hacia el, para tomar entre sus manos temblorosas, el rostro de aquel hombre y cerrar los ojos, ya humedecidos, para unir sus labios con los de el.

Risotto se puso firme para evitar caer, y sujeto de la cintura al rubio para corresponder aquel acto, sintiendo un golpe de alivio, ante la falta de respuesta, pues lo que hacía, era su forma de decir... si.

De alguna forma,en algún momento se plantearía aquello, pero ahora, solo la falta de aliento separo al dúo  para topar sus rostros frente con frente y soltar una sutil sonrisa, donde el mayor, busco a ciegas su mano que le ofreció el rubio sin resistencia, y colocó la joya a donde correspondía.

Tenían todo el tiempo para pensar en lo que Seguiria pero ahora, Risotto se levanto del suelo, abrazo a su pareja  quien le beso de nuevo,en señal de alegría, de afecto, de todo. Y le levanto de un tirón inesperado, para tomarlo entre sus brazos y cargar con el, de vuelta al lugar donde ambos habían dormido, pero ahora, harían todo lo contrario.

Estaban realmente, a su manera, enamorados.

RisoPro Week 2020Where stories live. Discover now