Capitulo III

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EPISODIO 7: "Porque los amo"

Los meses pasaron, se podía ver el como Yukie se acercaba de a poco hacia Kei, y a su vez el malestar de Tadashi se hacía más grande; después de todo ¿Qué podía hacer?, reclamarle a su hermana, decirle que no se podía enamorar de esa persona, sabotear y dejarle mal ante el rubio, por supuesto que no. La amabilidad del pecoso era tanta que jamás podría hacerle eso su hermana, nunca se lo perdonaría; no podría perdonarse el hecho de ser egoísta y arrebatarle la felicidad a su amada hermana, ella no merecía eso, por eso mismo decidió callar y no meter las manos dónde no debía.

– Tadashi, ese saque que realizas nunca dejará de sorprenderme, nunca se a donde va a caer. – Con entusiasmo empezó a mover la manos.

– Je, me alegra escuchar eso. – Dijo con un leve sonrojo.

– Bueno, si Yukie-san hubiera visto tus primero intentos, no creo que estaría diciendo eso. – Una risita salió de los labios de Tsukishima.

– ¡Tsukki! No es gracioso – Exclamó avergonzado, el más alto solo rio un poco más. – Era de esperarse, era algo nuevo para mi, además de que realmente es complicado. – Respondió resoplando.

– Pero Tadashi logró manejarlo al final. – Mencionó dedicándole una sonrisa.

– Eso es verdad. – El rubio miro de reojo a su amigo. Prácticaste más que nadie. –

– Supongo. – Un leve sonrojo se posó sobre sus mejillas. Aunque bueno, no puedo llevarme todo el crédito, Shimada-san es muy buen maestro. – Sonrió ante su propio comentario.

– Si tú lo dices. –

– Tadashi es muy modesto, pero tampoco hay duda que Shimada-san es genial. – Dijo Yukie mirando a su hermano.

Shimada-san. – Susurró. – ¡Shimada-san! – Tanto Yukie como Kei se alarmaron ante ese grito. – Maldición, maldición, olvide por completo la práctica de hoy. –

– Si te apresuras puedes llegar, no es muy tarde. – Le mostró el celular a su amigo.

– Tienes razón, si me apresuró tal vez pueda llegar, si... – Dejo de hablar. – No, no puedo dejar que Yukie se vaya sola. – La nombrada se sintió mal ante eso. – Mejor le digo a Shimada-san que la próxima semana. – Sacó su celular.

– Yo puedo acompañarla. – Tadashi le dirigió una mirada. – Vamos, sé dónde vives, tu papá me conoce y mi casa queda a una cuadra de la tuya, no es problema. – Respondió el rubio como si fuese obvio.

– Si pero... –

– Solo dile a tu madre que la voy a acompañar, y ya, no te compliques la vida. – Interrumpió al pecoso. – Además, no has ido en todo el mes ¿Verdad? – El contrario le miró.

Silencio. – Bien, le avisaré a madre. – Suspiró. Yukie solo miraba desconcertada. – Listo, bueno, entonces yo me voy por allá, por favor tengan cuidado. –

– No te preocupes y ya vete antes de que se haga más tarde. – El pecoso asintió.

– Entonces nos vemos en casa Yuki, y hasta mañana. – Tras despedirse se dió la vuelta y comenzó a correr.

– Vamos. – Retomó el paso tras llamar la atención de la chica.

S-si. – Se encontraba nerviosa, era su primera vez caminando a solas con el rubio, y eso la avergonzaba. – Tsukishima-san. – El contrario le miró. – ¿Ha-hace cuántos que, u-usted y Tadashi se conocen? – Preguntó tímidamente.

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