Capitulo XVII

500 62 44
                                    

– ¿A ti te gusta Kei? – Cuestionó el más grande de edad de los dos al chico pecoso que se hallaba frente a él.

Se quedó en silencio.

Ya que cuando esas palabras fueron dichas no tardaron en llegar a los oídos del peliverde, sintiéndose pesadas, más pesadas de lo que el mismo Tadashi llegó a imaginar.

Habían sido como balas, no como las que Reiko y Kaito usaron para "atacarse" y "defenderse" entre ellos cuando estaban cenando unas cuantas horas antes, sino que eran de esas balas que aunque no creas, o más bien, no quieras te agregan un peso encima de tus hombros. Como la vez que Tsukki le menciono que llevaba más de cinco años con la castaña. O aquella vez dónde esa, le dijo todo lo que había hecho respecto a ese peluche de dinosaurio que tanto quería.

Si, el peluche.

También estaba aquella en la cual el rubio le recordó que llevaba una relación con su hermana. O cuando Yukie le confesó que tenía sentimientos por su amigo. Si, de esas balas que para algunos no significan nada, pero para la a quien son dirigidas no hacen más que herirle.

Akiteru lo miraba fijo, esperando por la respuesta de parte del pecoso, respuesta que tardaría en llegar. Puesto a qué el mayor no conocía el pedo que aquella pregunta tendría para el moreno.

Iba a negarlo, pero no, no podía hacerlo, no quería engañar a Akiteru, pero más que engañar a Akiteru, quería dejar de engañarse a si mismo.

Sus pensamientos decidieron ponerse en su contra, llenando su cabeza de los mismos, hastiandolo de paso.

Estaba cansado, cansado de estar a merced de estos cada vez que recordaba el simple y estúpido hecho, de que su maldito e idiota corazón aún no era capaz de olvidar aquellos sentimientos que tiene por el rubio.

Si bien pudo hacerlos a un lado durante un tiempo, haciendole creer que era algo del pasado, la realidad no era más que otra distinta. Él sabía a la perfección que esos sentimientos seguían ahí, sabía que estaban ahí, se encontraban a flor de piel en todo su ser.

¿Iba a huir? No. Era algo tan insignificante que no merecía hacer un escándalo de tal magnitud, ¿Quería huir? Tal vez. Puesto que el hecho de no huir en el momento, no significaba que no quería hacerlo.

El silencio continuaba, ambos chicos no decían nada, haciendo parecer que seguirían de esa forma durante un largo tiempo, o eso pensaban hasta que... -- ¿Qué..? -- Después de unos segundos, que parecieron una eternidad para los dos, Tadashi pudo pronunciar palabra alguna, posiblemente no fue la mejor, más bien tal vez no fue de lo más "explícita" pero aún así, algo salió, aquella fue la respuesta que logró decir después de haber pasado un largo periodo de tiempo en su cabeza.

Al menos así lo sintió el pecoso.

El mayor no hizo más que mirarlo fijamente, después de todo, que un simple "que" le fuera dado como respuesta luego de un silencio que para ambas partes fue casi eterno, y no solo éso, sino que este mismo también haya sido dicho y acompañado de una voz "vacía" y sería, lo más seguro es que aquello no pareció ser de lo más agradable para mayor, además de que posiblemente tampoco fue la respuesta que esperaba.

Akiteru abrió la boca para decir algo, el pecoso se comenzó a preparar mentalmente para lo que fuera que el mayor le dijera, se estaba preparando por si Akiteru llegaba a decir algo que le hiciera sobre pensar las cosas una vez más. -- ¿Qué? -- Pero no esperaba aquello.

-- ¿Eh? --

-- ¿Eh? -- Al decir eso ambos se miraron un momento, si antes se estaba perdiendo ahora se estaba confundiendo. -- ¿Eh? ¡Ah! -- El rubio pareció notar la confusión en rostro del moreno. -- ¡¿Dije algo estúpido, verdad?! ¡Lo siento! -- Agachó un poco la cabeza al decir aquello. Tadashi solo se limitó a ver y a confundirse más de lo que ya se encontraba. -- En serio, en serio, ¡Perdón Tadashi! -- Se enderezó para de esa forma verlo de frente. -- Dije algo sin sentido, así que me disculpo, por juzgarte y sacar conclusiones sin pruebas. Lo lamento. -- Hizo una reverencia/inclinación.

• Unidos •Where stories live. Discover now