Capitulo XVIII

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Tsukki ✧

¿Vienes en camino?
4:23 p.m.

Si.
4:23 p.m.
Llegaré en unos 5 o 10 minutos.
4:24 p.m.

Entiendo.
4:24 p.m.

Leyó el último mensaje que le mandó el rubio.

El autobús se detuvo frente a la parada del mismo, bloqueó su celular y prosiguió a guardarlo en el bolsillo izquierdo de su abrigo. Ya era enero y el frío de la estación de invierno aún seguía presente, aunque no era tanto como en diciembre.

Dió unos cuantos pasos y subió al transporte, no tardó mucho para que este comenzará a andar; cuando comenzó a avanzar giró hacía su derecha y miró por la ventana que tenía a su lado, no pudo evitar dejar salir un suspiro un tanto pesado. Al igual que los Tsukishima él también conocía la enfermedad de su tía, la conocía muy bien sabiendo así lo repentina y peligrosa que podría ser la misma, por lo mismo su preocupación era muy similar a la de la familia de la mujer.

Ella fue su figura materna por mucho tiempo, ¿Cómo no preocuparse?

Unos cuantos minutos después, los cuales pasó perdido en su mente; entre memorias, pensamientos y recuerdos, el autobús llegó a su destino, no directamente, pero si en la parada que lo llevaría a este. Pidió el baje y no tardó mucho en hacerlo. Estando ya abajo agradeció por el viaje y se encaminó a su verdadero destino.

El lugar al que iba no se encontraba muy lejos por ello fue cuestión de pocos minutos para llegar a su destino, el hospital. Estando ya dentro en la recepción de la planta baja fue directamente al elevador, se adentró y presionó el botón con el número 5, esperó paciente a que las puertas se cerraran cuando lo hicieron sacó su celular para revisar una vez más las indicaciones que el rubio le había dado con anterioridad, asegurándose así de haber presionado el botón del piso correcto, además de volver a ver el número de habitación donde se encontraba su tía. El característico ruido del elevador le hizo saber una cosa y es que ya estaba en su destino, las puertas se abrieron dándole paso para poder salirse.

Estando fuera, en la recepción del piso en cuestión, se acercó a la señorita que se encontraba en ella. -- Disculpe ¿La habitación 523? -- Cuestionó, la mujer que parecía estar acomodando algunos documentos de lo que suponía eran de pacientes le señaló un pasillo que estaba a su izquierda, agradeció y se encaminó hacia el. Mientras caminaba iba revisando el número de las puertas y poder encontrar la correcta; él no era el único caminando por ese pasillo, estaba en un hospital después de todo, doctores, enfermeras, camilleros, entre otros miembros del personal médico pasaban de largo dirigiéndose a otro destino; no era sorpresa conociendo lo pesado que llegaba a ser el día de un médico, él no serviría para esa profesión, su nerviosismo no se lo permitiría.

Pasó un poco más de tiempo hasta que divisó la habitación a la que se dirigía, se acercó y detuvo el pasó frente a la puerta, dejó escapar un ligero suspiro, dió unos cuantos toques y espero un poco. -- Perdón por molestar. -- Mencionó mientras abría la puerta para entrar, eso luego de que le dieran el permiso para hacerlo; caminó un poco debido a que había una cortina de lado izquierdo tan pronto entrar a la habitación obstaculizando así la vista completa de la misma.

-- Tadashi-kun, hola. --

Cuando se adentro por completamente lo primero en lo que sus ojos se centraron fue en Kei, pero no en su persona sino como se encontraba en ese momento. Estaba sentado en la cama en la cual se hallaba su madre, el rubio estaba recargado en el respaldo de la misma, quedando a lado de la mujer; tenía su mano izquierda sobre el hombro izquierdo de su progenitora casi que abrazándola, además de que su cabeza la tenía recargada en la de Reiko.

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