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   A la mañana siguiente me desperté muy temprano, ni siquiera sé por qué.  Las chicas aún estaban durmiendo así que, después de tomar mi preciado desayuno y mi nutella, decidí ir a hacer footing por la playa.
   Se siente extremadamente relajante sentir el aire del mar en el rostro. Había un montón de surfistas y personas que habían ido a pasar el rato a la playa a pesar de que apenas eran las nueve de la mañana. Al cabo de un rato, regresé a casa.

-Chicas ¿Estáis despiertas? -pregunto desde el salón.

-Sí, estamos en la cocina -contesta Nat. Camino hacia la cocina y veo que no están solas.

  ¿De nuevo? ¡Se suponía que serían nuestras vacaciones, no que nos pasaríamos todo el tiempo con unos chicos que acabábamos de conocer! No me lo tomen a mal, los chicos me caen bien, pero no se suponía que fuera así.

-Hey -me dice Jase haciendo un gesto con la mano. La verdad es que se ve gracioso.

-Hola, guapa -me saluda Kieran chocando los cinco conmigo.

-Hola, chicos -respondo. Obviamente el inepto de Álex no me saludó... Aunque tampoco es que me importe. Me siento en la encimera mientras hablo con ellos.

- Estábamos pensando en ir a nadar -me explica Bryt.

- Me parece fantástico -exclamo emocionada. Amo la playa, amo el mar y amo el surf.

-Bueno, entonces... ¿nos vamos? -pregunta Álex como si esto le aburriera mucho ¿Si tanto detesta estar aquí, por qué viene? Un día de estos lo voy a hacer tragarse su amargura. Lo sé.

-¡Vamos! -dice Bryt.

   Al llegar a la playa, todos se meten en el agua menos Álex y yo. Según él, iba a esperar un rato antes de meterse y yo simplemente me quedo porque necesito hablar con él.

-Álex -le llamo.

-Dime, niñata -responde. Ugh, siempre él.

-¿Por qué no puedo decirle a mis amigas que ayer te estuve ayudando?

-Tú solo no lo digas, lo demás no es tu problema -se encoge de hombros. Ay qué lo mato ¡Lo mato!

-Mira, imbécil, controla la manera en la que me hablas si no quieres perder tu puñetera dentadura. Ahora mismo vas a decirme por qué coño no puedo decirle a mis amigas que ayer estuve contigo -ordeno con voz amenazante.

-¿O si no qué vas a hacer? Por dios, niñata, no me hagas reír -se burla. Este no sabe con quién está hablando.

-O si no les contaré todo y tú no quieres eso ¿Verdad? -Parece que lo que dije funcionó porque sus músculos se tensaron.

-Vale, no puedes decirles porque dentro de poco es el cumpleaños de Jase y le estoy preparando una fiesta sorpresa -me explica con resignación.

-¿Y qué tienen que ver mis amigas?

-Que ellas seguro le dirían a Jase -exclama con obviedad mientras pone los ojos en blanco.

-Vale, pero aún no entiendo ¿Por qué tienes que dormirlo? ¿Y por qué yo sí lo puedo saber? ¿No te preocupa que le cuente a las chicas?

-Porque él tiene el sueño ligero y ayer necesitaba hacer unas cosas en su habitación para preparar la sorpresa.

-Quiero ayudarte.

-Ni en broma -se niega totalmente.

-No te lo estoy dando a elegir, imbécil -le informo. Quizás le venga bien darse cuenta de yo hago lo que quiero.

-De acuerdo, pero que sea la última vez que me amenazas, niñata -gruñe.

-¡Ja! Sí, imbécil, ahora esta niñata va a nadar -dije feliz y me fui con los chicos.

Amor y Mafia (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora