Mi amada.

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Que será de ti, capitulo 24

                      

Al salir de la oficina del Dr. Leonard, Candy se dirigió al cuarto de descanso. No había desayunado bien esa mañana  por lo que necesitaba alimentar al bebe, de prisa se dirigió al pequeño cuarto de descanso para enfermeras.

_ ¡Perdóname mi amor, he sido una mala mamá!... _ Se decía mientras  se  sobaba la pancita.
Saco de la nevera bizcochos congelados y los coloco en el horno microondas, el olor a bizcocho comenzaba a sentirse y mientras su nariz chata tintineaba por el delicioso olor, de repente la puerta se abrió.
_ ¿Qué estás haciendo Candy? _ Dijo una voz que ella conocía  bien.
_ Deberías alimentarte mejor en tu estado.
_ ¿Terry?...  Lo sé. _ dijo un poco avergonzada.

_ ¿Cómo sigue Susana?
Escuché que ha salido de peligro y que él bebé está  bien.
_ ¡Sí!... está mucho mejor, tanto que esta de antojo. _ Respondió el hombre alzando una bolsa con galletas para su esposa.
_ Nuevamente su apetito ha regresado, y me ha pedido unas galletas que con mucho trabajo me costó conseguir.
Salir del hospital y caminar por las calles sin que me reconozcan no fue nada fácil, aunque ha transcurrido el tiempo desde que deje de actuar en New York, tal parece que mi rostro es muy conocido. _ dijo el chico sintiéndose orgulloso de sí mismo.
_ ¡Valla! Sí que no has olvidado la humildad con la que siempre te has caracterizado. _ respondió Candy en  tono sarcástico.
Terry lo tono en seguida y para cambiar de tema pregunto:
_ ¿Quieres una galleta para tu bebe? _ dijo aun parado en la puerta.
_ Te vi caminar por los pasillos y entrar a esta habitación y me preguntaba si te gustaría probar una de las galletas que le encantan a Susana. ¡Están deliciosas!...

_ ¡No gracias!
La verdad es que estoy de antojo por estos bizcochos deliciosos. _ Candy se acercó un poco a Terry y con voz suave y delicada le dijo:
_ Terry,  por favor, no me mal intérpretes, pero no es correcto que estés aquí. Tu lugar está junto a Susana y no quiero que se mal entiendan las cosas. ¿Comprendes? _ dijo Candy. El rostro de Terry entristeció al escuchar las palabras de Candy. Inexplicablemente por instinto la siguió hasta esa habitación.
_ Si joven... _ dijo una joven que se encontraba detrás de la cortina en la habitación.
_  ¡Franny!...   _ asustada Candy salto.
_ Lo siento... no es mi intensión crear problemas pero quizás tengas razón.  _ Disculpándose nuevamente Terry salió cerrando la puerta tras de él._ había comprendido la situación incómoda en la que ponía a Candy. Quizás había mal interpretado la amabilidad de Candy cuando le dio consuelo en un momento tan difícil cuando estuvo a punto de perder a su bebé y esposa.
_ "Esto debe parar, Candy... Candy ya no es para mí" _   se dijo así mismo. Mientras en la habitación Candy respiraba profundo después de darse cuenta de la presencia de alguien más en la habitación.

_ ¡Ese chico aún está enamorado de ti Candy! No debes permitirle que se acerque a ti. _ pronuncio Franny aquellas palabras con firmeza. Sé que amas al Dr. Albert y que nunca faltarías a su amor... Pero...
No creo que al Dr. Albert le guste saber que tu ex está detrás de ti.

_ Pero Franny... no es lo que estás pensando. Albert conoce todo de mí. Sabe los sentimientos que tengo por  Terry y te aseguro que no es amor.
Pero tienes razón, si tú lo has malinterpretado, seguramente alguien más lo haría. Espero y le haya quedado todo claro. _ sentándose en la silla, Candy se dispuso a devorar su bizcocho con desesperación. Cuando de pronto otro olor  le llegó a su nariz.
La joven enfermera parecía estar atraída por el delicioso olor que le resultaba muy familiar.
_ ¡Santo cielo!... ese olor ¿Es?...
_ ¡Ah, sí!... Casi lo olvidaba, lo trajeron para ti desde el comedor.

_ ¿¡Para mí!? _ preguntó asombrada.
_ La cocinera que lo trajo dijo que había sido contratada para ser tu cocinera personal.
_ ¿Quée?... respondió Candy sorprendida al ver el Bulgogi con arroz calientito.
_ ¡Amiga!... parece que el Dr. Albert aun de lejos cuida mucho de ti.
¿Estas segura que no sabe de tu embarazo? _ A  punto responderle estuvo  Candy cuando el móvil sonó.

_ ¡Oh Dios mío!... es Albert... _ Nerviosa tomo el celular en su mano y respondió.
_ ¡Albert!... ¡hola amor!
Estaba esperando llegar a casa para hablar contigo. _ Franny se puso de pie y le hizo señal que regresaría a trabajar. Candy asintió con la cabeza.
_ ¡Hola mi amada!... he estado ocupado cerrando un negocio para poder regresar lo más pronto posible a casa. Te extraño muchísimo Candy... no dejo de pensar y preocuparme por  ti. _ La voz de Albert suave y delicada se escuchaba quebrantarse detrás de la bocina de aquel aparato.

_  ¡Y yo a ti amor mío!...
Deseo que vuelvas pronto y que no nos separemos nunca más. Albert estos días de incertidumbre no creo poder sopórtalo más...lejos de ti. No...  _ Mientras comía, sonreía y lloraba al mismo tiempo.
Una   hora hablando con Albert se pasó de prisa.
Albert no hizo comentario alguno para que Candy dejara el hospital. Había hablado con el Dr. Leonard antes de conversar con ella y, este le había ya dicho todo,  la respuesta de Candy.  Albert solo pedía a Dios por la salud de su mujer y su bebé.

_ ¡Gracias Albert  por la cocinera que dispusiste solo para mí!
¿Acaso es la misma cocinera del pequeño restaurante Coreano?
   Mm'm mm'm, está muy delicioso el bulgogi con arroz. _ Con la boca un poco llena de comida, las palabras poco se le entendían.
_ Ja Ja ja.... Por favor pasa del bocado primero Candy. Es peligroso hablar con la boca llena. Además no es de una señora educada hacerlo. _ Candy carcajeo al escuchar la palabra "señora"
_Albert... tea amo. _ dijo con la voz cortada y en sollozos.
Lo extrañaba tanto que cada vez que se lo decía terminaba llorando.
_ Por favor no llores mi pequeña, mi corazón se encoge cada vez que lo haces. Pronto estaré contigo y por favor  aliméntate bien... cuídate mucho Candy... ¡prométeme que lo harás!... _ Las palabras de Albert hicieron que la rubia llorara aún más. Entre sollozos preguntó:

_ ¿Lo sabes cierto?
_ ¿Saber qué? _ respondió con otra pregunta y una leve sonrisa que se podía percibir atreves  del aparato.
_ ¡Si mi amor!... ¡seremos padres!... _ Candy no pudo contener más el secreto y finalmente dio la noticia a su amado.
Tras la bocina se escuchaba la voz de un hombre lleno de felicidad y llorando de la alegría al saber que muy pronto será padre.
_ Ahora más que nunca debo regresar... no puedo estar ni un minuto más sin estar a tu lado. _ Candy asintió y se despidió de su hombre. El tiempo había transcurrido de prisa que no se dio cuenta que sus hora de descanso había terminado. Colgando el móvil. Lavo sus manos y se dirigió hacia la zona de cuidados intensivos para colocar su traje azul, guantes, mascara, lentes.
Para su sorpresa la persona que estaba frente de a ella se había desmayado.
_ ¡Helen!...  _ grito Candy y la tomo entre sus brazos.


Continuara.
Hola chicas.
Sé que he  tardado en actualizar. Como sabe y si aún no le doy la noticia que la versión al español de Candy Candy  la historia definitiva ya está a la venta. He recibido mi libro y estoy haciendo publicaciones en mi página de Facebook. También en mí blog https://elportaldesakuraardlay.wordpress.com/

Les agradezco de todo corazón por sus comentarios.   Las antiguas y nuevas lectoras muchísimas gracias.
Bendiciones y saludos desde Austin, Texas .

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