Capítulo 15

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Bruce

A medida que caminamos por el parque, Kaylee parece inmersa en sus pensamientos. Está bastante callada desde que llegamos.

—¿Quieres que nos sentemos aquí? —pregunto señalando un banco a mi derecha. Ella niega con la cabeza.

—Prefiero el césped —responde antes de mirarme —¿O eres muy exquisito, señor?

Ruedo los ojos, riendo.

—Para nada, vayamos ahí entonces.

Doblo mis rodillas y elevo la mirada al cielo para contemplar la luna llena.

—Es hermosa, ¿verdad? —digo maravillado. No obstante, solo recibo silencio por su parte.

Sin poder aguantar más, me giro hacia ella para pedirle una explicación.

—¿Qué sucede, Kay? —cuestiono con preocupación.

—Nada —musita —Solo estaba recordando...

—¿El qué? —no me importa sonar entrometido. La curiosidad es superior a mí.

—A este parque solía venir con el chico que me gustaba —dice para mi sorpresa, y de repente siento unos pequeños celos por ese sujeto —Nunca supe si lo que sentía por él era amor, pero me marcó en lo más profundo.

La miro expectante, y ella lame sus labios.

—Estuvimos conociéndonos por varios meses, hasta que me sentí preparada para tener mi primera vez con él —hace una pausa y prosigue —Y cuando ocurrió, se olvidó de mí sin más. Supongo que consiguió lo que tanto quería, y ya no tenía caso conquistarme —el pecho me duele cuando su voz se quiebra —Muchas noches me preguntaba cuál era mi problema, por qué era tan insignificante para él —murmura limpiándose una lágrima —Pero con el tiempo y el apoyo de mis amigos fui superándolo.

—Si hubiese sabido que este parque te traía tantos recuerdos con ese imbécil, créeme que no lo hubiera hecho.

—No, no importa, era necesario para mí afrontar el pasado —una sonrisa se dibuja en sus labios —Además tú eres diferente, y eso es lo que más me gusta de ti.

—Y tú eres maravillosa, Kaylee. Ojalá nunca más te sientas insuficiente para nadie —digo apretando su mano —Las chicas como tú llevan un tesoro escondido en el alma, pero hay que tener paciencia y sobre todo mucho amor para encontrarlo.

Ella acuna mi rostro con sus manos, inclinándose para fundir sus labios con los míos. Su contacto es sobrecogedor. Deslizo mi lengua y entonces me permito saborear cada centímetro de su boca, cada espacio, memorizándolo para siempre.

🌙🌙🌙

Dos semanas después...

—Chicos, quiero contaros algo bastante importante para mí —anuncia Kaylee antes de guiñarme un ojo. Brandon, Dean y Erick intercambian una mirada confusa —Tengo novio, y este sí es oficial —ellos alzan sus cejas con asombro —¿Qué? ¿Pensaron que no me llegaría nunca? Yo también.

—¿Y quién es? —pregunta Eric, el rubio.

—Nada más ni nada menos que mi vecino —contesta apretando mi mejilla, y hago una mueca por el dolor.

—Lo sabía, joder —interviene Brandon —Sabía que se traían algo. Mi intuición nunca me falla.

—Pues felicidades, pareja —habla Dean, palmeándome la espalda —Como le hagas daño, te corto los huevos —susurra en mi oído.

—Me gusta verte así de contenta, hermanita —comenta Eric a Kaylee antes de abrazarla. Luego se dirige a mí   —Cuídamela, esta niña es de lo mejor que hay en esta ciudad.

Asiento, estrechando su mano —Lo sé, puedes estar tranquilo conmigo.

—Bueno, ya que hoy es día de noticias, os tengo otra —comenta Brandon, mirando en mi dirección —Bro, ¿recuerdas la pequeña rubia del pub? ¿A la que me dijiste que le entrara?

—No puede ser... —sonrío.

—También somos novios —informa, y todos lo miran sorprendidos, incluida Kaylee.

—Me alegro mucho por ti, Brandon, te lo mereces —dice esta abrazándolo.

—Joder, todo el mundo con pareja menos yo —bufa Eric, y después intercambia una mirada extraña con Dean.

Al otro lado de la pared ©Onde histórias criam vida. Descubra agora