Viento de Primavera | Drarry

Parte 2

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Aquello que me duele es aquello que soy, tengo lo mejor y no me está sirviendo.
Llegará | Beret
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Le agobiaba estar allí, así que cuando pasó la media hora que ponían sus amigos de espera antes de ir por el alcohol y emborracharse, decidió escaparse de su sala común. Era demasiada gente, en otros tiempos le hubiera gustado incluso, pero en esos instantes lo único que quería y necesitaba era paz y tranquilidad consigo mismo. Ese, tal vez, era un buen regalo de cumpleaños, algo que sinceramente quería, necesitaba y no tenía. Pensó en Pansy y su cara dolida cuando había guardado su regalo debajo de la cama, en cómo ni siquiera se había molestado en abrir los regalos de sus padres, en lo malagradecido que era y que no se merecía todo lo bueno que él tenía.

Por la estima profunda y el gran agradecimiento que tenía hacia sus amigos, ya que nunca lo habían dejado solo y a pesar de sus errores, seguían allí. Decidió que era momento de seguir con ellos y volver a la sala común. Le hubiera gustado que le saliera alguna lágrima que limpiar en ese momento, pero no recordaba la última vez que había llorado, seguramente fue antes o durante la guerra, pero desde entonces había dejado de llorar. Era como si esa habilidad se hubiera desactivado por completo en su organismo, llevaba tiempo sin hacerlo y no pareciera que sería pronto.

—¡Draco! —el rubio se giró para encontrarse con la hermana menor de Daphne, quien se le acercaba sonriente—. ¿Qué tal estás?

—¿Qué necesitas, Astoria? —preguntó con toda la amabilidad que podía.

No era por ser distante, simplemente no le era creíble la idea de que a ella le importara realmente cómo estaba. A parte, en esos momentos no sabía cómo estaba y responder un "no sé" no entraba en sus planes, parecía estúpido. Ya lo miraban muy mal por haber recibido la marca y a veces irla mostrando sin pudor alguno. ¿Y qué querían que hiciera?, ¿que se muriera de calor? ¡Pues una mierda! Si no les gustaba la marca, pues que no la miraran y punto, por él, se podían ir todos —menos sus querido amigos y tal vez Potter— a la mierda.

—Pansy me dijo que, si te veía, te dijera que te están buscando. Hace no mucho salieron de la sala común para ir a buscarte.

—Gracias —dijo para girarse e ir a buscarlos por... todo el castillo tal vez.

¿Cómo había sido tan tonto de irse a la primera que los vio escaparse? Llevaba un buen rato buscándolos, pero no aparecían por ningún lado. Ahora se sentía más solo que nunca, sus amigos siempre habían ido con sumo cuidado al no dejarlo solo, porque él se sentía enloquecer. Trataba de mostrarse despreocupado, pero ya había empezado a rascarse el antebrazo en señal de nervios. Pansy era prácticamente su otra mitad, ¿dónde demonios estaba? Era un error suyo, pero no quería devolverse a la sala común por más solo que se sintiera solo. ¡Estar rodeado de gente y sentirse solo era deprimente! Muy diferente a estar solo por mero gusto propio.

—¿Pansy? —preguntó abriendo una puerta. Estaba vacío—. ¿Blaise? —preguntó abriendo otra puerta, nuevamente vació—. ¿Theo? —abrió otra puerta, pero estaba prácticamente oscuro.

Estuvo a punto de cerrar la puerta, pero sintió que se impulsaba hacia dentro. Entró en pánico cuando la puerta de cerró detrás suyo, intentó abrir la puerta con un alohomora; golpeó y pateó la puerta, pero no se abría. Hasta que sintió que algo se iluminaba detrás suyo, cuando se giró pegó un grito.

—¡La madre que te parió, Potter! —se quejó cubriéndose la cara con una mano.

—¿A ti también? Lo siento, no era mi intención. Llevo un buen rato intentando salir, por un momento pensé que alguien había notado mi ausencia y había venido a buscarme —vio como el chico se sentaba en el suelo con las piernas cruzaba y lo miraba fijamente.