Rebelde Involuntario [Pausada]

Efímera Paz

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UFF!!! A ver... esta vaina quedo larga... y aquí va a pasar mucha cosa, porque octubre es un mes de cambios para ellos, así que necesitaba todos estos antecedentes... y esta vez me he rehusado a prolongar los capitulos, así que basta de rodeos

Pd. Soy muy fan de ese último personaje

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¿Fueron incómodos esos días? Fueron... la timidez misma más bien y tampoco fueron días... fue literalmente día y medio. Como fuera puede que lo soñado el sábado en la noche, si lograra que encontrarse en el desayuno fuera algo esquivo al verse y solo ser capaces de recordar lo que en sueños pudiera haber pasado, volviéndose tal vez por primera vez, limitándose a comer en silencio y a veces medio sonreírse y apartar la vista en esa mezcla incomprensible que se puede definir como "incómodamente agradable" y después... se diluyó un poco tras ocuparse cada quien en sus deberes, que solo se verían interrumpidos, cuando el estómago demandó que le hicieran caso y buscaran algo que almorzar

-¿Tienes hambre?- escuchó Grantaire casi a las 2 de la tarde como para sobresaltarse de oírle y tener que girar a ver si de verdad estaba ahí y obligarse a afirmar al ver a Enjolras en la sala, ¿Cuándo había llegado ahí? ¿Tan sigiloso era o así de concentrado estaba para no haberle oído llegar? alcanzó a preguntarselo, pero no le dio mayor importancia- tengo la orden de Combeferre de no acercarme a la cocina- reconoció volviendo la vista a la estufa- y no tengo ganas de lavar platos- añadió codeándose en el sofá al lado del pintor- ¿vamos a comer fuera o prefieres domicilio?- dudó aunque ambos supieran que no es que tuviera opción

-Si tú invitas, comemos fuera- fue todo lo que pudo conceder el diseñador volviendo a verle, aprovechando para estirarse antes de seguirle y regresar para buscar su chaqueta de tela verde, que se puso mientras bajaba e iba frotándose los ojos, captando recién lo cansados que los tenía al llegar al primer piso y salir al sol, maldecir y volver a ver el suelo- ¿y no ha llamado?- dudó de camino al primer puesto que vieron

-Lo llamé... todavía tenía que... "agradecerle" por su plan de dejarme con niñera- reconoció logrando que el pintor alzara los hombros entretenido de imaginar aquello- ni siquiera tuvo la decencia de negarlo y te envía saludos- concluyó entrando al sitio, escogiendo la primera mesa que vio, seguido por Grantaire que una vez en su sitio, se perdió en su mundo para aprenderse el local hasta le menor de los detalles, como para recibir el menú sin siquiera darse cuenta, por revisar el diseño del uniforme, para gusto del periodista que solo le vio hacer antes de sentir que el móvil le vibró y sonriera al mensaje que le enseñó con la duda concreta de Combeferre. "Son casi las 3 de la tarde, ¿Has comido algo?"- era mucho pedirle unos días olvidándose de nosotros y ya verás como no me creerá cuando le diga que sí- juró respondiéndole antes de pedir

-Yo puedo dar testimonio que lo has hecho- ofreció empezando a comer el pan que dejaban de entrada- creo que voy a hacer una maqueta parecida a esta... me gusta la mezcla de colores que tiene- contempló para sí mismo- y hablando de colores... anoche me di cuenta que nunca te he dibujado en color...- divagó tomando otra tajada como si nada, dejando en shock al contrario

-¿Tú tan siquiera tienes dibujos míos?- dudó entre incrédulo y no muy seguro de cómo sentirse con eso, pero por su parte el diseñador solo sonrió y terminó riendo

-¿De verdad no te habías dado cuenta?- fue toda la respuesta que obtuvo y seguro de no tener que haberlo sabido Enjolras le negó- bueno... si tengo- resumió todo lo demás- pero todos son a lápiz, tengo uno en carboncillo- añadió torturándole a gusto propio empezando a comer- ¿no tienes hambre?- dudó como si nada pasara

-¿Por qué tienes eso? ¿Por qué nunca he visto uno?- reclamó casi indignado por eso- ¿Cuándo los haces? ¿Es durante los meeting, cierto?- confrontó y el azabache solo se negó a responder- No importa, quiero ver uno- le impuso codeado en la mesa y Grantaire solo dio otro bocado reclinado en el espaldar del asiento- no puedes venir y decirme eso y esperar que no quiera verlos- contradijo y el diseñador sabiendo que había mordido el anzuelo, solo lo prolongó, aunque mucho le costó no sonreír