Rebelde Involuntario [Pausada]

Amigos de por Medio

Eso llevó a Enjolras a rondar sitios que el pelinegro frecuentaba, tardó, pero no fue difícil deducir dónde estaría, si no era el Corinto, tampoco su piso, ni en el de Bahorel, le imaginaba con Jehan, así que hacía allá fue, exhaló lentamente al llegar antes de tener que tocar. Llamó a la puerta del estudiante de literatura y la expresión de Jehan al palidecer cuando lo vio, le dejó saber que había acertado

-¿Está aquí?- dudó el periodista y el pobre poeta que no esperaba inmiscuirse volvió la vista adentro- Jehan- llamó de nuevo

-Ah... si- respondió finalmente todavía asomado por la puerta- no creo que sea buen momento- resumió volviendo la vista adentro

-Tengo que hablar con él y me harte de quedarme sin respuestas cada vez que huye- explicó y el literato con una mueca casi de pesar bajó la mirada- Jehan por favor, déjame pasar o dile que salga- pidió y lentamente le vio afirmar- gracias- alcanzó a decir antes el ojimiel que cerrara y dentro se oyera una especie de riña con más voces que no eran Grantaire

-¡TÚ!- fue el saludo de Eponine al abrir y cerrar tras ella, con tal semblante de furia que el instinto hizo retroceder a Enjolras- ¿Tú qué demonios quieres? ¿Algo más te falto por hacerle?- retó

-¿Disculpa? ¿Yo a él? Créeme esa versión, está invertida- defendió su posición- No sé de qué hablas, Eponine e incluso si lo supiera, a ti, no te concierne- explicó conservando la distancia con ella que no le salvó de la bofetada que le dio le muchacha

-Hazle daño, Enjolras y el menor de tus problemas será una riña con Grantaire, no me provoques burguesucho- amenazó tomándole de la chaqueta sosteniéndose la mirada- que no me tiembla el pulso para poner a quien sea en su sitio, cuando hieren a los míos y escogiste a uno- aclaró con los dientes apretados tentada de golpearlo cuando se frotó los ojos y exhaló apático a aquello

-Eponine, es absurdo y ahórrate la escena- pidió con todo el raciocinio que pudiera tener y empezaba a agotarse- le pedí a Jehan que llamara a Grantaire, ¿Qué haces tú aquí?- renegó soltándose de ella

-No te dejaré hacerle daño, ¿me oyes? No a él y por eso, no va a salir y tampoco vas a entrar- impuso poniéndose frente a la puerta- lo que sea que le hayas hecho, ya fue suficiente, es frágil y tú eres letal, te he visto serlo, así que retrocede y busca otra víctima, Grantaire ya estaba lo suficientemente roto antes que llegaras a su vida, como para permitir que termines de romperle- acusó y a eso su líder no pudo evitar burlarse con una corta e incrédula risa- Enjolras, tú no sabes nada de él, no te atrevas a juzgarlo- advirtió con severidad

-No lo hago, no a él, pero me cuestiono tu valiosa ayuda- reconoció y el rostro de la castaña se volvió siniestro- aquí, haciéndote pasar cómo su salvadora y protectora, pero a su vez, eres quien le hunde, arrastrándole a la calaña de vida de la que quieres salir- razonó y alcanzó a retenerla de la muñeca cuando Eponine lanzó el segundo bofetón- ¿acaso no fuiste tú quien lo puso en contacto con los matones de tu gente?- confrontó cuando ella haló por soltarse- no quiero hacerle daño, qué te quede eso claro, pero tampoco te debo rendir cuentas, ¿no quiere salir? Bien, que no salga, pero que tenga la valentía de dar la cara cuando se sienta capaz o me escriba si tan pocas agallas tiene, díselo- encomendó soltándola para irse de ahí oyendo la puerta azotarse

Nunca antes en la vida Enjolras se había cuestionado tanto el derecho a la libertad, Grantaire tenía derecho de negarse a verle, de evitarle, pero que tuviera ese derecho, le resultaba chocante. Autoritariamente se tentaba de obligarlo a abrir, a dar la cara y no huir hasta concluir eso en algo. ¿Qué? No estaba seguro, pero darle una solución a lo que al parecer, era un problema que ni siquiera sabía que tenía y mucho menos, cómo solucionar, ¿Por qué no podía obligarlo a salir?, porque por mucho que quisiera iba contra sus principios, pero los mismos se sentía capaz de tirarlos por la borda por un rato, con tal de... de... arreglar las cosas con el pintor y esa idea, asustaba