CAPÍTULO I

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Razones 

  Hola, mi nombre es Arthur y vengo de un pueblo al norte de Ibarra, lugar muy lindo si puedo mencionarlo, hace un tiempo me mude a París por cuestiones de trabajo, soy un empresario en progreso, me especializo en marketing y publicidad empresarial, además soy fotógrafo, es mi hobbit favorito. Llegue hace unos 7 meses con la esperanza de progresar en mi trabajo y de manera personal, ja! Y es que según dicen esta es la tierra del amor y los sueños. En fin, me concentro más en mi trabajo porque no esque sepa muy bien el idioma, apenas lo entiendo y me cuesta hablar con otras personas, soy un poco escéptico pero abierto a ideas y sugerencias ya que por mi trabajo me obligaba a conocer de muchas cosas,  los primeros meses fueron algo tranquilos, puedo manejar bien la soledad ya que mayormente me mantengo horas y hasta días pegado a la pantalla de mi computador realizando afiches promocionales, muy pocas veces salía a tomar algunas fotos para mi álbum personal,  ya que hasta para comer pedía servicio al cuarto, vivo en el décimo piso del edificio,  así que tengo una gran vista que me ayuda como inspiración o para tomar mis fotos, los atardeceres aquí son arte puro.

  Un día un comunicado en la televisión alarmó a todos, yo trataba de entender lo que sucedía pero el idioma no es lo mío, solo manejo el español y el inglés, lo único que pude entender o traducir fue que algo carcome la piel y que se debe mantener bajo sombra... Busque por Internet al respecto y solo decía que era debido a un alto reflejo magnético de rayos solares que irritaba y carcomia la piel y recomendaba quedarse en casa,  no me preocupe demaciado pensé que pasaría pronto y que eran solo medidas de cuidado obligatorias, igual yo casi nunca salía por eso mi tono de piel era muy blaco y mi cabello de un tono castaño claro, los días pasaron y yo seguía trabajando desde correos que me enviaban empresa Exteriores, pero todas las tardes que me asomaba a mi ventana veía el atardecer cada vez más amarillo y con un brillo creciente.

  Dos semanas después el cambio era notorio, el silencio era algo abrumador, ni automóviles, ni el metro, ni música ni los gritos de juegos de los niños en las calles, el encierro era algo a lo que todos se veían obligados, yo casi no veía televisión porque igual no entendería nada de lo que dijeran. Un jueves me levante un poco tarde porque me había trasnochado con algunos proyectos en la computadora y al abrir las persiana de mi ventana pude ver una calina algo gris que casi tapaba por completo mi vista, "esto no es normal en esta época del año"  me dije, que rayos esta pasando, tomé mi Cámara y empecé a enfocar  lo que podía a través de la densa calina, no podía ver mucho pero la soledad del lugar era increíble, pero logré observar algunas personas y animales tirados en el suelo sin moverse y me asuste, no entendía que estaba pasando, encendi el televisor y aún seguía sin entender nada, investigue por Internet y de una manera amenazadora advertían a las personas a no salir a las calles o morirían, me alarme y de acuerdo con lo que habían leído antes del reflejo del decidí cerrar todas mis ventanas como precaución,

  Un mes después nada había mejorado, todo se veía gris, es como si los colores del mundo se hubieran opacado, trataba de ahorrar la comida pues salir no era una opción. Ya tenía un largo tiempo sin hablar con alguien, los correos poco a poco disminuyeron y el Internet era cada ves peor, así que con mi Cámara en un rincón de la ventana  observaba todos los días a las 10:00 am y a las 5:00pm, notaba que muchos edificios a mis alrededores al igual que yo taparon sus ventanas, excepto una en el edificio de enfrente, lo cual me detenía a ver por si algún día veía alguien, así que empece a pegar notas en mi ventana con la palabra "Hello" (Hola) con la esperanza de que alguien un día  lo viera.

  Una semana después se escucho el primer sonido en meses,  un estruendo, una alarma, una especie de sirena que se escuchaba por todo el lugar si saber exactamente de donde provenía, y unos gritos de dolor abajo de mi edificio me alarmaron aún más, eran gritos desgarradores pero no podía ver de que se trataban, muchos en mi edifio cerraron todo y taparon sus puertas y yo por consecuencia hice lo mismo. Un domingo a eso de las 5:30 pm me desperté, estaba agotado por tapar con bolsas negras todas mis ventanas y caí exhausto, al asomarme por la ventana con mi cámara y ver como estaba el día a través de la cada ves más densa calina logré observar que habían un papel colgado en la ventana de enfrente, alguien me había respondido, solo un "Hello"  Pero me alegre  muchísimo porque alguien me entendía, sabía hablar inglés y colgué otra nota en mi ventana, "estas bien", durante dos días no recibí respuesta

Encierro en las Alturas Where stories live. Discover now