CAPÍTULO 4

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NARRA VEGETTA:

Hoy había sido un día de entrenamiento muy intenso, pero estaba feliz con el resultado, nuestra entrenadora nos había hecho hacer una mezcla de cardio con ejercicios de fuerza y de tonificación así que llegué a casa deseando darme una ducha y comer.

Abrí la puerta de la casa y todo estaba en silencio, miré hacia la cocina y vi el papel de las normas de la casa en el mismo lugar donde lo había dejado por lo que di por hecho que ni lo habían mirado. Tampoco me sorprendía. Así que, antes de tener que enfrentarme a lo que probablemente eran tres vagos que se habían quedado jugando a la play juntos decidí subir a mi habitación y refrescarme. Justo en el momento en el que iba a empezar a subir las escaleras noté unas manos que me tapaban los ojos y escuché a Willy sobresaltándose detrás mia y di por hecho que le había pasado lo mismo.

-Tenemos una sorpresa- el que me estaba tapando los ojos era Rubius, podía notar su voz en mi cuello.

-No podéis mirar hacia el jardín- añadió Fargan, quien le tapaba los ojos a Willy

- Si es que... como niños pequeños. Está bien, pero...si nos permitís, vamos a darnos una ducha antes de asesinar a cualquier ser vivo cercano con nuestro olor.

-Uy pero ¿y ese uso del plural? ¿Os vais a dar una duchar juntos De Luque?- preguntó Rubius todavía tapándome los ojos por lo que me giré apartando sus manos y quedando de frente a él.

-No, no es el caso, pero si lo fuera... ¿eso que escucho son celos Doblas? - y acercándome a su oreja susurré- si lo que quieres es una ducha conmigo solo tiene que pedírmelo- y dicho esto me giré y subí las escaleras riendo por lo bajo imaginando que cara se le habría quedado. Si quería jugar al tonteo que nos llevábamos en Karmaland aquí en la vida real, yo sería el primero en jugar... al fin y al cabo, ¿era solo un juego verdad?

Me metí en la ducha y me sentí como nuevo, aquí en los Ángeles debido al ambiente húmedo pero pegajoso me pasaba un tercio del día metido en el agua ya fuera en la ducha o en la piscina. Además, era un lugar donde podía ordenar mis pensamientos y el que no se me quitaba de la cabeza era el de anoche. Rubius había visto mis pesadillas, esas que solo Willy conocía por ciertas razones y que yo siempre había ocultado a todo el mundo y no solo eso, había un momento donde pareció que me estaba observando, pero no era posible, él era el chaval más hetero que había conocido, simplemente estaría impresionado por verme tan en forma teniendo un trabajo que conllevaba una vida tan sedentaria, además todo era un juego. Después de esto mis pensamientos pasaron al directo de esa noche con Rubius que tenía que preparar donde todavía actuarían como que no estaban en la misma casa ya que la gran sorpresa la iban a dar cuando todos los miembros de Karmaland estuvieran juntos.

Entre tanto pensamiento salí de la ducha, me coloqué una toalla alrededor de la cintura y salí del baño sin darme cuenta de que hacía rato que estaban gritando mi nombre en el piso de abajo.

-Jesucristo Vegetta- se iba escuchando como Rubius subía las escaleras- yo llegaré tarde a los directos, pero tú te coronas tardando en ducharte- se le escuchaba aproximarse a la habitación- Mangel se va a acabar comiendo tu comi...- Este abrió la puerta de mi habitación.

Y se quedó congelado por segunda vez en el día.

-Ay, eh , perdón, solo era, para zaber, digo saber si bajabas a desayunar, digo comer ya- si hubiera tenido que describir el color de la cara de Rubius en ese momento, el rojo se habría quedado más que corto, lo que me provoco mucha ternura.

-Ya ha vuelto el Rubius que se traba con las palabras cuando habla conmigo, ¿vuelvo a ponerte nervioso Rubiuz? - me iba acercando poco a poco mientras sonreía con malicia.

Verano Karmaladiense (RUBEGETTA)Where stories live. Discover now