Parte 1

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No quiero morir, a veces deseo nunca haber nacido.
Bohemian Rhapsody | Queen
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Sólo era cuestión de segundos para que llegara el día y nada iba a cambiar. La llegada de su cumpleaños había dejado de emocionarle, sólo era un año más de vida y regalos que le podrían llegar cualquier otro día. Al fin y al cabo, si él quería algo, le bastaba únicamente pedirlo para obtenerlo. Tampoco le gustaba que se formara mucho alboroto, así que la fecha de su cumpleaños era sabida por las personas que él quería que la supieran. No era como Harry Potter, que todos sabían el día de su nacimiento y, seguramente, al pie de su cama siempre habría demasiados regalos para ese día.

Bufó molesto bajando su vista al reloj que le había dado su tía cuando entró a Hogwarts. Estaba bien cuidado, parecía igual de nuevo que el día en que lo obtuvo y en lugar de una M, había una B, marcando que también formaba parte de la familia Black. Era demasiado valioso y... ya era cinco de junio. Rodeó los ojos con fastidio y devolvió su mirada al cielo, buscando la constelación por la cual él fue nombrado. No tenía ánimos de nada ya que no le hacía gracia la idea de que la mañana siguiente, a primera hora, Pansy se le lanzaría encima cantándole —intencionadamente, porque ella sabe que la odia— la canción que Weasley hembra le había dedicado a Potter en segundo año. Seguía indignándose cuando su amiga lo acusaba de ser él quién había escrito semejante bazofia, parecía que su amiga no lo conociera sabiendo que él podía escribir cosas mejores; A Weasley Vamos A Coronar es prueba de ello.

Ese año odiaba más que nunca el hecho de que su cumpleaños cayera en junio. Al parecer Granger dirigía a un grupo de personas diciendo que ese era el mejor mes del año, alegando que deberían estar orgullosos porque no había nada de qué avergonzarse. Él se preguntaba qué demonios pasaba por la cabeza de aquella chica, no le bastaba con ser una insufrible sabelotodo, sino que ahora montaba una campaña la cual solo la seguían... los nacidos de muggles, algún que otro mestizo y sus dos mejores idiotas, o como ella los llama "amigos".

Le preguntó a Pansy —quién alardeaba saber más cosas que Granger— acerca de eso; pero ella no supo qué responderle. Blaise lo miró con cara "a mí ni me preguntes" y Theodore... bueno, él solo había soltado una leve risa para luego darse la vuelta e irse por dónde había venido.

Vio una vez más el reloj, dándose cuenta de lo cansado que estaba, así que se acostó finalmente en su cama deseando que Pansy no le regalara nada relacionado con unicornios. Últimamente la chica tenía una obsesión con ellos y no hacía nada más que hablar sobre esas criaturas, tan solo esperaba no comenzar a ver arcoíris por todos lados, si eso no ocurría, todo estaría bien.

Cuando escuchó la puerta abrirse de golpe mientras recién se estaba despertando, supo lo que venía. Así que le rezó a Merlín, Morgana, a Salazar, a Rowena, a Godric, incluso a Helga y a Grindelwald para que Pansy no lo hiciera, para que rompiera la tradición ese año.

Pero era mucho pedir.

—Tienes los ojos verdes como un sapo en escabeche —cantó Pansy en un tono desafinado intencionado—, y el cabello negro como una pizarra cuando anochece —no, en definitiva, Draco ya no podía hacer nada.

No cuando sabía que sus compañeros de habitación le seguirían el juego a Pansy. Era la maldita costumbre desde su cumpleaños número trece y las viejas costumbres no cambian. Tan solo esperaba que esa canción no hubiera maldecido su cumpleaños como ya lo estaba de antemano por culpa de Granger y su grupito del orgullo.

—Quisiera que fuera mío porque es glorioso, el héroe que venció al Señor Tenebroso.

—A veces me pregunto cómo demonios te la has aprendido —Pansy sonrió casi con orgullo, ignorando lo que Draco decía mientras le extendía su regalo—. Ya sabes que no quiero regalos, Pansy.

Viento de Primavera | DrarryWhere stories live. Discover now