Baile, Tequila y Pelirrojas

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Ya paso una semana desde que terminó mi muy efímera felicidad al lado de Alice, en otro momento me encontraría deprimida en mi departamento sumida en un mar de lágrimas y lamentandome por todo lo que pasó... Sin duda estoy triste, me duele haberla perdido tan pronto, pero entendí que ya no hay nada que yo pueda hacer por qué ahora todo depende de ella, yo cumplí con decirle lo que sentía y hacerle saber que estaba dispuesta a encarar a todo el universo por proteger lo nuestro, ahora es ella la que debe decidir si está dispuesta a todo por mí o si quiere quedarse en la cómoda relación que tiene con Bastián.

Por el momento estar con Agnes, Noah y Zoe me ha ayudado demasiado a no dejarme vencer por mis emociones, ellos me apoyan demasiado y han sabido hacer bien las cosas para hacer olvidar la tristeza... Sin duda tengo suerte de que ellos sean mis amigos.

Estoy taaaan aburrida -dijo Zoe tendida en el suelo de mi estancia- hagamos algo o moriré de flojera...

¿Que propones? -pregunte mirándola con diversión-

¡No lo sé! Ustedes también tienen cerebro, usenlo -nos miró de forma recriminatoria-

Es sábado por la noche, podríamos ir de fiesta... -dijo Agnes-

¡Eso es usar el cerebro! -festejo Zoe- me gusta como piensas, nena

Conozco un buen lugar para bailar y tomar unos tragos, ¿Quieren ir? -pregunto Noah-

¡Yo si! -gritoneo mi mejor amiga-

Yo también -dijo Agnes-

Bueno, necesito un trago -sonreí- ¿Tengo que cambiar mi ropa?

No, yo creo que te ves linda así -afirmo Zoe-

La verdad si me veo linda, estoy usando jeans ajustados y una blusa con un escote en la espalda, además tengo la costumbre de estar siempre maquillada, solo tengo que cambiarme los zapatos y estaré perfecta. Ellos también están muy guapos así que ninguno tuvo que hacer una parada para cambiarse de ropa; Noah nos llevó a un club en el centro de la cuidad, la música se escucha bastante fuerte aún estando afuera y el olor a alcohol es más que evidente.

Ay, por dios... ¡Es la fila más grande que he visto! -dijo Agnes mirando toda la gente que está esperando entrar-

Tengo pase VIP, podemos pasar sin esperar en la fila -declaro el pelinegro-

Las ventajas de ser el niño gay mimado de mamá -dije con toda la seriedad posible-

¿Eres gay? -pregunto Agnes sorprendida-

Si, algo así -dijo el pelinegro divertido-

Sin problema entramos al lugar, por la gente que está aquí adentro y sin poner estereotipos deduzco que Noah nos trajo a un antro gay... Y no es que a mi me moleste, pero no sé si las chicas estén bien con esto. Una chica nos guío hasta una de las zonas VIP del lugar, un espacio cercano a la pista de baile pero que de alguna forma está alejado de la demás gente; ordenamos la primera ronda de tragos y los dispusimos a pasarla bien.

Hace meses que no salía de fiesta -declaro Agnes-

Y nos vienes a traer a un antro gay -le recriminó Zoe a Noah-

Pues debieron adivinarlo, soy gay es lógico que venga a antros gay -dijo el pelinegro- además no sean aburridas, pueden bailar entre ustedes y decir que tienen una relación si no quieren que alguien pretenda ligar con ustedes -las chicas se miraron y asintieron conformes con la solución-

¿Y que conmigo? -pregunte-

Tú eres lesbiana así que no te quejes -dijo el pelinegro-

No voy a ligar con alguien -suspire exasperada-

Solo es una noche, Elle -afirmo Zoe- además, no es como que le debas respeto a la chica que tiene un prometido...

Supongo que tienes razón -sonreí-

La primera ronda de tragos no tardo mucho en llegar, empezamos a tomar y conforme los tragos iban desapareciendo también lo hacia mi tristeza y el ligero sentimiento de estar traicionando a la morena de nombre Alice... Tal vez no estoy actuando correctamente, pero ya estoy cansada de ser siempre yo la que sufre, por una vez quiero ser la chica a la que no le interesa nada y a la que no le duele lo que este ocurriendo. Agnes y Zoe salieron a bailar cuando se terminaron el segundo trago que pidieron, se les ve mucho más felices y alocadas, pero claramente aún no puedo decir que están ebrias.

Vamos a hacer esto más interesante -dijo Noah con una sonrisa-

Por mi está bien -respondí tomándome el último trago de mi bebida, me guiño un ojo antes de llamar a la mesera-

Quiero una botella de tequila y cuatro vasos para shots -la mesera solo asintió y se fue por el pedido de mi amigo-

La chica no tardo en llegar, traía consigo la botella y los vasos que pido el pelinegro así como varios limones para acompañar el tequila. De inmediato Noah sirvió un shot para mí y uno para el.

Vamos, Elle... Recuerda tu época de adolecente -dijo divertido e hice una mueca al recordar esa época tan poco productiva en mi vida-

Exprimi el jugo de un limón en mi boca haciendo una mueca por su sabor, luego me tome el contenido amarillento de el pequeño vaso sintiendo como me ardía un poco la garganta y el sabor de amaba cosas se mezclaban formando un sabor mucho mejor que el que tienen por separado. Seguimos tomando un shot tras otro, las horas se unieron a nosotros y cuando la botella estaba por la mitad alguien llegó a nuestra mesa.

Hola -dijo una chica con una sonrisa-

Pude distinguir fácilmente el color pelirrojo de su cabello así como su piel blanca, está usando un vestido negro muy corto y podría decir que es menor que yo... Tal vez tiene la edad de Agnes o un poco más.

Hola -respondió Zoe al ver que todos nos quedamos callados-

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Hola -respondió Zoe al ver que todos nos quedamos callados-

Yo... no quiero ser molesta, pero te estuve observando desde hace rato -dijo dirigiéndose a mi- y... creo que no tienes pareja ¿O si?

No, estoy sola -sonreí-

¡Genial! -dijo emocionada- ¿Quisieras bailar conmigo?

Mire a las chicas, ellas asintieron emocionadas y al ver a Noah pude notar que igual se emocionó por la invitación de la joven pelirroja.

Si, si quiero -afirme sin detenerme a pensarlo mucho-

Le tendí mi mano y ella la tomo de inmediato para llevarme al centro de la pista de baile dónde suena una canción de Camila Cabello. La pelirroja y yo empezamos a bailar de forma sensual frente a la otra, se sentía de maravilla bailar con ella y en mi mente no hubo espació para nada más que para la chica que se pegaba a mi cuerpo sin vergüenza alguna.

¿Cómo te llamas? -pregunto a mi oído-

Giselle -dije con una de mis manos en su cadera-

Yo Catherine -dijo haciéndose escuchar por sobre la música-

No lo sabía, pero la pelirroja se volvería uno de mis más grandes dolores de cabeza... Quizá incluso más grande que Alice.

Mi Querida DamaWhere stories live. Discover now