Soy Glam.

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Con la falta de sueño que tenía, no era raro verme dormido en los vestidores, era mi único momento de descanso, no podía quejarme ya que subir al escenario me hacía sentir vivo, caso contrario a estar en casa y sufrir ese infierno.

Ches siempre me despertaba acompañado de una chica — Alguien que duraba dos o tres horas— pero esta ocasión me sorprendió bastante.

Ches entraba a los vestidores como siempre, pero aquella vez, estaba sólo, con el portazo de la puerta logró despertarme pero no quería levantarme, ya que mi cuerpo se sentía pesado, sólo lo observaba con los ojos entrecerrados aparentando estar dormido.

Sentí la calidez que emitía su rostro, era demasiado cómodo, como me gustaría dormir con esta sensación cada noche.

- No hay remedio contigo.- Dijo Ches negando con la cabeza.

Intenté no reírme ante el gesto, pero era difícil quitarse una mueca de risa y más si sientes presión.

Pero ...

Nunca creí sentir la calidez de sus labios en mis mejillas.

Era algo desafortunado que fingiera estar dormido, ya que me gustaría que lo hiciera despierto, cuando hayamos terminado de dar el concierto.

Todos mis cabellos se erizaron al sentir sus labios con los míos, tenía un sabor dulce, un tacto igual que la seda, una combinación sublime.

Era algo que jamás había experimentado, esta clase de cariño no llegaba a mi hogar, así que fué gratificante encontrarlo con Ches.

Pero por alguna razón mi reacción fué otra, me desperté con un grito mientras me alegaba de Ches, él se cayó al suelo sobre su trasero.

- ¿Q-qué crees que haces?.- Oculté mi rostro con mis manos.

 - T-tenías una araña y ... ¡Y yo sólo la quité!.- Se levantó exaltado.

- Eso no es creíble.- Quité mis mano mientras que él se daba vuelta para irse.- ¡Ey, no te vayas sin discutir esto!

- ¡Lo siento viejo!.- Alcancé a escuchar mientras se alejaba.

Los gritos del público no me dejaban escuchar claramente, pero sí me hicieron acordar de algo, era nuestro turno para tocar.

Tocamos de manera magistral mientras que el público nos ovacionaba, nos estábamos volviendo populares, que suerte que puede venir.

Gracias a Lydia que aceptó mis cien dólares, de otra forma me hubiera quedado en casa y arruinado la presentación.

Pude admirar la alegría que irradia Chesnock al tocar su guitarra acústica, me daba más confianza y terminaba por darlo todo de mi.

Me fuí sumamente satisfecho del concierto, el alivio recorría cada vena de mi cuerpo y me daba una sensación de paz conmigo mismo.

Pero esa sensación ... no duró mucho.

Acabo de hacer una elección importante en mi vida, al ver a mi hermana lastimada de esa manera me hacía sentir patético y a Padre dando incesantes golpes a mi diario en el umbral de la puerta de casa.

Quisiera quitarme este estúpido traje de una buena vez, pero la lluvia ...

¿Qué importa?, la lluvia es hermosa, no importa si luego de esto terminaré resfriado.

Dejé que mis dedos dejaran caer el estuche del violín, hizo algunas gotas que cayeron sobre mi pantalón, pero no tenía importancia, después de todo, estoy debajo de una tormenta.

Después de la tormenta [Ches X Glam] {Two-Shot}Where stories live. Discover now