epílogo pt. uno ♔

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— ¿A quién le mandaste aquel video? -preguntó suavemente el rubio, tratando de hacer que su novio le mirara.

— ¿Por qué te importa? -espetó Calum, alzando sus cejas.

— Bueno, porque eres mi novio y yo...

— No debería importarte algo así, ya pasó -interrumpió el moreno, realmente intentando dejar el tema del lado.

— Pero me importa, Calum -suspiró el de ojos azules, y justo cuando fue a decir algo más vio y escuchó como el moreno rodaba sus ojos y bufaba.

— ¿Sabes? Sé que eres mi novio y todo pero no tienes que saber cada detalle de mi vida.

Ouch. Luke sintió una punzada en su pecho y Calum pudo ver como el dolor se reflejaba en sus ojos azules como una ráfaga.

— Lo sé, Calum. Ya lo sé -suspiró el rubio, su voz rompiéndose ligeramente en la última palabra-. Yo solo creí que...

Pero se detuvo a la mitad de la oración. Confiaba en Calum, realmente confiaba en él. Pero era difícil confiar en su totalidad cuando un vídeo de aproximadamente seis segundos en los que su novio mostraba su... pene.

Luke se sonrojó nuevamente, bajando la mirada.

— ¿Qué creíste? ¿Que estaba engañándote? -musitó Calum, levantándose de la cómoda cama y alarmando a el rubio.

— ¿Algo así? -medio preguntó el chico, mordiendo su labio inferior con nerviosismo-. No puedes culparme, Cal, yo sólo...

— No eres nadie para hablar de engaños, Luke. Tú también estuviste con Stella, ¿recuerdas? -exclamó el moreno, su rostro endureciéndose y provocando que Luke se asustara.

Pronto ambos estaban peleando en el cuarto de Luke, Calum alzaba la voz y Luke lo único que hacía era tratar de calmarlo y decirle que era una simple duda. Calum ya estaba en el punto de insultarlo. A él. A Luke, su novio.

Y cuando el rubio iba a decir que olvidara el tema y que no importaba, el mayor lanzó lo que pareció ser la última estocada en aquella guerra.

Bien, ¿quieres saber a quién le mande ése video? -exclamó el de ojos cafés, e interrumpió a Luke cuando fue a protestar-. A groupies, Luke. Le mandé el video a groupies.

Ambos callaron por unos instantes. El rubio intentó convencerse de que probablemente todo fue antes de que salieran.

Pero entonces Calum derrumbó toda esperanza de aquello.

— ¿Y sabes? Lo hice, ¿cuándo lo hice? Oh, claro, sería dos semanas antes de ser novios -dijo Calum sarcásticamente, sonriéndole.

Entonces, fue mientras ambos salían y tenían citas, literalmente justo antes de ser novios.

Calum no notó el error que había hecho al decirle eso hasta que notó las lagrimas en los ojos de su amado.

Luke se reclamó a sí mismo por haber hecho una pregunta tan dolorosa y estúpida.

Obviamente estaba enojado, pero más que todo estaba dolido.

— ¿S-sabes, Calum? Deberías ir a casa... a tu casa -dijo el rubio rápidamente, tragándose todo el dolor y enojo.

Amor... Lo siento, no quise decirlo así -trató de reparar el desastre que había hecho, pero Luke negó con la cabeza.

— Ambos necesitamos calmarnos un poco y... No creo que sea bueno que estemos juntos, aquí, ahora -murmuró Luke, era lo más alto que podía hablar sin que su voz colapsara.

Y Luke fue el que casi se colapsa cuando Calum intentó abrazarlo. Pero dio dos pasos hacia atrás e hizo una seña con la mandíbula, apuntando a la puerta.

— Calum, tienes que irte -el menor sonaba oh, tan roto.

Los latidos del corazón de Luke decían "no te vayas, quédate, te necesito". Y los de Calum decían "no quiero irme, lo siento tanto".

Ninguno de los dos le hizo caso a lo que decían sus latidos del corazón.

Y Calum salió por la puerta de la casa de Luke pronto.

—.

Calum echó su cabeza hacia atrás y tragó el líquido que quemaba su garganta.

El chico había recurrido al alcohol después de su pelea con Luke. Una mala decisión, aunque estaba solo en casa, aún así ahogar sus penas en alcohol nunca era la respuesta.

Su visión no era clara en el momento, pero como pudo tomó su teléfono y marcó el número de una vieja amiga.

Después de haber hablado con ella y haberla convencido de que viniera a "consolarlo", largó un suspiro.

Mientras él tomaba de la botella de cerveza que tenía en casa, Luke estaba en la habitación de Ashton, llorando y sollozando contra su hombro.

— Lo siento tanto, Luke -murmuró el chico de gafas, recorriendo su espalda con una de sus grandes manos de forma amistosa.

— No hemos t-terminado, Ash -murmuró el rubio, sorbiendo por la nariz y limpiándose las lagrimas con el dorso de la mano.

— Aún así me siento mal por ustedes dos -le respondió, separándose un poco de él y sonriéndole con lástima.

— ¿Qué crees que esté haciendo él ahora? -el de ojos azules se torturó con pensamientos de él con una chica.

Se estremeció.

— Probablemente está igual que tú, llorando y triste -afirmó Ashton.

Calum lanzó una carcajada ante lo que recién había dicho su amiga (y también amiga de Luke), Melanie.

— Claro. ¿Se supone que iré a su casa y le pediré perdón? -su voz sonaba distinta, sus palabras estaban arrastradas, y la ironía era presente en ésa simple oración.

— No pueden estar separados uno del otro por mucho tiempo, Cal. Se aman -le reclamó la chica, suspirando.

— No quiero verlo ahora, Mellie -musitó el moreno.

Obviamente quería verlo. Pero no así. No borracho y confundido. 

— Irás mañana con él, ¿prometido? -preguntó Melanie, provocando que Calum rodeara sus ojos. 

— Prometido -respondió.

— Prométeme que hablarás con él, Luke, por favor -rogó Ashton desde el otro lado de la ciudad.

— Lo siento, Ashton, pero no te lo prometo -musitó el rubio, dejando más lágrimas caer de sus ojos.

Luke sollozó contra sus suaves manos, mientras Calum tomaba más de la botella de cerveza.

Me siento super mal por no actualizar desde hace tanto. 

Falta la segunda parte de el epílogo, chicos, no eliminen esto de sus bibliotecas, lol. Lo subiré cuando pueda.

In troubles → cake hoodings.Where stories live. Discover now