Ayudando al señor Schmidt.

17 0 0
                                    

El señor Schmidt de había cambiado hacía un par de días, no le conocía en lo mínimo pero había acudido a mi Papá para concretar una venta de una casa, estaba en la zona alta, me dijo que la casa la habían construido a penas unos escasos 6 meses una pareja de amigos que eran arquitectos, de la universidad, eran más jovenes y trabajaron con el hace algunos años, mi papá
accedio a un contrato con los dueños de la casa para la venta.

El señor Schmidt necesitaba desempacar cuanto antes sus cosas, papá me dijo que fuera muy cuidadosa con sus muebles y vienes materiales por que eran importantes, me dijo que además necesitaba todo desempacado por que estaba iniciando el desarrollo de un trabajo muy importante y no podía perder el tiempo desempacando pero también necesitaba con urgencia desempacar por que en dos días tenía una cena importante con el comité de no se que.

El caso es que papá me llevo en su auto a la casa del señor, la casa estaba cerca del mirador, y con la premura del desempaco no puse atención a la zona, eso si era un hombre muy joven, yo me había imaginado un hombre de mucho mayor edad, nos hizo pasar y la casa era muy espaciosa y muy grande, los pisos olían a madera barnizada, y empaque nuevo.

Y nos agradeció por venir pronto, aun que un camión de mudanza se había retrasado, las cosas importantes se encontraban ya ahí. Se tomaron una copa de vino y salieron a la terraza y al cabo de diez minutos volvieron para despedirse, papá me dijo que estaría en contacto y salió de la casa con aliento amable.

Cuando se cerro la puerta nos quedamos solos él señor Schmidt, él silencio y yo.

—Disculpa tanta caja y empaque, pero tenemos bastante por hacer—Dijo sonriente.

—No hay problema, ya mi papá me había dicho que eran bastantes cosas.

Asintió de buena gana. Primero la compañía de mudansas nos ayudo a descargar todos los muebles, un día antes había llegado uno más y esas cosas ya estaban abajo en un saloncito modesto, esta descarga era de muebles, cuando se hubieron ido y les hubo dado una buena buena propina volvimos a quedarnos solos, era un hombre joven y alto, rubio, sonreía amablemente pero era de pocas palabras, vestía de manera sencilla pero a simple vista se notaba que era un hombre que le gusta vestir bien, al menos su ropa estaba acomodada pulcramente.

Al cerrar la puerta, caminó hacia mi y volvió a disculparse por tener tanto mueble, esta vez mi respuesta fue sólo una tímida sonrisa, me pidió que lo ayudara a acomodar muebles de manera amable.

—Se que no tienes tanta fuerza como los hombres de la mudanza pero te pido a ti hacerlo y no a ellos por que tratan muy mal los objetos y creo que tu sabrás cuidarlos mucho mejor, la ultima vez que me mude rompieron un jarrón de un hombre que falleció hace 80 años imaginas el valor histórico que tenía tal jarrón—Nego con molestia.

—¡Que decepción!—solo pude decir, y me lleve un mechón del rostro a atrás de la oreja.

Me miro con cara amistosa y comenzamos a acomodar muebles y a desempacar lamparas, muebles para la cocina, al cabo de las 3:40 ya habíamos desempacado los muebles más grandes y los habíamos acomodado.
Luego de ello me invito a comer, demasiado elegante para ser comida al servicio a domicilio nos sentamos en una gran barra con bancos altos de madera y una loseta de mármol y madera tallada; demasiado fría para mis manos.
Comimos en silencio y extrañamente no me sentí incomoda en lo absoluto, el señor Schmidt tenía una energía bastante liviana para hacerte sentir pesadumbre, lo que era inquietante era lo poco comunicativo que era, pero claro yo era una desconocida.

Cuando continuamos acomodando me pidió que lo ayudara especialmente a desempacar unos objetos que se encontraban en el saloncito, que no era tan pequeño para ese calificativo, me dijo que era de especial cuidado y hasta me pidió que usara guantes, pero no de latex si no de un material textil suave, me llevo junto a un gran mueble de madera oscura, enorme que abarcaba de esquina a esquina la pared, era un librero que aún cuando no era conocedora de ese tipo de muebles resultaba impactante y hermoso a la vista de cualquiera, al costado había unas cajas acomodadas muy perfectamente.

—Escucha en estas cajas hay libros, necesito que los comodes, pero tengas mucho cuidado, las cajas estan divididas en orden alfabético y año de publicación, es decir esta sección es para A y esta organizada en esta caja por año de izquierda a derecha, te pido especial cuidado en esta colección por que hay libros muy antiguos, que sus hojas se rompen al pasar de una a otra, por favor se cuidadosa—Dijo sonriendo—, tengo que volver al trabajo.

Se iba y luego volvío.—¡Ah y por ningún motivo toques los libros sin los guantes!.

Eso hizo asustarme un poco, pero nuevamente se fue con aire pacífico del salón.

Fue muy interesante acomodar libros, algunos olían a cuero viejo, otros a humedad y otros más a tinta fresca, era verdad habían libros muy viejos y desgastados, y otros más contemporaneos pero de igual belleza, pase tanto tiempo acomodando libros que olvide el paso del tiempo, el señor Schmidt volvió diciendo que había perdido la noción del tiempo que eran casi las 9 y había abusado demasiado de mi trabajo, se disculpo y me llevo en su auto a mi casa. En el camino me dirigió algunas frases sobre que los documentos que estaba haciendo y por que había perdido la noción del tiempo, me dijo que si podía volver mañana y que en cuanto terminara podría pagarme e irme.

—Si claro—Dije seria pero sonriente, me baje del auto pues acabábamos de llegar, me pidió que lo excusara con papá y le deseara buenas noches de su parte.

Arranco en el auto hasta que entre a casa, y Papa estába tomando un cafe.

—Ya estaba comenzando a preocuparme—Dijo tallandose la barbilla—. Pense que podría estar seduciendote

Me reí y me sente frente a él, en la mesa —Es guapo pero no creo que le gustara alguien menos refinada que él, me voy estoy muy cansada.

Papá rió y me deseo las buenas noches, tome un baño y caí en profundo sueño, soñando en esa enorme biblioteca y después en un sueño loco con mis amigos, había sido un día agotador.

Coleccionista.Where stories live. Discover now