Capitulo 37

4.5K 300 10
                                    

¡He vuelto!

— ¿Crees que le gusten los Brownies? — preguntó Mariela, su madre, asomando la cabeza por la puerta de la cocina.

Camila levantó la vista que tenía en sus manos y se encogió de hombros, ya había perdido la cuenta de las veces que le preguntó lo mismo desde que se había sentado en el sofá.

— Supongo ¿Qué no le gustan a todos?

— ¡Cami! — dijo su nombre con tono de reproche — Puede ser alérgico ¿No le preguntaste? Imagina si comienza a entrarle una reacción alérgica al chocolate.

— No he tenido oportunidad de preguntarle sobre sus gustos, pero siéntete libre de hacerlo cuando lo veas — le respondió intentando calmar su nerviosismo.

No estaba segura, por qué seguía nerviosa, la peor parte ya había pasado, o eso creía. Tomar la decisión e hablar con su madre le había costado, pero luego de pensarlo por un par de días, tomó el valor que necesitaba para finalmente hablarle de Cameron, Will fue de gran ayuda a decir a verdad. Aunque eso, estaba segura se debía a que, al igual que ella, quería saber más de su nueva familia.

¿Cómo no querer hacerlo?

La reacción de Mariela había sido inesperada, por decir lo menos. Había esperado un poco más de escepticismo por su parte, aunque de hecho sí que hizo algunas preguntas. Pero fuera de ello, se mostró bastante abierta a la idea de que tuviera más familia, además de ella.

Aquello la hizo sentir más tranquila, temía la reacción de su madre, no quería que pensara que estaba intentando remplazarla, jamás se le cruzaría por la mente hacerlo. Aunque la sangre dijera lo contrario, ella siempre sería madre.

— Creo que tengo tiempo de ir a la panadería, por algo que no tenga chocolate — le dijo saliendo de la cocina y yendo a buscar su bolsa — Vi unos pastelillos hojaldrados, con crema y cerezas, que podrían funcionar. Debí haber traído algunos junto con los Brownies.

— Mamá no es necesario, no viene por la comida y créeme estoy segura que comerá cualquier cosa que le pongas delante —la tranquilizó mientras la seguía con la mirada.

Por lo que le había dicho Will, todos los licántropos tenían un gran apetito. Eso explicaba las grandes porciones que siempre se servía.

— Pero quiero que se sienta bien recibido.

— Y lo hará, preparaste tus famosas medialunas rellenas para la merienda. Sin mencionar que no hay forma que no le gusten esos deliciosos cuadraditos chocolatosos— se le hacía agua la boca solo de pensar en darles un bocado. El chocolate se derretía en tu boca de una forma magnífica.

Mariela asintió y volvió a dejar su bolso en el gancho, antes de volver a la cocina.

Camila sonrió y negó con la cabeza mientras la veía desaparecer por la puerta de la cocina nuevamente. Siempre fue una persona comedida, preocupada porque las personas a su alrededor se sintieran a gusto, sin embargo esta excesiva preocupación era desmedida. Aunque era agradable, significaba que le importaba la opinión de su primo, en verdad tenía una mamá genial.

Su teléfono vibró junto a ella, lo agarró y después de desbloquear la pantalla vio que tenía algunos mensajes de Will que no había visto y uno de Cameron.

Después de responderle a su primo, quien le avisó que estaba en camino, abrió los otros mensajes. Una sonrisa tonta se dibujó en sus labios al ver lo que le había escrito. El domingo había estado más cariñoso de lo normal, inclusive después de ese día, no se estaba quejando, había descubierto que amaba su lado juguetón.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora